La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 103

La pantalla que había en la limusina fue encendida por Orlando, y Sasha miró que ya estaban llegando a la Iglesia, Jacob estaba en la puerta de la iglesia y miró la limusina que llegaba, el corazón se le aceleró al saber que Sasha había llegado, aunque se sentía culpable por no darle ese secuestro que ella había querido, pero no estaría tranquilo hasta que le sostuviera la mano en el altar, Sasha miró a su amado Jacob en la puerta con su uniforme militar de gala, para ella se veía más guapo y el corazón se le quería salir, pero se dio cuenta de que estaba sólo y pasaron de largo.

—¡Orlando! ¿Por qué seguimos avanzando?

—Hermanita, esto es un secuestro, veamos si nos puede seguir el tío Jacob —dijo Orlando con una sonrisa amplia y Sasha lo miró confundida.

—Orlando, la misa, la misa —dijo con desesperación Sasha.

—Tranquila, este no será el lugar de la ceremonia religiosa —dijo y luego se soltó riendo de la cara de incredulidad de Sasha—, ¿que acaso creíste que no te secuestraríamos?

En cuanto terminó la pregunta, Sasha se le lanzó a los brazos a Orlando.

—Son los mejores, mua —le dio un sonoro beso en la mejilla.

—Jajaja, ok, ok, tranquila, hermanita, y mira lo enojado que está el tío Jacob —le dijo Orlando a Sasha señalando la pantalla y Sasha miró a Jacob enojado subiendo a su auto.

Jacob, cuando miró que la limusina no se paró sino que siguió de largo, bajó los escalones y les gritó a los chicos, pero no se dio cuenta de que no estaban, fue por su auto y salió detrás de la limusina, pero en cuanto la alcanzó, eran varias, sonrió de lado y luego intentó buscar a Sasha por medio del GPS, pero Orlando ya se había encargado de interferir la señal y evitar que los atrapara antes de llegar al bar, Jacob golpeó el volante y llamó a sus hombres, ellos seguirían las limusinas mientras él iba al bar donde habían dejado a las chicas, pero no había nadie y cuando llegó la limusina, se paró y salió Gabriel.

—¿Dónde está Sasha? —lo agarró del cuello Jacob a Gabriel.

—Ella está bien, y no, no sé dónde está, porque si lo supiera, no jugarías, además es lo que quiere Sasha —dijo Gabriel muy quitado de la pena, ya que sabía que Jacob haría cualquier cosa por ver feliz a Sasha.

—Bien, ¿cuál es mi prueba?

—Jajaja ok, ok, no me río —dijo Gabriel cuando Jacob lo fulminó con la mirada—. Hay que entrar adentro y cambiarnos de ropa, no querrás oler a sudor después.

A Jacob no le quedó otra, dentro del bar había una sala VIP donde se cambiaron de ropa al traje de camuflaje negro y su boina, llamó a sus hombres antes de salir de la sala para que buscaran en todos los bares de la ciudad a Sasha, salieron del bar y ya habían cambiado el auto, Jacob sonrió, porque estaban bien organizados, subieron al auto, Gabriel condujo lejos de la zona de bares y fueron a una zona residencial.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Jacob con curiosidad.

—Es simple, capitán... a la casa que iremos deberá de entrar y salir sin ser descubierto por la seguridad, sencillo ¿verdad?

Jacob frunció el ceño en descontento:

—¿Sólo entrar y salir?

—Jajaja no, claro que no, en el jardín hay una caja que debes traer contigo, capitán.

Jacob asintió, se estacionaron, fuera de una mansión en donde podían ver el movimiento de los hombres de seguridad, y también Gabriel le entregó el mapa de la casa, así Jacob se dio una idea por donde entrar, del lado norte era más fácil entrar brincando la barda y también entrar de una sola vez al jardín, así que sólo esperó que pasaran los de seguridad y brincó la barda en cuanto llegó al suelo, corrió a un arbusto para esconderse, después corrió agachado buscando el objetivo, pero no lo encontraba hasta que dio a un pequeño laberinto, estaba en el centro, al ser un arbusto chico tuvo que ir a pecho tierra, cuando tuvo la caja en sus manos, volvió, pero tuvo que esperar un poco, ya que los guardias estaban en el jardín, en cuento se marcharon, Jacob corrió a la barda por la que entró, y ya lo esperaba Gabriel con el auto.

—El allanamiento a una casa fue completado.

—¡Cállate! —exclamó Jacob en cuanto escuchó a Gabriel.

—Bien, bien, vamos a la siguiente prueba.

Jacob miró la hora y los mensajes de sus hombres que no habían encontrado a Sasha en ninguno de los bares.

Pensó Jacob y luego Gabriel lo miró:

—Vamos capitán, quizá sólo sean un par de pruebas más.

—Pensé que serían más.

—No hay tiempo, además recordemos que para José fueron más, porque así lo pidió su esposa.

Jacob sonrió al recordar cuando se pusieron de acuerdo aquel día, y ahora ella estaba en algún lugar divirtiéndose con las chicas, el auto se detuvo en la construcción de un edificio, salieron y ahí los esperaba Joel, salieron del auto y fueron a su encuentro.

—Tío.... no se escucha bien en mí —dijo haciendo una mueca de desagrado y Jacob sonrió un poco—, bien, General, ahora su objetivo es derribar aquel objeto.

Señaló a una ventana donde colgaba una caja de cristal, Joel sacó una pistola.

—Sabes lo peligroso que es disparar al aire.

—Lo sé, y también sé la buena, puntería que tienes, además nadie nos escuchará y nadie está cerca —dijo Joel y ahora sacó el silenciador.

De mala gana Jacob agarró el silenciador, lo puso en la pistola, apuntó y se escuchó el ruido de cristal roto, Jacob fue al lugar y encontró un moño de un broche, era igual al de Sasha en la foto con papá, Jacob sonrió, los miró, Gabriel y Joel supieron que Jacob había descubierto donde tenían a Sasha.

—Me llevarán con ella o tendré que llamar a alguien.

—Por supuesto que te llevaremos —dijo Gabriel subiendo los hombros—, pero primero hay que darnos un baño ¿no?

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