Sasha se asustó porque no sabía que Jacob tenía el sueño un poco ligero, así que cuando ella se despertó moviendo su cuerpo, él también despertó, se quedó un momento sin decir nada.
—No... digo si... digo no quería... desperté —él balbuceó de Sasha.
Ella puso de buen humor a Jacob por lo que quería seguir molestándola:
—Me puedes decir ¿por qué me estás abrazando el brazo? —esta pregunta no puso nerviosa a Sasha.
—Por la misma razón que tú me abrazas.
—Touche, eres buena, ahora dime ¿por qué no dejas de abrazar mi brazo dormido?
—Por la misma razón que me estás abrazando y estás casi encima de mí.
Jacob solo la miró y dejó de abrazarla. Sasha dejó de abrazar su brazo y se alejó. Jacob sólo la miró, aunque estaba disfrutando de sus movimientos.
—¿Por qué estamos dormidos en la misma cama?
Le preguntó Jacob con curiosidad, tenía algunos vagos recuerdos pero nada claro.
—Tú me lo pediste después de que te dije que no era virgen.
Le dijo Sasha omitiendo la parte del beso y cómo besó su cuello al confundir la conmigo, no quería hacerlo sentir culpable. Pero lo que dijo Sasha dejó a Jacob con el ceño fruncido.
—Jajaja no me digas que eres de los que quieren chicas vírgenes —dijo en burla Sasha.
—No, es sólo que no puedo creer que me digas eso.
—Ya te lo había dicho anoche que fue más vergonzoso —Sasha se masajeó el cuello con una mano al recordar que Jacob estaba sobre ella.
—¿Así?
—Sí y no preguntes más de anoche, sólo debe conocerte que ya he visto el cuerpo de un hombre desnudo, así que no me importaría bañarte o desnudarte —diciendo eso se levantó de la cama Sasha, dispuesta a irse.
—En ese caso tienes mi permiso, sólo evita manosearme —dijo Jacob para que volteara Sasha, ya que había visto algo en su cuello y quería estar seguro. Así que cuando se dio la vuelta, Jacob sólo se fijó en su cuello, sí ahí estaban unos puntitos rojos más conocidos como chupetones o chupones.
—No se preocupe que sólo lo bañaré con agua fría para que se le baje la borrachera —dijo y se fue sin más.
Jacob se incorporó en la cama tratando de recordar si habían hecho algo los dos, pero ambos tenían ropa, así que no tuvieron sexo, ¿pero qué había hecho?, y no podía preguntarle a Sasha, porque al parecer eso la incomodaba de más tanto que se estresaba.
No importa no volverá a pasar.
Sasha bajó y sólo le dijo a Naomi el menú del desayuno y subió a su habitación, se dio un baño pero cuando se miró al espejo y miró los chupetones, ella maldijo a Jacob.
«Hijo de la.... ¿en qué momento me lo hizo y yo ni sentí... tan caliente me puse con sólo unos besos suyos... no debo de dejar que vuelva a pasar»
Se puso una blusa de cuello de tortuga y unos jeans para no levantar sospechas, hoy estaría vestida con ropa casual, se puso una zapatillas de piso y bajó a la cocina donde Jacob ya estaba desayunando.
—¿A qué se debe que hoy traigas ropa y no uniforme?
Sasha miró a otro lado:
—Hoy tenía ganas de usar ropa para no acostumbrarme a la comodidad del uniforme.
Jacob sabía que no le quería decir que traía marcas en el cuello, y esto lo hizo más curioso por saber qué sucedió anoche:
—Sasha anoche... ¿sucedió algo que deba saber?
—No.... —al ver que Jacob frunció el ceño y la atmósfera se ponía fría, decidió sólo decirle una cosa—, me besaste, es todo ¿sí?... estaba a borracho, así que no pienso demasiado, sólo dejémoslo así.
—Bien...
—¿Jacob?
—¿Sí?
—Hoy podré ir contigo.
—Aun no...
Sasha hizo puchero y continuó desayunando. Después de desayunar, fue la misma rutina del día anterior, lo despidió en la puerta.
Para Sasha esto era muy aburrido, quedarse en casa y hacer nada sólo ayudar a Naomi para no aburrirse. Había decidió no hacer postres hasta pasado un mes, así que era poco lo que podía hacer, incluso no podía hacer jardinería, ya que no podía salir a comprar plantas y no quería que alguien más las comprara.
Al medio día llamó a la empresa y transfirieron la llamada a la secretaria de Jacob.
—Presidencia, buenas tardes ¿en qué puedo ayudarle? —contestó cortés Elisa.
—Buenas tardes, sólo quería pedirle el favor de que si aún no comió el señor Jacob y no tiene reunión de comida, me hicieras el favor de llevarle algo de la cafetería, no le digas nada, sólo déjasela en el escritorio y sal corriendo...
—Claro, no hay problema —dijo Elisa al ver el identificador de llamadas y estaba guardado como residencia Martínez.
—Oh y si no es mucha molestia, le pones una nota que diga "Debes comer o enfermarás y ya sabes lo que significa".
Aunque Elisa no sabía a qué se refería, anotó lo que diría la nota. Un gracias de Sasha se escuchó y colgó.
—¿Quién era? —preguntó Benjamin.
—Nada de peros, quiero ir con mis padres y además tomaré la responsabilidad en esto.
No muy convencido el guardia, fue por el auto y llevó a Sasha a casa de mis padres. En el camino le mandó un mensaje a Joel y Orlando para que estuvieran en la casa de mis padres.
Ella quería aclarar todo de una vez y decirles lo que sucedía con Jacob, ella ya no podía seguir así, cada día era un martirio para ella, a saber si volvería o cómo lo haría, o si bebía desde temprano.
—Llegamos, señorita.
—Gracias, por favor entra conmigo.
Ambos entraron, y en cuanto la miró mi madre, fue a abrazarla.
—Sasha ¿por qué no has venido?
—Mamá no la abrumes, pasa Sasha y dinos ¿qué sucedió? ¿Jacob te hizo algo?
Sasha negó con la cabeza y luego se soltó a llorar:
—A mí no pero a él sí. Justo esta madrugada chocó por suerte fue en la casa, pero me asusté mucho y no sé que más hacer, no me escucha cuando le pido que no se vaya a beber y no conduzca....
—Tranquila —dijo mamá.
—No, no estoy tranquila, no puedo cuidar de Jacob, y tengo pesadillas de Sam reclamándome por eso, no puedo dormir bien, no sé por qué Sam estaba tan segura de que yo podría hacer algo como cuidar de Jacob, no me deja salir de casa poniendo de pretexto a mi madrastra y media hermana que no deben saber dónde estoy, porque estaría en peligro, sé que es así, pero no creo que a su lado pueda correr peligro.
Sasha decía las cosas como le aparecían en su mente, mis padres, mi hermano y primo, al principio estaban asustados por Jacob y la relación que había entre los dos. Mi familia habían pensado en dejar con ellos a Sasha y no dejarla volver a la casa con Jacob, y también quienes deberían estar en casa serían Orlando y Joel, pero mientras más escuchaban, entendían que Jacob no era tan malo con Sasha, al parecer sólo estaba preocupado por ella, pero aún estaba dentro de su propia depresión.
Mi madre abrazó a Sasha y dijo:
—Cariño, eres fuerte y antepones tu voluntad con Jacob aunque no lo veas, y en cuanto a la bebida, creo que no has querido llegar a pelear con él, por eso no logras ser tan firme.
Sasha se separó de mi madre, aunque su madre la hubiera abandonado, ahora ella quería tener una madre comprensiva como mi madre:
—Sara quiero saber si eres mi madre... ¿tu ex marido se llamaba Carlos Herrera?
Mi madre se sorprendió al escuchar el nombre del hombre que amó y aún le guardaba ese amor que le tuvo en su corazón, pese a que a Ricardo le tenía mucho cariño y lo amaba, era un poco diferente ese amor, mi madre sonrió y abrazó con más fuerza a Sasha, esta se quedó sorprendida y no reaccionó.
—Sí, fue mi primer gran amor y me dio tres bellos regalos, eres mi hija, mi pequeña que busqué por más de veinte años.
Sasha al escuchar a nuestra madre la abrazó acurrucándose en su pecho:
—Nunca había sentido el amor de una madre, hasta este momento y lloro lloro como una niña pequeña, ambas lloraron de emoción, los hombres que las rodeaban también soltaron una lágrima, incluso el guardia, pero ninguno hizo ruido hasta las dos mujeres tranquilizadas y Sasha sintió que quizá le mentían—, ¿de verdad no me mientes?
—No lo hago, cuando quieras podemos hacer una prueba de ADN —Sasha asintió y mamá sonrió porque frente a ella tenía a su niña que era desconfiada—, en cuanto a Jacob, si decides que es suficiente, puedes mirarte aquí con nosotros.
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