Moana
Edrick me cogió totalmente por sorpresa cuando de repente dejó caer el vaso que contenía su bebida, haciéndolo añicos por todo el suelo, y se marchó en dirección al estudio de Ethan, ahora sabía que Kelly le había enseñado la foto de Ethan y yo besándonos, pero no esperaba que reaccionara así.
Me creyó de buen grado cuando admití que Ethan me había besado sin mi consentimiento, lo cual no era algo que hubiera esperado nunca del multimillonario alfa, Ahora se marchaba enfadado, y yo no sabía qué le iba a hacer a su hermano cuando lo viera.
-¡Edrick!- llamé, levantándome la falda y corriendo tras él por el oscuro pasillo.
-¡¿A dónde vas?!-
Edrick no contesto, se limitó a alejarse enfurecido, con los puños apretados a los lados y el chasquido de sus zapatos resonando en el suelo de mármol, sin embargo, no me impidió seguirle, y yo estaba decidida a asegurarme de que no cometiera ninguna imprudencia.
-Edrick, sólo fue un malentendido con Ethan-, insistí, agarrándolo de la manga.
-Por favor, no hagas nada sin pensarlo antes-.
El multimillonario alfa se detuvo de repente y giró sobre sí mismo para mirarme, sus ojos grises brillaban entonces con un color plateado, pero la ira no iba dirigida a mí; eso lo sabía ahora, por alguna razón, el multimillonario alfa estaba celoso.
-No creas que puedes interponerte en esto-, dijo, su voz tan baja que era casi un gruñido.
-Te he dicho que no es de fiar, no dejaré que se salga con la suya tocando a una mujer sin su permiso, y menos a ti-.
Mis ojos se abrieron de par en par, abrí la boca para hablar, pero antes de que pudiera salir nada, Edrick se largó de nuevo y me dejó de pie en medio del pasillo.
Mientras tanto, en mi interior, Mina empezaba a excitarse ante la perspectiva de que dos hombres se pelearan por mí.
-Síguele-, insistió feliz, como si quisiera ver qué salía de todo esto.
-Quiero ver cómo te protégé-.
Estaba un poco confusa por el repentino e intenso interés de mi loba en la situación, cuando empecé a sentir su presencia, pensé que era una voz de la razón, pero con el tiempo empecé a darme cuenta poco a poco de que representaba todos los impulsos primarios que había estado reprimiendo toda mi vida, y sorprendentemente, yo estaba tan intrigada como ella.
-Debería mantenerme al margen-, respondí, mirando a Edrick por el pasillo.
-Esto es entre dos hermanos-.
Pero Mina no quiso oírlo.
-No es sólo entre ellos-, dijo -Se trata de ti, Edrick está haciendo esto porque se preocupa por ti-.
Quizá Mina tenía razón, me mordí el labio mientras seguía a Edrick por un momento, observando su espalda mientras se alejaba furioso por el pasillo y desaparecía por una esquina, antes de maldecir en voz baja y correr tras él una vez más.
Finalmente, lo alcancé justo cuando subía las escaleras hacia el estudio de Edrick, no se detuvo ni miró hacia mí, claramente concentrado en enfrentarse a su hermano.
Hay que reconocer que algo en sus celos me excitaba de una forma extraña y primaria, casi me sentí un poco culpable por sentirme así, e hice todo lo posible por reprimir ese sentimiento, pero no podía negarlo, sin embargo, eso no significaba que quisiera hacerle daño a Ethan.
Pero antes de que Ethan o yo pudiéramos reaccionar, de repente se oyó una voz retumbante y profunda que bramaba detrás de mí.
-La verdad ha salido a la luz, ¿verdad?- dijo la voz de Michael, resonando en la gran sala.
Me dio un vuelco el corazón y giré para mirarle, pero no me miraba, sólo miraba a Edrick, como si Ethan y yo no estuviéramos allí.
En ese momento, se oyó el ruido de unos tacones sobre el mármol, unos instantes después, Verona y Kelly aparecieron en la puerta.
Kelly se quedó detrás de Michael mientras Verona entraba a toda prisa, con la cara enrojecida al instante al ver la escena que tenía delante, con Ethan todavía inmovilizado contra la pared por Edrick.
-¡Chicos!-, gritó, corriendo hacia ellos. -¡Dejad de pelearos! ¡Ahora!-.
Al instante, Edrick soltó la camisa de Ethan, mantuvo la mirada fija en Michael, pero mis ojos estaban ahora en Kelly, que se limitó a sonreírme desde detrás del hombro de Michael.
Esos dos estaban trabajando juntos, ahora estaba seguro de eso, ¿pero Ethan también estaba trabajando con ellos, de alguna manera?, no quería creerlo, pero ya no podía estar segura sobre esta familia; sentía como si Edrick y Verona fueran los únicos en los que podía confiar vagamente en este momento.
-Pues bien-, dijo Michael, entrando en la habitación con confianza, -quizá sea hora de que pienses en lo que te dije antes-.
No dio más detalles, pero pude imaginar que lo que le dijo a Edrick fue muy parecido a lo que me dijo a mí.
Michael quería que me fuera, y parecía, sobre todo ahora que se sabía la verdad, que planeaba salirse con la suya.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La niñera y el papá alfa