La Dama de los Sueños Dorados romance Capítulo 103

Nil había jugado sus cartas con astucia, considerando que, tarde o temprano, Ariana de todas formas terminaría aliándose con Diego debido a su compromiso con Bruno Borges.

Promoviéndola él podía beneficiarse en dos frentes: si Ariana enfurecía a Oliver y este decidía quitarle el puesto de supervisora, sería el momento perfecto para que su hijo, que estaba de regreso en el país, tomara el cargo.

A la vez, si Oliver descubría que los problemas en el edificio se repetían, sin duda buscaría culpables y Diego, quien había propuesto el proyecto, no se salvaría de su ira.

Oliver no era alguien a quien le importaran las apariencias, después de todo, tenía el control de más del cincuenta por ciento de las acciones del Grupo de Inversión Borges y no necesitaba seguirle el juego a nadie, pero Nil no había calculado algo crucial: la relación entre Ariana y Oliver.

Ariana quería acabar con la reunión lo antes posible y al escuchar la sugerencia de Nil, fingió encontrarse en una posición difícil.

"El presidente Borges está en una junta y no tengo su número, pero puedo intentar mandarle un correo para comunicarnos."

Ella había dicho deliberadamente que no tenía el contacto de Oliver para evitar que Paula Romero, en un arranque de locura, difundiera alguna noticia sobre su relación secreta con él.

De esa manera, Ariana se adelantaba a cualquier sospecha de los Borges, presentándose ante ellos como alguien que no tenía tratos privados con Oliver.

Diego estaba insatisfecho, pero Nil había sido tan directo que cualquier discusión adicional solo prolongaría la reunión.

Le lanzó una mirada a Ariana, pidiéndole que se quedara y así fue, Ariana no salió de la sala hasta que todos se fueron y solo quedaron ellos dos.

"Ariana, ¿Bruno te ha buscado últimamente para hablar sobre asuntos de trabajo?"

Era un recordatorio de que ella había tomado el puesto de Bruno, que tarde o temprano tendría que devolver.

Ariana casi se ríe ante la pregunta y mirando directamente a su interlocutor, dijo: "El hijo del Señor Borges, seguramente sabe mejor que yo qué clase de persona es."

Bruno no tenía madera para los negocios y si antes había conseguido ser supervisor, había sido aprovechando la ausencia de Oliver y los movimientos secretos de Diego.

Actualmente que Oliver había vuelto, la verdadera naturaleza de Bruno no tardaría en revelarse.

Diego, aprovechando que estaban solos, se acercó y la amenazó en voz baja.

"Ariana, mientras tú estés en Los Ángeles, no podrás escapar de mi alcance. Te aconsejo que seas inteligente y no te pongas en mi contra."

Ariana sostenía un bolígrafo en la mano y al escuchar eso, se detuvo.

Diego pensó que había logrado intimidarla y satisfecho, retiró la mirada mientras decía: "Yo sé cuánto te importa Bruno, siempre has cuidado de él. Si me obedeces, haré que él te trate bien. Es joven y es normal que aún no tenga sus prioridades fijas."

Quería decir que, cuando Bruno se cansara de jugar, él intentaría hacer que se fijara en ella, pero eso solo ocurriría si ella se mostraba valiosa para la familia.

El estado del flujo de efectivo libre a largo plazo de una empresa era lo que determinaba si valía la pena invertir en ella. Claramente, Alpha&Datas no estaba a la altura en ese aspecto.

Ariana regresó al piso inferior y encontró el buzón de Oliver. Después de pensar durante un buen rato, finalmente no pudo resistirse y le envió un punto.

No fue hasta la hora de salida cuando recibió una respuesta: un signo de interrogación.

El corazón de Ariana, que había estado oprimido todo el día, de repente se iluminó y mirando aquel signo de interrogación, no pudo evitar sonreír y le escribió un correo: "Oliver, ¿estarás de viaje por unos días?"

Él no respondió.

Ariana esperó en la oficina hasta las nueve de la noche, trabajando horas extra mientras esperaba su respuesta.

Al apagar la computadora, envió toda la información que había organizado sobre Alpha&Datas.

Cuando volvió a encender su computadora ya en su apartamento, Oliver había respondido, en esa ocasión con dos signos de interrogación.

Si hubiera sido otra persona, seguro habría pensado que era una respuesta poco comprometida, pero Ariana encontró un matiz romántico en esos dos signos de interrogación.

Un hombre tan serio como él, probablemente nunca le había enviado un correo así a alguien.

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