Moana
Cuando Edrick por fin le dijo a su madre durante la comida que yo estaba embarazada de él y no de otro hombre, se hizo un largo silencio. Sentí que el corazón se me subía a la garganta mientras las manos me temblaban nerviosas debajo de la mesa. ¿Qué iba a decir su madre? ¿Me iba a acusar de intentar encerrar a su hijo con un bebé para ganar dinero o estatus social? ¿Me iba a decir que me marchara y me mantuviera alejada de la familia Morgan antes de que mancillara su reputación con mi condición de niñera humana?
Todas estas cosas revolotearon en mi mente durante esos largos instantes en los que nadie hablaba, provocándome una ligera oleada de náuseas. De repente, perdí el poco apetito que tenía para comer, aunque ya antes estaba tan nerviosa que no me atrevía a comer mucho de todos modos.
Finalmente, y para mi placer y sorpresa, una amplia sonrisa se dibujó en el rostro envejecido de Verona.
-¡Oh, qué maravilla!-, dijo, juntando las manos con alegría. -¡Soy tan feliz!
A mi lado, los ojos de Edrick se abrieron de par en par. -¿En serio?-, dijo, sonando tan incrédulo como yo.
-¡Por supuesto!- exclamó Verona. -¡Otro nieto!- Entonces bajó rápidamente la voz, al darse cuenta de que alguien podría oírla si se emocionaba demasiado. -Aunque debo admitir que estoy un poco preocupada-, dijo, con una sonrisa que se desvanecía un poco.
-¿Preocupado por qué, exactamente?- Edrick respondió.
Verona suspiró y miró su plato. -Bueno, aún no estás casada-, dijo. -¿Cuál es tu plan para criar al bebé?.
Finalmente, aproveché la oportunidad para intervenir y dije con orgullo: -Hemos decidido ser padres compartidos.
Verona enarcó una ceja y nos miró un momento a Edrick y a mí. Parecía un poco confusa, y entonces me sentí un poco avergonzado al darme cuenta de que una mujer rica de una generación anterior podría no ser tan comprensiva con un acuerdo como el nuestro.
-Moana seguirá viviendo con Ella y conmigo en el ático-, explica Edrick. -Criaremos juntos al bebé para que viva la experiencia de tener a ambos padres en el mismo hogar... Además, Ella adora a Moana como su niñera, así que no sería justo de otro modo.
La madre de Edrick guardó silencio unos instantes, al parecer procesando esta nueva información. Sentí que mi propia ansiedad crecía al preguntarme qué pensaría de nuestro acuerdo poco convencional.
-Sabes, esto podría ser más difícil de lo que crees-, dijo finalmente Verona. -Piensa en cómo podría confundir al niño. ¿Estás segura de que no te plantearías casarte sin más? Además, con tu padre...
-No voy a casarme-, dijo Edrick de repente, con cierta brusquedad. Verona parecía un poco desconcertada. Aunque ya estaba acostumbrada a este tipo de comportamiento del multimillonario alfa, a mí también me dolió un poco su abrupta declaración de intenciones.
-Bueno...- Verona suspiró y tomó su té, dando un largo sorbo. Volvió a dejar la taza en el jarrón con un ligero ruido metálico, aparentemente un poco enfadada; no sabría decir si era por la negativa de su hijo a casarse o porque había dejado embarazada accidentalmente a una niñera humana. -Simplemente no tomes decisiones arbitrarias-, dijo, mirando severamente a Edrick. -Asegúrate de considerar realmente todos los factores implicados antes de tomar decisiones tan amplias y radicales.
Edrick no respondió al comentario de Verona. Aunque me sentía un poco incómoda, también era agradable saber que la madre del multimillonario alfa estaba al menos un poco de mi parte. Aunque había aceptado nuestro acuerdo de coparentalidad, también me preguntaba qué tipo de impacto emocional tendría en nuestro hijo.
En la pantalla aparecía una imagen de un tabloide de Internet.
Era una foto de Edrick, Verona y yo en el restaurante aquel día. Mis ojos se abrieron de par en par al ver que había un gran círculo rojo alrededor de mi barriga, que sobresalía un poco en mi vestido. En la foto tenía la mano sobre el vientre, lo que lo resaltaba aún más. Mientras tanto, mis caras, las de Edrick y Verona parecían sombrías, y Verona tenía la boca abierta. Estaba claro que estábamos teniendo una discusión muy importante.
Debajo de la imagen había un texto grande y en negrita que decía:
-¡MUJER MISTERIOSA CON EL JEFE DE WERECORP! ¿NUEVO MIEMBRO DE LA FAMILIA MORGAN EN CAMINO?
Sentí que se me hundía el corazón al ver todo aquello. Miré a Edrick, cuya cara se puso blanca como el papel. Sin decir nada más, sacó rápidamente su teléfono y se marchó, dejándonos a Selina y a mí boquiabiertas en el vestíbulo.
-¿Hola?- Le oí decir mientras entraba en su despacho. -Sí. Soy Edrick Morgan. Me gustaría pagarle para que retire ese artículo...
Con eso, la puerta se cerró y no pude oír lo que dijo después. Me tragué el nudo que tenía en la garganta mientras miraba a Selina, cuyo rostro parecía a la vez preocupado y compungido.
Sin decir nada más, levanté la cabeza y volví a mi dormitorio para descansar. Sin embargo, mientras me tumbaba sobre el edredón y miraba al techo, no pude evitar sentir pena por lo ocurrido. Fue culpa mía que se publicara aquella imagen; si no hubiera exigido que volviéramos a hablar con Verona, aquella foto nunca se habría hecho. Y ahora, Edrick tenía que limpiar el desastre que yo había hecho antes de que su padre se enterara.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La niñera y el papá alfa