La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 102

Era un día caluroso de mayo, las chicas estaban relajadas en la casa de los padres de José acompañando a Elisa y Natalia que eran la prioridad ahora, ya que llevaban consigo la vida de unos bebés y se debía de estar preparadas.

Ese día a todas les dio sueño y se quedaron dormidas tomando una siesta, Jacob tuvo que ir a trabajar en domingo al igual que Orlando y Joel, y bueno, José como director no podía darse el lujo de faltar, eran las 2 en punto cuando Elisa se despertó por un dolor en el vientre.

—Agh chicas, chicas ya... Ya es hora.

Las chicas se despertaron por el grito de Elisa y se levantaron rápido, buscaron la maleta, y Sasha fue donde Sánchez para que trajera el auto y subió de nuevo, ya que Azul y Viridiana ayudaban a Elisa a caminar, detrás venían Natalia y Alejandra con la maleta, pero de pronto Natalia se recargó de la pared.

—Chicas.... —dijo con dolor.

—Tranquila Nat —dijo Sasha cuando llegó arriba, y entre ella y Alejandra la ayudaron a bajar las escaleras, en el camino llamaron a José y Josué que ya iban las chicas de parto aunque a Natalia aún le faltaba.

Sánchez iba a toda la velocidad posible, esquivaba autos y las chicas tranquilizaban a las mujeres en labor, aunque solo a Elisa se le rompió la fuente en el camino, Natalia solo presentaba ligeros dolores, eso decía ella, llegar al hospital ya las esperaban, se llevaron a las dos mujeres a salas diferentes, ya que una era prematuro y la otra parto normal pero gemelar.

José se encargó de dar órdenes para Natalia y luego fue donde Elisa que era su prioridad como su esposo, a los minutos llegó Josué y luego los demás, José salió de la sala de Elisa y corrió a la de Natalia, José salió y buscó a Josué y los demás.

—¿Cómo está Natalia? —preguntaron.

—Afortunadamente se pudo detener el parto, aún le faltan 6 semanas, es mejor que termine la gestación, pero deberá de permanecer en cama y evitar esfuerzos o sobresaltos.

Todos dieron un suspiro de alivio, luego llamaron a Orlando y fue donde Elisa, después de unos minutos salió con ella y varias enfermeras y médicos, esperaron hasta que salió José, les dio la buena noticia que los bebés salieron bien y Elisa también estaba bien, todos lo felicitaron, porque ya era papá de dos bebés, después les dijo que fueran a casa, que mañana podrían visitarlos.

Y Natalia igual sería dada de alta hasta el siguiente día, después de visitarla y darle las buenas noticias, todos se fueron para su casa, Orlando llevaba a Azul a su departamento, pero al final todos fueron a la casa de nuestros padres, mamá y la abuela los recibieron con cariño como siempre y se pusieron felices por la llegada de los gemelos.

Por la mañana todos salieron, fueron a visitar a Natalia y dijo que se sentía bien, le dieron ánimos, y después fueron con Elisa quien tenía a uno de los bebés en sus brazos y José al otro, Sasha se acercó a José y este la dejó cargar al pequeño bebé.

—Son tan pequeñitos, ¿ya saben cómo les van a poner? —preguntó Sasha con curiosidad y Elisa la miró con una sonrisa.

—Sí, el que tienes se va a llamar José Raimundo y este pequeñín Luis Ángel —dijo Elisa y Sasha miró a José y luego al bebé.

—Pequeño Raimundo, yo soy tu madrina, eres tan lindo, sí lo eres, porque te pareces a tu mamá.

—Sasha, se parece a mí —se quejó José.

—Ja ya quisieras —Sasha miró al bebé—, quizá de grande sí se parezca.

Luego miró a José, sostuvo al bebé con una mano y le dio un manotazo a José:

—Sólo espero no sea igual que tú.

—Vamos, Sashis, aún me guardas rencor, mi esposa ya me perdonó y tú mi mejor amiga aún me sacas en cara.

—Para que no se te ocurra hacer una idiotez... y ¿quién será la madrina de Luis? —preguntó Sasha cambiando de tema.

—Mi hermano y su esposa querían serlo.... Sashis sabía que no eras una niña mimada —José él abrazó.

—Sí lo soy, sí lo soy José, pero pensé en los bebés, así no se pelearan por compartir padrinos, y podré mimar a mi ahijado como yo quiera.

Todos cargaron a los bebés y acompañaron a Elisa hasta que tuvo que darles de comer, Elisa había tomado la decisión de amantarlos.

Los días pasaron volando y la llegada de junio trajo recuerdos dolorosos, ya que se cumplía un año del secuestro de Sasha y la muerte de su bebé, Jacob había anticipado que Sasha se pondría triste como con los aniversarios luctuosos de papá y mío, así que esos días no fue a la oficina, el aniversario del secuestro no pasó nada, pero para del aniversario de cuando la encontraron fue diferente como si inconscientemente lo recordara, ya que esa mañana Sasha despertó en su peor pesadilla, despertó en aquel cuarto donde había sido golpeada, y el dolor era tan real que pensó que todo lo que había vivido había sido un sueño tan maravilloso y ahora estaba en su horrible realidad, la puerta se abrió y entró Nancy, al verla Sasha empezó a gritar.

—No, no por favor, no me hagas daño.

Los movimientos y gritos despertaron a Jacob, este le habló para que despierte de su pesadilla.

—Sasha, amor, despierta, tienes una pesadilla.

Sasha se despertó y comenzó a llorar como una niña asustada, a Jacob se le partía el corazón verla llorar así, ya que jamás había llorado así cuando recién despertó del coma, sólo había llorado así cuando se enteró de la muerte del bebé.

—Tranquila, amor, sólo fue una pesadilla —dijo con calma Jacob mientras la abrazaba y trataba de tranquilizarla sobando su espalda, mientras sentía temblar el cuerpo de Sasha tanto porque lloraba como por miedo.

—Se sentía tan real... snif, snif que pensé que este era el sueño —dijo Sasha entre sollozos.

—Te entiendo, amor, tranquila, ya todo pasó, ya todo pasó... sabes, cuando despertaste tenía una pesadilla recurrente de que aún no te había encontrado.

—Snif, snif ¿de verdad?

—Sí, mi mayor miedo es perderte, amor, y te perdí por tres días, también cuando estabas en operación, José y los médicos dijeron que tu corazón se detuvo varias veces.... pero sobreviviste y estás aquí conmigo.

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