14 se septiembre fue el día que tuvo la audiencia para Sasha, esperaron a la parte acusadora quien llegó con la mejilla cubierta. Sasha no sintió pena por ella, ya que ella drogó a Jacob, empezaron con la audiencia y Orlando fue el primero en hablar al juez.
—Señor juez, mi clienta no niega el contacto físico con la demandante y está dispuesta a pagar para resarcir el daño.
El juez miró a la demandante, el abogado habló con ella y parecía que no se ponían de acuerdo:
—Mi clienta quiere que la acusada vaya a prisión.
—Si es el caso, entonces su señoría permítame meter una contra demanda por daños a la salud al señor Jacob Meier esposo de Sasha Herrera.
El juez asintió y Orlando se acercó con un archivo, el juez lo leyó.
—Señorita Louren, ¿está segura de que quiere seguir el juicio?
Susan asintió y el juez dio un receso de 1 hora para que se entregaran las pruebas.
Jacob y Sasha estaban sentados en unas bancas fuera de la sala de juicios, la gente pasaba a toda prisa.
—¿Quieres algo de beber? —le preguntó Jacob a Sasha.
—Agua.
—Ok, iré por ella, no te muevas de aquí —dijo Jacob y le dio un beso en la frente.
Sánchez y Benítez al fin estaban de vuelta juntos en el trabajo, por lo que ellos fueron los que se quedaron al lado de Sasha.
Sasha movía los pies como una niña aburrida y en eso vio a una joven de cabello negro ondulado con mechones azules, lentes de pasta negra medianos, caminaba muy segura aunque era la primera vez que estaba en los juzgados, cuando se le dobló el pie y cayo al suelo, los documentos se esparcieron y Sasha recogió unos que estaban cerca de ella y se los entregó a la joven.
—¿Estás bien? —le preguntó Sasha y Benítez ayudó a la joven abogada.
—Sí gracias... ¿estás en algún juicio?
Sasha sonrió.
—Si no, para qué más estaría aquí —dijo aún con una sonrisa, lo que hizo que la joven sintiera que no era grosera.
—Sí verdad jejeje —se rió un poco nerviosa—, ¿tienes abogado?
—Sí, uno bastante bueno.
—¡Oh! ¿y estás del lado demandante?
Sasha se rió:
—Aunque no lo creas, soy la demandada.
Los ojos le brillaron a la joven:
—Qué bueno... digo qué mal... ¿este te importa si estoy en la audiencia? soy pasante de derecho y no he tenido aún la oportunidad de entrar.
—Owh bueno, quisiera ayudarte pero...
—Solo pregúntale a uno de tus abogados —insistió la joven, a Sasha le pareció que la joven era buena persona.
—No, ellos no son mis abogados, como te dije, tengo uno y por ahora está entregando copia de unas evidencias, pero si tienes tiempo, puedes esperarlo conmigo.
—Lo siento... sí, tengo todo el día jajaja.... Soy Azul Guerrero —extendió la mano Azul.
—Mucho gusto, Sasha Herrera —Sasha le estrechó la mano.
Cuando Jacob llegó, Sasha y Azul estaban sentadas platicando, aunque ya sabía por Sánchez sobre la joven, se acercó y le puso en frente la botella de agua a Sasha.
—Aquí tienes el agua, cariño.
—Gracias, amor —Sasha tomó la botella—. Mira, ella es una pasante de derecho, Azul Guerrero. Azul, te presento a mi esposo, Jacob Meier.
—Mucho gusto, señor, he oído mucho de usted.
—Igual un gusto, supongo serán quejas de mí de sus colegas.
Azul se quedó un poco sorprendida de que lo dijera así, y aunque le pareció guapo, su frialdad al hablarle le quitó el encanto, ya que había escuchado que con Sasha era más dulce su tono de voz.
—Sí, así es, y también lo ven como reto.
—Eso no lo creía, pero es bueno saberlo —con una sonrisa medio extraña que le puso Manuel de gallina a Azul.
—No la asustes, Jacob —dijo Sasha al ver que la pobre chica casi pierde el color.
—Está bien, cariño —Jacob se sentó al lado de Sasha y tomó su mano. Azul se acercó a Sasha y le dijo:
—Es guapo tu esposo ¿Por qué no usas su apellido?
Sasha no supo qué decir y Azul le dijo unas cosas por las que era la mayoría de las veces usar el apellido del esposo, lo que hacía que Sasha asistiera diciendo que comprendía, como Azul se lo decía en voz baja, Jacob por más que parara la oreja para escuchar no escuchaba de lo que hablaban, cuando Orlando llegó, lo primero que vio fue a Sasha hablando con una joven mujer.
—Hermana, ya es hora —dijo y en cuanto se topó con los ojos color miel de Azul por primera vez, fue como una bocanada de aire fresco, pero de inmediato recobró el sentido.
—Está bien —Azul no se pudo negar a los ojos de cachorrito que le hizo Sasha.
Los seis salieron de Fiscalía y Jacob le dijo a Sánchez que hoy él manejaría, así que los dos guardaespaldas se fueron en el otro auto siguiéndolos, así iban las dos parejas juntas. Azul miró cómo Jacob era muy amable con Sasha y esta se había recargado en el hombro de Jacob hasta que Sasha abrió la conversación, ya que ni Orlando ni Azul hablaban entre ellos.
—Entonces, Azul es tu único nombre o ¿tienes otro?
—Aurora, mi madre me puso Azul, por que es su color favorito y autora, porque le gustaba la bella durmiente —se rió nerviosa.
—¡Qué genial! mi nombre no tiene esa historia, es más como que ese nombre le gustó a mamá —dijo Orlando—, el de Sasha sí, ya que lo cambiaron de Sara a Sasha.
Sasha volteó y le sonrió a Azul y luego miró a Jacob:
—¿Tu nombre tiene historia?
—Le preguntaré a mamá Lourdes y luego te cuento.
Sasha asintió. Jacob la vio de reojo y después miró y escuchó a Orlando y Azul hablando aunque era sobre algunas materias que les gustaban y las que no.
Azul no se dio cuenta del camino hasta que llegaron al restaurante, al verlo se quedó un poco sorprendida, ya que pensó que irían a uno más elegante, pero para ella fue mejor este tipo de restaurante que era famoso por tener de todo tipo de comida, pero que inició con la comida típica, al entrar miró que el restaurante estaba casi vacío, sólo las personas en una mesa que al verlos se pusieron de pie y recibieron en abrazos a Sasha felicitándola por ganar el caso y también a Orlando por el trabajo bien hecho.
—Quiero presentarles a una amiga que hice en el juzgado de la Fiscalía, se llama Azul Guerrero.... Azul, te presento a las capitanas, a Natalia, Viridiana y Alejandra, y a mi amiga Elisa.
—¿Y yo qué? —se quejó José.
—Y ese es José, mi mejor y primer amigo y a pocos días de ser del lado de los casados con mi amiga Elisa, ellos son los capitanes, Josué y Gabriel, y ese es mi primo mayor Joel.
Todos saludaron a Azul, pero Joel dijo:
—¿Por qué a mí no me presentaste como capitán?
—Porque perdiste ese derecho —dijo Natalia y Viridiana asintió diciendo “te lo mereces”.
Azul se sentía un poco incómoda al principio, pero después se fue familiarizado con las personas que eran muy amables, cuando llegaron con la carta, Sasha sin mirar pidió barbacoa, las capitanas tacos de carnitas, los chicos se decidieron por tacos al pastor, Orlando pidió tacos de hubre, Elisa pidió tacos de buche y José se decidió por flautas, Azul no sabía qué ordenar, así que pidió también flautas, todos comían y hablaban, Sasha robaba tacos de Jacob y Elisa, aunque se había servido como Buffett en la mesa, Sasha comió al final lechuga con limón. Orlando quiso hacer que Sasha comiera de sus tacos, pero esta se volteaba porque no le gustaban esa clase de tacos.
—Deja a tu hermana en paz —se escuchó la voz del abuelo.
—Abuelos al fin llegan —dijo Sasha y se levantó a saludarlos.
—Tenemos que ir a chequeos de rutina, pero ya supimos la buena noticia —dijo la abuela.
Después Sasha les presentó a Azul y comieron un poco de lo que había, después las chicas decidieron ir al baño, pero fueron en grupo, aunque no fue tan grato ya que Elisa y Natalia entraron al inodoro a vomitar, Viridiana y Sasha les dieron apoyo y Azul les pasó una servilleta.
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