Oliver dejó la cuchara sobre la mesa y tomó una servilleta para limpiar suavemente la comisura de los labios de Ariana.
Ella se sobresaltó y se apartó sintiéndose incómoda en todo su ser, como si su padre estuviera mirándolos.
Al verla esquivarlo así, los ojos de Oliver se tornaron más profundos y sujetando su barbilla, habló como si dirigiera las palabras a su padre: "No estoy en Brentwood."
"¿Y dónde estás?"
Los ojos de Ariana se contrajeron al ver la frialdad en su rostro y sin poder evitarlo, mordió su labio inferior.
Emoción, tensión, pánico, en fin, un torbellino de sentimientos se entremezclaba en su pecho.
Oliver observó su expresión por unos segundos y con una sonrisa en sus ojos, dijo: "Estoy en el hospital acompañando a ..."
Antes de que pudiera terminar, Ariana presionó sus labios contra los de él, sellándolos con los suyos.
Ella estaba tan perturbada que casi lo hizo sin pensar.
La voz del anciano sonó en sus oídos cuando indagó: "¿Qué haces en el hospital? ¿No te sientes bien? Oliver, ¿en qué hospital estás? Mandaré a alguien para que te cuide."
Los labios de Ariana temblaban nerviosamente contra los de Oliver.
Él se sintió encantado y mordió su labio con delicadeza.
El rostro de Ariana se sonrojó y aunque quería retroceder, no podía. Sus manos temblorosas tensaban la piel y la aguja de la infusión mostraba un atisbo de sangre que comenzaba a refluir.
Oliver la soltó y finalmente le respondió al anciano: "No es necesario, es una pequeña indisposición, pronto estaré allí."
"Mejor que sea una pequeña indisposición, estás ocupado todo el año y no te cuidas, ni siquiera piensas en tus asuntos matrimoniales. El día que me des un nieto ya no tendré que llamarte constantemente. Aprovechando que esta noche también están los Johnson en la mansión, deberíamos hablar sobre lo tuyo con Isabel. De todos modos, regresa pronto, la cena está casi lista y no nos hagas esperar."
Oliver respondió con un sonido, luego colgó y miró a Ariana mientras le decía: "Mandaré a alguien que te cuide."
El silencio llenó la habitación del hospital. Él se levantó para irse, pero ella agarró el borde de su ropa.
Ariana lo miró por un momento antes de soltarlo lentamente y decirle: "No es necesario, regresaré a mi apartamento cuando termine la infusión."
"Quédate en el hospital por dos días, es necesario."
Oliver miró su ropa arrugada y su tono se suavizó cuando cuestionó: "¿No quieres quedarte en el hospital?"
Ariana asintió, ya que realmente no quería estar allí, ni aguantar el olor a desinfectante del hospital.
Durante sus años en los Moore, cada vez que despertaba en el hospital, estaba sola. Las paredes blancas y el entorno aséptico la hacían sentir ansiosa.
Además, Oliver iba a la mansión de los Borges a reunirse con los Johnson para discutir su matrimonio con Isabel.
Había imaginado miles de cosas que ella podría decir a continuación, como: ¿Puedes quedarte conmigo en el hospital?¿Puedes evitar hablar de matrimonio con los Johnson?
Si ella simplemente levantara la mirada con los ojos llorosos y le preguntara, él definitivamente cedería, pero nunca esperó que ella dijera eso.
Ariana siempre fue muy lúcida, mientras que él probablemente no lo era.
Sin embargo, al ver su aspecto pálido y frágil, Oliver no tuvo corazón para enojarse y fingiendo indiferencia, se dio la vuelta y preguntó: "¿Quieres terminarlo?"
Ariana hizo un enorme esfuerzo para asentir levemente, como si escuchara el sonido de su corazón rompiéndose.
Oliver sintió un escalofrío en su mirada mientras se dirigía a la puerta, dejando atrás solo unas pocas palabras: "Ya veremos."
Sin dudarlo, se marchó de inmediato.
Caminó rígido hasta la entrada del ascensor y con un gesto de frustración, le dio una patada a la papelera que estaba al lado.
Era difícil imaginar que un hombre conocido por su frialdad y su escasez de palabras mostrara un lado tan infantil.
Oliver se sentía sofocado, ese día el ascensor estaba particularmente agobiante, como si le costara respirar.
¿Sería por el cambio del clima a más nublado?
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