¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 61

Mi decisión de dejar a Olivia en el auto no era por otra causa, más era para su protección, no sabíamos cómo reaccionaría esta mujer al ver a un supuesto Jeremy con otra, y para que no fuera a tratar de agredirla, no sabíamos cómo podía actuar ante una posible rival, por lo que acordamos en que me esperara en el auto. No esperaba demorar más de media hora.

La cita concertada con la señorita Mirelle Bourbon, es en el mejor de los hoteles de la ciudad, cinco estrellas, denota que es lo suficientemente adinerada para disponer de estos servicios, y que es solventemente capas de permitirse esos lujos. Estoy de pie en la sala del hotel, le doy el recado al de recepción de que el señor Kewlyn la está esperando. Me siento en uno de los sillones a esperar a que la susodicha aparezca en cualquier momento. Esto va a ser muy difícil, la persona que sale del ascensor, es una rubia, alta, delgada y muy atractiva, se ve tan frágil con cara de niña aun, no parece que rompiera un plato, pero no nos dejemos engañar por su aspecto, debajo de esa piel, se encuentra una mente maquiavélica, en cuanto me ve, sus ojos desprenden alegría, no sabe lo que le espera, sé varias cosas de su pasado, y no le gustará que se las diga en su cara. Me levanto en cuento se está acercando.

– ¡Jeremy! ¡Qué gusto me da volver a verte! Sabía que ibas a cambiar de opinión, amour.

Lo dice con tal entusiasmo, como si se tratara de un encuentro amistoso o amoroso y que las cosas se iban a arreglar entre ellos. Se acerca con una gran sonrisa en el rostro, trata de abrazarme y la detengo poniendo mi mano flexionada al frente, la bajo a un costado y ahí la dejo, ni siquiera le extiendo la mano para un saludo formal, esta entrevista tiene de todo menos de social. Ni de tratarnos como viejos amigos. Aquí no cabe la amabilidad, ni un por favor ni mucho menos un gracias.

– ¿Qué pasa? – Trata de tomar mi mano, no llega a conseguirlo – he pasado los últimos tres meses esperando a que recapacites, creyendo que no te importaba saber nada sobre tu hijo, tenía pensado ir a ver a mis suegros.

Cada vez hay un nuevo truco, Jeremy nos dijo que se la presentaron hacen dos meses y que los estudios que le mostró presentaban fecha de esos dos meses atrás.

–Nada de eso va a pasar – digo con voz desanimada.

–Porque no pasamos mejor a mi habitación, podemos pedir el desayuno y que nos lo lleven, la conversación será más privada - me sonríe con sensualidad.

Ella tiene una mirada indescifrable en el rostro y me pregunto hacia qué dirección está dirigida su mente, es como si no le hubiera dicho nada, lo que menos quiero es estar en privado con esta víbora, no sabemos de qué confabulaciones esté tramando. No me fio de ella, bonita por fuera, pero podrida por dentro.

–Tenemos que hablar sobre el bebé, qué nombre le vamos a poner, si quieres que nazca aquí o en parís, si nos vamos a casar o si prefieres que solo vivamos juntos.

Hay mujeres que piensan que con ese chantaje están protegidas, pero es algo de lo que no está enterada, de que todo su teatro está a punto de irse por el drenaje. Lo bueno es que mis padres están enterados de todo y no le van a creer nada de lo que diga. Es claro que estamos al frente de una manipuladora.

–No soy Jeremy, soy su abogado y vengo como su representante legar – le hago saber.

Frena todo intento por tener contacto físico conmigo, señalo los sillones del lobby, la gente está empezando a pasar y estamos justo en la mitad de la sala.

Me hago aun lado al ver a una pareja que entra, sin darse cuenta de que estamos obstruyendo el paso y vienen directo hacia nosotros.

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