La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 69

De un movimiento Jacob dejó a Sasha debajo de él.

—O sea ¿que si fuera de otro color, no me creerías? —dijo Jacob en un tono amenazante y Sasha sonrió pícara.

—No lo sé, quizá.

Jacob había mirado aquella sonrisa y comenzó a hacerle cosquillas.

—Jajaja no, para Jacob, jajaja déjame jajaja, sabes que te creo siempre.

Y Jacob dejó de hacerle cosquillas.

—Buena niña aunque ahora quiero hacer otra cosa —dijo sugerente Jacob al haber quedando entre las piernas de Sasha y esta movió su cadera restregando sus intimidades.

—Algo ¿cómo que señor Meier?

Jacob también hizo lo mismo.

—No lo sé, ¿que se imagina señora Meier? —le volvió a restregar su miembro que ya estaba duro.

—Mmmh no sé, quizá hacer el amor salvajemente

Jacob no pudo evitar reír:

—Omitiremos la parte salvaje.

—Como ordene, general —dijo Sasha seductora y Jacob metió las manos dentro de la bata de dormir y se dio cuenta de que Sasha no llevaba puesta panty.

—¿Qué significa esto, señora Meier?

—Quería hacer el amor rápidamente en cuanto llegaras.

—Sólo por esta vez la perdono, señora Meier, pero debe de llevar siempre panty por alguna emergencia y tenga que bajar —Jacob la beso apasionadamente. Sasha correspondió y se abrazó de la espalda de Jacob cuando este comenzó a pasar sus dedos por su zona íntima y acariciar su clítoris.

—Quiero ponértelo —dijo Sasha en un gemido acalorado cuando Jacob dejó sus labios y empezó a besar su cuello.

—Claro, solo no te desesperes, quiero saborear a mi linda esposa —dijo Jacob y bajó los tirantes de seda por los hombros de Sasha. Jacob siempre se tomaba su tiempo para hacerle el amor a Sasha, aunque a veces iniciaba antes, siempre trataba de darle mucho placer a su esposa y no sólo tenerlo él.

Jacob pasó sus labios y lengua por todo el cuerpo de Sasha quien arqueaba la espalda al sentir la lengua de Jacob jugar con su clítoris y tocar su vagina con los dedos, Jacob no se detuvo hasta hacer que Sasha tuviera su primer orgasmo de la noche, en lo que Sasha recuperaba el aliento, Jacob sacó un preservativo y luego se lo dio a Sasha que tenía un poco temblorosa las manos.

—¿Si puedes? —le preguntó Jacob casi en burla.

—Claro que puedo, me besa, general —dijo Sasha y Jacob le cumplió el pedido de que la besara, y entre aquel beso Sasha le colocó el preservativo, y colocó en la entrada de su Hay una el glande de Jacob, y este comenzó a penetrarla. Sasha atrapó entre sus piernas la cadera de Jacob, acarició su espalda, y Jacob bajó los besos a sus senos, hacerle el amor a Sasha, era como tocar el cielo y comer ambrosía al mismo tiempo, quitó el nudo que hizo Sasha con sus piernas y tomó una llevando su pie hasta el hombro, colocó de lado a Sasha y continuó aquellas placenteras penetraciones hasta que ambos llegaron al orgasmo, sacó su miembro de Sasha y se quitó el preservativo y se puso otro, hicieron el amor hasta que Sasha no pudo más.

Ya eran pasadas las once cuando Sasha se despertó, y en la almohada de Jacob habia una rosa y una nota con ella.

"*Buenos días preciosa, la niña de ojos de zafiro, no te quise despertar ya que debías descansar después de lo de anoche, sé que tenemos que hablar, te espero en la oficina.

Te ama El General Jacob Meier*"

Sasha sonrió al leer el remitente y al recordar lo que hicieron en la madrugada, la hacía suspirar de amor, pensó en qué se pondría y decidió vestirse de ejecutiva, se levantó de la cama y se sintió como si caminara en las nueves, aún no recobraban la fuerza sus piernas después de hacer tantas veces el amor, así que en lugar de ir al armario, se dirigió al baño donde llenó la tina y puso las sales aromáticas, se metió y dejó que su cuerpo se relajara.

Ya cuando salió de la tina y se enjuagó el cuerpo, ya estaba normal, al salir fue al armario buscó una falda de tubo, blusa y una americana de tres cuartos de manga, zapatillas negras y medias, al verse en el espejo de cuerpo completo, Sasha pensó que se notaba como toda una ejecutiva, se maquilló y se hizo una cola de caballo alta, bajó y desayunó y salió. Sánchez y López la llevaron a la empresa, Elisa la recibió.

—¡Hola! Sasha, pensé que no vendrías hoy.

—Tuve algo que hacer, pero ya estoy aquí ¿está sólo? —cuando preguntó Sasha, Elisa sabía que quería saber si podía entrar sin tocar la puerta.

—No, ya tiene un rato dentro una mujer con la que tuvo la cena anoche según escuché.

Sasha frunció el ceño:

—Gracias, Elisa.

Sasha caminó directo a la puerta, tocó y luego entró, pero lo que miró fue una oficina vacía, y el corazón de Sasha se aceleró al recordar lo que le hizo Jaime, luego pensó que no podía ser así, Jacob le había demostrado cuánto la amaba, se fijó en el escritorio y había una botella de whisky, se armó de valor y caminó a la sala de descanso, cuando abrió la puerta de golpe y entró la escena que miró de Jacob acostado en la cama y una mujer a su lado tomando selfies, le partió el corazón al ver a Jacob dormido o parecía dormido.

—¡JACOB! Y TÚ SAL DE LA CAMA AHORA MISMO —gritó Sasha, luego se dio la vuelta y fue a llenar un vaso de agua helada, cuando regresó, la mujer estaba aún acostada y sobre el pecho de Jacob, lo que hizo que la sangre le hubiera a Sasha y les arrojó el agua, la mujer que era Susan respingó por el agua fría.

Jacob abrió los ojos y cuando quiso incorporarse, se cayó en el piso y parecía que no tenía el control de su cuerpo, Sasha corrió, agarró del cabello a Susan quien sólo se había quitado la parte de arriba.

—TE DIJE QUE TE BAJARAS —las manos le temblaban a Sasha del coraje y como pudo sacó a la mujer de la sala de descanso—, MALDITA ZORRA LARGATE DE AQUI.

Sasha le aventó la ropa que había alcanzado a recoger cuando forcejeaba para sacarla, el grito se escuchó fuera de la oficina, Sánchez y López entraron al igual que los asistentes, y miraron a Susan darle una cachetada a Sasha y esta se la regresó, pero después le dio otra con la parte externa de la mano izquierda, lo que hizo que se le clavaba el diamante del anillo de boda dejándole una marca en la cara.

—Maldita perra, soy el primer amor de Jacob, la pagarás, no volverás a trabajar aquí —dijo la mujer cubriendo su mejilla izquierda y Sasha se soltó riendo.

—Eres estúpida, yo soy la esposa de Jacob y dueña de acciones de esta compañía, tú no me vienes a amenazar, y en cuanto a ser su primer amor, estás loca, quizá fuiste con la primera que se revolcó, porque yo fui su primer gran amor, ahora lárgate porque si no te vas te mataré maldita piruja (otra terminación de p*ta)

—Esa loca drogó a Jacob y ahora se hace la víctima, vas y le crees, sal de aquí Joel.

—Sasha yo... —Joel se sintió mal por creer en una persona ajena en lugar de Sasha quien había sido transparente con todos, y quiso acercarse a Sasha.

—No me toques y lárgate, no quiero verte Joel —en eso entró el equipo de investigación y José salió—, ¿cómo está?

—Hay que llevarlo al hospital, ya presenta una reacción alérgica —Sasha se preocupó al escuchar a José.

—¿Es muy grave? —José le palmeó el hombro cuando escuchó la pregunta de Sasha.

—No, pero es mejor tratarlo en el hospital.

Sasha se tranquilizó y le asintió a José para que se lo llevaran, unos minutos después llegó la ambulancia y los paramédicos llevándose a Jacob en una camilla, Sasha fue con ellos llevando consigo la laptop de Jacob.

Cuando llegaron al hospital, la dejaron en la sala y esperó a que la dejaran entrar en la habitación, ya cuando supo que Jacob iba a estar mejor, le llamó a mamá y esta a su vez le informó a la abuela quien llegó en cuanto pudo.

—¿Quién le hizo esto a mi pobre hijo?

—Una tipa llamada Susan, Joel la conoce bien, ya que fue a reclamarme por ofenderla —dijo Sasha con la voz quebrada, pese a que sabía que estaba fuera de peligro y pronto despertaría, le dolía ver a Jacob en una cama de hospital por una mujer que al parecer se obsesionó con él, la abuela asintió y se sentó a un lado de la cama y tomó la mano de Jacob. Sasha fue a otra silla y revisó la laptop para ver si no tenía algún trabajo urgente o por lo menos ayudarle un poco con la carga de la empresa, le había estado enseñando lo que hacía y cómo manejar la empresa.

Eran las 10 de la noche cuando Jacob despertó, al abrir los ojos se sintió desorientado y no sabía dónde ni cómo había llegado, después recordó que se metió a la sala de descanso cuando empezó a sentirse cansado, mirando el techo blanco y el olor a medicamentos y alcohol supo que estaba en una habitación de hospital, cuando se movió, la abuela supo que había despertado.

—Al fin despiertas hijo —dijo la abuela entre lágrimas.

—¿Qué sucedió, mamá Lourdes? ¿y Sasha?

—Te drogaron, hijo, y Sasha fue a comprar un café, la pobre intentó hacer un poco de tu trabajo, pero se le corrían las lágrimas de vez en cuando —dijo y la puerta se abrió entrando José.

—¿Cómo te sientes?

—Desorientado ¿y Sasha?

—Ya viene, la vi por el pasillo junto con esos dos guardaespaldas que le tienes.

Jacob se sintió más tranquilo y en eso entró Sasha, a esta se le salieron las lágrimas, corrió al lado de Jacob y juntó su frente con la de Jacob:

—Al fin despiertas, amor.

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