– Era algo que tenía que digerir, no es tan fácil terminar una relación de varios años, pero, no le veía el caso de continuar con alguien que me ponía en segundo y hasta en tercer lugar, no era un objeto que podía dejar tirado en cualquier lado.
– ¿No es una decisión muy precipitada?, las cosas se pueden arreglar hablando.
Con papá si había hablado con anterioridad de esos detalles, con las cuestiones del padre de Justin, el señor desde un comienzo se negó a hablar con mis padres del noviazgo, no le parecía que su hijo tuviera una novia que no le agradaba a él. No lo decía directamente pero para un buen entendedor, pocas palabras.
–He hablado con Justin en estos últimos días y en ningún momento me hizo saber lo que pasaba.
Porque el muy cobarde no se quería enfrentar a las preguntas de ella, ¿qué le podía decir, con qué argumentos se iba a defender? si todo estaba en su contra. Tenía a mamá comiendo de su mano, no es que mi madre fuera materialista y que esperaba que me casara con él por ser un buen partido, solo que se la supo ganar con su falsa cara de niño bueno. A todos los tenía engañados, pero conmigo se le cayó la careta. Como pude aguantar tantos desplantes y malos tratos. Por estúpida, por querer enderezar algo que ya estaba chueco, que por más que quisiera no tenía arreglo.
–No lo sé mamá, el sábado fue la gota que derramó el vaso, me ignoró durante toda la cena beneficiaria.
–Lo siento hija – son las palabras de mi padre.
–Y eso no es todo, estoy saliendo con Owen.
– ¿Ese fue el motivo?
–Owen, no ha sido el motivo de mi decisión – le aclaro – apenas empecé a salir con él.
No tendría que estar explicándole nada, es mi vida y ya estaba decidido, no me iba a echar para atrás. No ahora y esperaba que nunca lo hiciera.
–Estas cometiendo un gravísimo error, Olivia.
–Si estoy cometiendo un error, seré yo la que tenga que vivir con ello, nadie más.
–También te amo, papi.
Después de esa conversación ya no me dieron ganas de continuar, me estaba comenzando a dar migraña, tomo una respiración profunda, enderezo mi espalda y entro a la oficina, paso la última hora comiéndome la cabeza por la actitud que ha tomado mamá, si ella supiera por todas las que pasé, si por un momento se pusiera a pensar que fue la mejor decisión que pude tomar, que estas cosas no se arreglan hablando, se les corta de raíz sin mirar atrás.
Amo a mis padres con locura, pero esta sombra que se formó con lo de Justin, no me augura nada bueno con mamá, pero yo no me puedo echar atrás para complacerla, porque Justin haya sido un dechado de virtudes ante sus ojos, supo jugar bien sus cartas. Será doloroso para ella un buen tiempo, pero lo tiene que superar. No le queda de otra.
Mi tiempo de ocultarme en el archivo, llega a su fin, me dedico a organizar la agenda para mañana en lo que termina la jornada, una vez cerrada la laptop, me encuentro con un mensaje en el móvil de parte de Jillie, el auto lo ha dejado en el estacionamiento y las llaves en recepción, tendré que pasar antes de salir por ellas.
Estamos en el despacho y para nadie es sorpresa que estamos en una relación, Owen me da esa mirada que tiene prácticamente la mayoría de las veces que me ve, me cautivan sus ojos, me hace sentir feliz y es lo que quiero, volver a ser feliz, como lo prometen sus ojos, sus manos, sus labios. Me dan todo lo que necesito, lo que he buscado por mucho tiempo. Su gentileza y comprensión, me mueven el piso. Me hacen querer más.
Lleva su rostro hacia el mío. Sus labios son suaves en un comienzo, luego se van transformando en fuego puro, son tan demandantes y estimulantes, nos enredamos en un largo beso, de esos que te elevan. Que tratan de convencerte de algo ilícito. Que consiguen obtener de ti lo que quieren..
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