Sasha que había estando durmiendo por más de una hora, se estiró y se levantó asustada, recordar que estaba en una sala de espera, pero al abrir los ojos y voltear a los lados, miró que estaba en una habitación elegante que daba la sensación de ser una habitación de hotel lujoso, se puso de pie y abrió la puerta, su visión se llenó de una oficina lujosa en tonos grises y negros, y Jacob trabajando parecía estar pensando en alguna solución para algún problema.
Jacob sintió que lo observaban, así que volteó hacia la puerta de la habitación de descanso. Aunque Sasha se había maquillado, no llevaba labial y sus labios estaban tan pálidos que Jacob se puso de pie inmediatamente, asustando a Sasha:
—¿Te sientes mal? —le preguntó preocupado mientras caminaba hacia ella.
Sasha se quedó en su lugar al saber que estaba preocupado y no enojado:
—No, estoy bien, quizá fue porque me asusté al despertar aquí —dijo y sonrió apenada.
—¿Segura que sólo es eso? —preguntó desviándose al despachado de agua.
—Sí, estoy segura —Sasha lo miró porque estaba desconcertada por esa actitud preocupada, Jacob volvió con un vaso de agua.
—Bébela, tus labios están pálidos —dijo ya calmado por la respuesta de Sasha, pero estaría cien por ciento seguro cuando bebiera el agua. Sasha bebió un poco de agua dando un poco de color a sus labios—, Sara trajo la comida que preparó Naomi, ya debe de estar fría ¿por qué no vas a calentarla? y comemos juntos.
—Sí, está bien —Sasha estaba feliz de que Jacob fuera quien sugiriera comer, y luego se dio cuenta que no sabía dónde calentarla la comida, en la habitación donde durmió no miró un micro o algo donde calentar. Jacob se dio cuenta que Sasha lo miraba.
—Pregúntale a uno de los secretarios, no recuerdo donde está el área de descanso.
—Muy bien —Sasha fue donde el escritorio, dejó el vaso, tomó la lonchera, fue a la puerta antes de salir, se acomodó el cabello, abrió la puerta, salió y la cerró con cuidado, aunque trató, no se dejó, al caer la puerta, los secretarios y el asistente estaban mirando hacia la puerta, Sasha se puso un poco nerviosa—. Disculpen, ¿alguno me podría mostrar donde puedo calentar la comida?
Elisa reconoció la voz de Sasha, así que se levantó de inmediato, para Elisa ella era el ángel que cuidaba del jefe desde lejos.
—Yo la acompañó —dijo mirando a Benjamin y este asintió—, sígame por favor —le dijo Elisa a Sasha, ambas caminaron hacia la sala de descanso para empleados y donde hacían el café, parecía una cocina, sólo que no había una estufa sólo el micro.
Elisa aun no podía creer que había pensado que era una chica adolescente quien hablaba, así que no pudo quedarse callada:
—Pensé que era más joven.
Sasha se rió por el comentario de Elisa:
—Jajaja no soy tan grande de edad.
—Claro que no, pero su voz... bueno, pensé que era una niña, vaya una adolescente.
En cuanto terminó de colocar los platos en el micro y puso el tiempo, Sasha se volteó a ver a Elisa:
—Muchas gracias por hacerme el favor de llevarle la comida a Jacob y por decirme adolescente.
Ambas mujeres se soltaron riendo.
—Elisa Obregón, secretaria, mucho gusto —Elisa extendió su mano hacia Sasha.
—Sasha Herrera —le tomó la mano Sasha a Elisa. Elisa no entendía por qué tenía otro apellido—, ¿llevas mucho trabajando para Jacob?
—No, Benjamín y Teo son los veteranos tanto en la empresa como trabajando con el jefe, yo fui atendida hace poco y sería secretaria de vicepresidencia pero me intercambiaron
—¿Y eso es bueno o es malo?
—Es bueno por el salario....
Sasha pensó en lo que le había dicho sobre el mal genio de Jacob en el trabajo:
—¿Los trata mal Jacob?
—No sé, desde que llegué aquí, el jefe siempre ha tenido el mismo genio aunque Benjamin dice que no era así.
El bip del micro les indicó que ya estaba caliente la comida.
—Perder al amor de tu vida es difícil... cada persona lo maneja diferente... pero si se te hace algo me dices.
«Que digo si ni siquiera puedo hacer lo mío»
Pensó enseguida Sasha.
Elisa asintió y le dijo:
—Gracias, aunque hoy parece otra persona, creo que es por ti.
Sasha que estaba acomodando las cosas volteó a verla:
—No creo que sea por mí, hoy ha estado raro.
«Sólo espero que no sea por el choque... ¡Dios! ¿Por qué hiciste tan testarudo a Jacob?»
Sasha se quejaba con Dios por hacer testarudo a Jacob, pero también pedía que él estuviera bien. Ambas mujeres salieron y se dirigieron a la oficina, Elisa le abrió la puerta a Sasha y la ayudó a llevar la comida. Al salir Teo se acercó a Elisa.
—¿Es estirada?
—No, es como una persona normal y amable...
—Menos mal.... —dijo en un suspiro Teo.
—Se preocupaban por nada —les dijo Benjamin mientras llevaba una carpeta hacia la oficina.
—¿Ya la conocías? —preguntó con curiosidad Elisa.
—En el funeral ella y por algunas conversaciones con el jefe —tocó la puerta y tanto Elisa como Teo volvieron a su trabajo.
Sasha estaba esperando que Jacob terminara de enviar un correo cuando se escuchó la puerta.
—Sí, es sólo que ¿no le faltará sal?
—¿Por qué habría de faltarle sal? no viene la comida de un hospital... —no terminó de hablar cuando su estómago le gruñó.
—Creo que tu estómago te levantó, deberías de ir a dormir después.
—No y no, si duermo ahora, no podré dormir en la noche.
—Ok, buen provecho Sasha.
—Igual Jacob.
Ambos comenzaron a comer, la comida estaba en su punto, Sasha recordó que tenía que preguntarle algo — ¿Jacob?
—¿Qué sucede?
—¿Has averiguado algo sobre mi madrastra y media hermana?
Jacob sabía que no podría durar mucho tiempo sin que ella preguntara, se quedó en silencio un momento sólo para reafirmar su pensamiento de decirle la verdad.
—Sí, de hecho la carpeta que trajo Benjamin tiene la información —puso una mano sobre la carpeta cuando Sasha llevó su vista hacia ella—, terminemos de comer o se te irá una espina.
—Eres un mandón.
—Soy un jefe de nacimiento.
Se burló Jacob de Sasha haciéndose ver egocéntrico. Continuaron comiendo en silencio hasta que terminaron toda la comida. Jacob ayudó a Sasha a guardar las cosas en la lonchera. Después de cepillar los dientes, ya con el aliento fresco y el estómago lleno, Sasha se estiró y pudo notar la planta que había comprado en una maceta de barro grande sobre una montura de metal que al fijarse bien podías ver claramente que eran dos escaleras, la curiosidad de Sasha por mirar más terminó cuando se escuchó la puerta. Jacob permitió el paso y era Sánchez.
—Qué bueno que regresaste Sánchez, ven Sasha, hay que hablar sobre tu actual situación.
Las palabras de Jacob hicieron que Sasha sintiera que le iba a dar muy malas noticias, así que caminó hasta el escritorio, se sentó y Jacob le dio la carpeta.
—Es lo que se averiguó, lo más importante es que tu padre te heredó casi todas las acciones de su empresa, y los fondos fueron depositados en tu cuenta, la empresa se solventa sólo para los pagos de los empleados, esta empresa tiene una demanda interpuesta aunque por ahora no pudo ser llevada a proceso.
—Debe de haber un error... pero qué tiene... —Sasha calló en cuenta de porqué la querían muerta, aunque muerta no les servía de nada.
—Sasha, quizá quieras darles la empresa con su capital... pero eso no quiere decir que te dejen en paz o que después te hagan daño sólo por ser la hija de Sara, tu madrastra odia a Sara y de hecho tu padre cambió tu nombre de Sara a Sasha por la misma razón, sin embargo no fue suficiente, aunque trató de protegerte, también te dejó a su merced al morir. Si dejas que la empresa caiga en la ruina, también esas mujeres caerán en ruina.
—Pero también todos los trabajadores lo harán....
—Ya se ha intentado comprar sus acciones que eran un diez por ciento, pero sólo vendieron el cuatro por ciento, pero fue todo, es tu decisión.
—Yo no sé nada sobre cómo llevar una empresa... en la práctica —Sasha miró a Jacob y este entendió lo que esa mirada decía.
—Puedo ser tu representante legal y hacerme cargo de la empresa, pero también puedes quedar expuesta.
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