La niñera y el papá alfa romance Capítulo 103

Edrick

No podía negar que el beso de Moana era exactamente lo que quería en ese momento, la sensación de su cintura bajo mis manos, sus suaves labios sobre los míos, su cuerpo apretado contra mí, todo aquello me produjo un escalofrío y me dejó con ganas de más, pero fue un error.

Mientras me ponía ropa limpia seca y me secaba el pelo mojado, supe que tendría que apartar de mi mente el recuerdo de aquel beso, simplemente no podía estar con Moana, y parecía que la innegable atracción que sentíamos el uno por el otro no hacía más que dificultarlo aún más.

No quería tener que echarla, pero empezaba a preguntarme si tenía elección, entre mi padre y Kelly, y todo esto, me sentía entre la espada y la pared, no podía estar con Moana debido a nuestras evidentes diferencias, pero al mismo tiempo, no podía tenerla cerca debido a la lujuria que sentíamos el uno por el otro.

Quizá había llegado el momento de plantearme la posibilidad de comprarle un ático y mantener las distancias, posiblemente no tuviera que ser tan distante como con la madre de Ella, porque sabía que Moana tenía buen corazón y nunca había tenido malas intenciones, pero no podía permitir que viviera bajo mi mismo techo y que asistieran juntos a actos familiares, era demasiado cercano.

Pero por ahora, sólo necesitaba un trago.

Cuando volvimos al banquete, dejé a Moana y a mi madre y me dirigí al bar, sabía que la gente se fijaba en el cambio de ropa de Moana, pero podía pasar por un simple fallo de vestuario, por suerte, mi ropa era más o menos la misma, así que nadie pareció darse cuenta.

Mientras estaba en la barra, apartando lo más posible de mi mente nuestro beso mientras daba vueltas a mi bebida en el vaso, de repente sentí que alguien me tocaba el hombre, cuando miré, Kelly estaba apoyada en la barra a mi lado, recostada con los codos en la barra y mirando la fiesta, sentí un nudo en el estómago, ¿es que nadie podía dejarme en paz?

Kelly asintió la cabeza hacia Moana, que estaba sentada en una mesa con Ella.

-¿Se cambió de vestido?-, preguntó.

-¿Era demasiado ajustado o algo así?, parecía que le quedaba un poco grande.

-¿Qué quieres, Kelly?- le dije, apretando los dientes, ¿tenía que ser tan condescendiente con el cuerpo de Moana?, podría haberle señalado sus propios defectos, pero decidí no hacerlo.

Kelly se volvió y me miró atónita.

-Esa no es una forma muy agradable de hablar a tu amiga-, replicó, haciendo un mohín con el labio inferior, como una niña, entonces rebuscó en su bolso y sacó su teléfono.

-Además, tengo algo que mostrarte-.

Antes de que pudiera responder, Kelly golpeó furiosamente la pantalla de su teléfono y luego lo giró para que yo pudiera verlo.

Mis ojos se abrieron de par en par al ver lo que había en la pantalla, era una foto de Moana y Ethan, se estaban besando.

-¿Cuándo la tomaste?- pregunté, señalando la foto con una mano mientras con la otra agarraba el vaso con tanta fuerza que se me pusieron blancos los nudillos.

Kelly se encogió de hombros y volvió a meter el teléfono en el bolso.

-No lo sé, ¿hace treinta minutos, quizás?, no hace mucho-.

Sentí que un innegable sentimiento de furia empezaba a burbujear en mi interior, ¿de verdad Moana nos había besado a Ethan y a mí en una noche, con apenas media hora de diferencia?, pensar que confiaba en que sus intenciones eran puras, que nuestro beso significaba algo y que no estaba intentando colarse en una familia de mayor estatus social, aferré el vaso con más fuerza y me tragué el nudo que tenía en la garganta, volviéndome para mirar a Moana.

-¿Has besado o no a mi puto hermano esta noche?-.

Moana guardó silencio, incluso en la penumbra, pude ver cómo se le llenaban los ojos de lágrimas y miraba al suelo, esa era toda la confirmación que necesitaba, cuando me di cuenta de que, efectivamente, había visto lo que creía haber visto en aquella foto, me invadió una sensación de terror, de alguna manera, aunque nuestro beso había sido un error, no podía negar que me habían herido sus acciones.

-Eso es-, gruñí. -Quiero que te vayas para-.

-No fue con mi cosentimiento-, dijo de repente, levantando la mirada para mirarme, tenía los ojos enrojecidos por las lágrimas y le temblaba el labio inferior.

-Estaba triste y pensé que me estaba consolando como amigo, pero me besó, yo no quería, lo juro-.

Me quedé paralizado, una parte de mí no quería creerla, pero otra aún mayor sabía que decía la verdad, las lágrimas de sus ojos eran demasiado genuinas, llenas de dolor, mi propio lobo incluso sintió, de alguna manera, que Moana no mentía.

Pero entonces, mi dolor se convirtió en rabia, sabía que Ethan nunca tramaba nada bueno, y una vez más había estafado a alguien haciéndole creer sus mentiras, ahora, había herido a alguien que me importaba, y no le dejaría salirse con la suya.

Sin pensarlo, el vaso resbaló de mi mano y se hizo añicos en el suelo, haciendo que Moana jadeara de sorpresa, pero no me importó; sin decir una palabra más, me volví y salí furioso en dirección al único lugar donde sabía que estaría aquella rata, su estudio.

-¡Edrick!- Moana llamó, persiguiéndome.

-¡¿A dónde vas?!-

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