¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 85

No le digo que ya le preparé el desayuno para que sea una sorpresa. Rozo mis labios con los suyos como despedida, debo pensar para la próxima traer más ropa en el auto, sobre todo trajes para el trabajo. Por lo menos aun estuviera acostado a su lado. Mantiene los ojos cerrados.

– ¿Seguro?

–Muy seguro.

Está en silencio, así es que no estoy muy seguro si se volvió a dormir o está digiriendo la información, sonrío, pestañea varias veces y me enfoca, me da una dulce sonrisa. Se pone de costado, alcanza mi cara con su mano, me toca la insípida barba y acaricia mi mentón, su luz alumbra mi camino. Estoy luchando por no volver a meterme en la cama un rato más a su lado. Es un decir, porque una vez que toque su cuerpo no hay marcha atrás.

–Conduce con cuidado.

Me encanta que aun semidormida se preocupe por mí, te acostumbras a que se preocupen por tu persona, que estén al pendiente de lo que te pueda suceder.

–Claro que sí.

Me inclino y beso nuevamente su boca, debo salir lo antes posible de la habitación. Me dirijo a la puerta. Volteo a verla, ya está casi dormida. Tomo un profundo aliento, resignado a partir. Este era un nuevo sentimiento, me empezaba a doler separarme de ella. No sé cómo voy a hacer de ahora en adelante si no la puedo tener todo el tiempo a mi lado. Me siento como si empezara a recuperar mi corazón. Como si hubiera estado enterrado bajo metros y metros de tierra. Olivia, es justo lo que necesito,

–Te veo en un rato.

–Hmmm.

Sonreí mientras caminaba hacía la salida. Tomo mi bolso de viaje y salgo de la habitación, me dirijo al auto, abro el maletero y lo coloco, cierro y me siento al frente del volante, estoy empezando a lamentar haber dejado a Olivia. Debo ser más precavido, no sé porque no se me ocurrió antes lo de la ropa o ir por ella el día de ayer, tampoco sabía que esto iba a pasar. Era la primera vez que me quedaba en casa de alguna chica.

Tampoco era que hubiera llevado a alguna a la mía, a excepción de Alina y eso fue hace mucho tiempo, y ni siquiera conservaba los mismos muebles. Nadie más se había quedado en mi casa y Olivia sería la primera y la última. Ya lo tenía decidido.

Pongo música clásica, no me toma mucho tiempo en llegar a mi casa, todo está en orden, los viernes dejan todo en perfectas condiciones, trato de no dejar desorden en el despacho, para que lo dejen tal como lo encuentran, como dicen, cada quien sabe dónde están sus cosas en su desorden. Voy a mi habitación y tomo el primer traje y me cambio, veo el espacio que utilizó Olivia vacío, quiero ver sus cosas mezcladas con las mías, que se note que hay una mujer en casa. La próxima vez, le diré que no es necesario que se lleve sus cosas, las puede ir dejando en casa. Se pueden encargar en lavarlas y dejarlas acomodadas en su lugar. Busco lo necesario para mi aseo personal, hago un cambio de equipaje, este es más grande donde caben más artículos.

Abro el siguiente closet del cuarto vestidor, voy buscando los trajes que me voy a poner en la semana. Acomodo en el equipaje porta trajes, tres cambios, uno para el martes y los otros dos para el miércoles y el jueves, los voy a mantener listos por cualquier eventualidad. Si hoy decidimos ir a su casa ya tendré resuelto lo de la ropa y si ella decide que en mi casa solo tendríamos que pasar por su ropa. O quedarnos un día allá y el resto de la semana acá.

Me encanta tener a Olivia en mi vida. Voy a ser todo lo posible para que acepte ser mi esposa y que empecemos con una carta a la cigüeña. Hace un tiempo que me sentía bastante frustrado con lo de tener familia, no encontraba a la persona que se me hiciera medianamente aceptable para formarla. Estaba más asustado por no encontrar a esa persona y que estuviera dispuesta a formar una familia conmigo. Pero ahora no, estaba seguro que las cosas con Olivia eran diferentes, sé que quiere tener bebés, y entre mis planes está dárselos en cuanto esté lista. Sé que no hemos tenido tiempo para hablar de ello, pero en cuanto suceda, serán los que quiera, los que esté dispuesta a querer tener y yo estoy dispuesto a llenar mi casa con muchos niños. Estaba esperando la oportunidad para poder sembrar mi semilla dentro de ella. Debería estar brincando como un loco si Olivia estuviera embarazada, nos casaríamos de inmediato y así ya no habría posibilidad de separarnos.

Estaba esperando con demasiadas ansias a que eso pasara. Ahora los papeles se invierten y yo soy el que la quiere amarrar con un hijo. Por lo menos con dos, o media docena.

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