¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 71

Es una charla común y corriente entre dos adultos que tienen que cerrar un capítulo en sus vidas. No va a pasar nada entre Justin y yo, si se lo tengo que aclarar eso ya es asunto mío, yo sola tengo que pelear mis propias batallas.

–Voy a estar bien, voy a llevarme el auto y al llegar a casa te hablo para que estés tranquilo.

No me da una respuesta, pero tampoco pone mala cara, solo deja de darme el masaje y se dirige al cuarto de baño. Dejando a un lado el motivo de su inquietud, decido recostarme en lo que se alista. Escucho cuando abre la llave del agua y mi cuerpo pide que me levante y le haga compañía, pero no puedo desviar el sentido de la conversación que tenemos pendiente. Cierro los ojos, no me permito volver a dormir. Pude haber aprovechado el instante y dormir unos pocos minutos, más no es mi intención.

Cuando abro los ojos Owen ya está saliendo del cuarto de baño y se dirige al vestidor. Por lo menos pasaron unos quince minutos en lo que duró el baño. Me vuelvo a sentar, espero a que salga cambiado. Lo hace con una camiseta azul cuello en v y unos pantalones de mezclilla en color caqui, acompañado con calzado del mismo color. Se veía tan guapo. Eran muy pocas las veces que lo podía ver en un atuendo tan informal y no se ve nada mal. Es verdaderamente una pena no poder quedarme con él todo el día. No puedo posponer mi ida todo el día, así que me planto al frente de él lo abrazo por la cintura y lo veo a los ojos.

–Me tengo que ir.

–No te vayas, quédate conmigo – su puchero de bebé, es irresistible.

–Eres un chantajista, esa carita de niño bueno no te va a servir de nada.

También me abraza por la cintura acercándome más a él. Me besa el cuello aspirando mi aroma.

–Bueno, hice el intento.

–Casi te funciona.

–Por lo menos dame un beso antes de irte.

Sus labios tocan los míos y sabe que es mi perdición, lo hace lento tomándose todo el tiempo para saborearme, para tratar de convencerme, disfruto del magnífico beso. Le encanta hacer eso, mantiene el enlace perfecto de nuestras lenguas, cedo un milímetro, no puedo sucumbir a su encantador sabor. Lo mantengo leve, no lo doy por terminado. Se lo que quiere y está a punto de lograrlo. No quiero que se vuelva costumbre y me quiera atrapar y doblegar con sexo. Porque sé que es lo que quiere. Me siento liberada de sus brazos, aún estoy flotando de pura maravilla.

–Ya me tengo que ir.

Lo hace tan difícil para mí, como si me quitaran una parte vital, un miembro importante, el aire para mis pulmones, me siento aturdida porque me falta su roce, me estoy volviendo adicta a sus caricias a su presencia. En poco tiempo ha logrado ese efecto, tiene esa clase de poder en mí. Logrando que me olvide del mundo exterior. Que solo quiera permanecer a su lado, no quiero caer en lo obsesivo, no puedo arruinar una nueva oportunidad por querer aprisionarlo, acapararlo y que se aburra de mi acoso.

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