La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 71

14 se septiembre fue el día que tuvo la audiencia para Sasha, esperaron a la parte acusadora quien llegó con la mejilla cubierta. Sasha no sintió pena por ella, ya que ella drogó a Jacob, empezaron con la audiencia y Orlando fue el primero en hablar al juez.

—Señor juez, mi clienta no niega el contacto físico con la demandante y está dispuesta a pagar para resarcir el daño.

El juez miró a la demandante, el abogado habló con ella y parecía que no se ponían de acuerdo:

—Mi clienta quiere que la acusada vaya a prisión.

—Si es el caso, entonces su señoría permítame meter una contra demanda por daños a la salud al señor Jacob Meier esposo de Sasha Herrera.

El juez asintió y Orlando se acercó con un archivo, el juez lo leyó.

—Señorita Louren, ¿está segura de que quiere seguir el juicio?

Susan asintió y el juez dio un receso de 1 hora para que se entregaran las pruebas.

Jacob y Sasha estaban sentados en unas bancas fuera de la sala de juicios, la gente pasaba a toda prisa.

—¿Quieres algo de beber? —le preguntó Jacob a Sasha.

—Agua.

—Ok, iré por ella, no te muevas de aquí —dijo Jacob y le dio un beso en la frente.

Sánchez y Benítez al fin estaban de vuelta juntos en el trabajo, por lo que ellos fueron los que se quedaron al lado de Sasha.

Sasha movía los pies como una niña aburrida y en eso vio a una joven de cabello negro ondulado con mechones azules, lentes de pasta negra medianos, caminaba muy segura aunque era la primera vez que estaba en los juzgados, cuando se le dobló el pie y cayo al suelo, los documentos se esparcieron y Sasha recogió unos que estaban cerca de ella y se los entregó a la joven.

—¿Estás bien? —le preguntó Sasha y Benítez ayudó a la joven abogada.

—Sí gracias... ¿estás en algún juicio?

Sasha sonrió.

—Si no, para qué más estaría aquí —dijo aún con una sonrisa, lo que hizo que la joven sintiera que no era grosera.

—Sí verdad jejeje —se rió un poco nerviosa—, ¿tienes abogado?

—Sí, uno bastante bueno.

—¡Oh! ¿y estás del lado demandante?

Sasha se rió:

—Aunque no lo creas, soy la demandada.

Los ojos le brillaron a la joven:

—Qué bueno... digo qué mal... ¿este te importa si estoy en la audiencia? soy pasante de derecho y no he tenido aún la oportunidad de entrar.

—Owh bueno, quisiera ayudarte pero...

—Solo pregúntale a uno de tus abogados —insistió la joven, a Sasha le pareció que la joven era buena persona.

—No, ellos no son mis abogados, como te dije, tengo uno y por ahora está entregando copia de unas evidencias, pero si tienes tiempo, puedes esperarlo conmigo.

—Lo siento... sí, tengo todo el día jajaja.... Soy Azul Guerrero —extendió la mano Azul.

—Mucho gusto, Sasha Herrera —Sasha le estrechó la mano.

Cuando Jacob llegó, Sasha y Azul estaban sentadas platicando, aunque ya sabía por Sánchez sobre la joven, se acercó y le puso en frente la botella de agua a Sasha.

—Aquí tienes el agua, cariño.

—Gracias, amor —Sasha tomó la botella—. Mira, ella es una pasante de derecho, Azul Guerrero. Azul, te presento a mi esposo, Jacob Meier.

—Mucho gusto, señor, he oído mucho de usted.

—Igual un gusto, supongo serán quejas de mí de sus colegas.

Azul se quedó un poco sorprendida de que lo dijera así, y aunque le pareció guapo, su frialdad al hablarle le quitó el encanto, ya que había escuchado que con Sasha era más dulce su tono de voz.

—Sí, así es, y también lo ven como reto.

—Eso no lo creía, pero es bueno saberlo —con una sonrisa medio extraña que le puso Manuel de gallina a Azul.

—No la asustes, Jacob —dijo Sasha al ver que la pobre chica casi pierde el color.

—Está bien, cariño —Jacob se sentó al lado de Sasha y tomó su mano. Azul se acercó a Sasha y le dijo:

—Es guapo tu esposo ¿Por qué no usas su apellido?

Sasha no supo qué decir y Azul le dijo unas cosas por las que era la mayoría de las veces usar el apellido del esposo, lo que hacía que Sasha asistiera diciendo que comprendía, como Azul se lo decía en voz baja, Jacob por más que parara la oreja para escuchar no escuchaba de lo que hablaban, cuando Orlando llegó, lo primero que vio fue a Sasha hablando con una joven mujer.

—Hermana, ya es hora —dijo y en cuanto se topó con los ojos color miel de Azul por primera vez, fue como una bocanada de aire fresco, pero de inmediato recobró el sentido.

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