¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 63

–Estas usando mal el termino atentar, tú y tus cómplices sabían lo que estaban haciendo y en lo que se estaban metiendo al actuar de esa forma, aquí no se les está acusando de otra cosa que no sea la verdad – aclaro – sí existen las pruebas, no estaríamos agrediendo a nadie.

Me siento más aliviado cuando toma el bolígrafo de la mesa con marcada rabia, firma los documentos, honestamente me encuentro sorprendido porque los firmara sin poner ningún inconveniente más, pensé que iba a ser un hueso duro de roer, que rompería los papales, pero con la sola mención de sus padres, se ablandó. No quería que esto llegara más allá de la revocación de su demanda en París. No muestra ningún signo de arrepentimiento, es cuando pienso que si le dan la oportunidad estoy seguro que lo vuelve a hacer, las personas con este tipo de conducta no cambian.

– ¿Eso es todo? – pregunta con fastidio.

– No, las autoridades te dan un mínimo de veinticuatro horas para que abandones el país – expongo, porque la quiero a metros de mi hermano a la brevedad posible.

–Ustedes no son los dueños de EE UU.

–No, no lo somos, pero acabas de firmar un acuerdo donde dice que te alejaras lo antes posible de mi hermano.

–No dice eso.

–Te dejo una copia para que salgas de dudas.

Saco la copia, se la extiendo y me deja con los documentos en la mano. Se pone de pie y hago lo mismo que ella, se dirige al ascensor, yo hacia la salida, aquí no hay más nada que decir, más nada que negociar, espero que cumpla con su parte y no la tengamos rondando por aquí por mucho tiempo.

Cuando atravieso la puerta de salida del hotel, Olivia me sonríe y sus ojos brillan al verme, camino sin quitar los ojos de ella, presiona en botón de apertura de la puerta del auto, abro y me siento a su lado, tomo su mano y la llevo a mis labios.

– ¿Cómo estuvo el encuentro?

–Se reusó en un comienzo, pero cuando le expuse los pormenores, no le quedó de otra que firmar.

– ¿No enloqueció cuando te vio?

–Pensó que era Jeremy, intentó persuadirme y no la dejé, que bueno que no estuviste presente.

–Me imagino que se enojó mucho.

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