La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 74

Josué esperó el momento oportuno y chocó el auto con otro en la calle por donde se dirigía José al lugar indicado, al no haber otra calle que llegara directo al lugar indicado y perder el tiempo en regresar para ir por otra calle y quedar más cerca, por lo que al no haber nadie dio de reversa y estacionó el auto, y empezó a caminar dejando el saco dentro del auto, llegó a una florería y al entrar miró a Gabriel detrás del mostrador.

Gabriel dejó un álbum para celebraciones de boda. José miró que había una hoja marcada y fue directo y una nota con la letra de Sasha.

—Miré a Elisa interesada en algo así, es algo caro, pero sé que lo comprarás para hacerla feliz.

José sonrió impotente y entregó la tarjeta y pagar, salió un empleado de la florería e hizo el cobro, ya con el tiket.

—Hay que ir al siguiente lugar —dijo Gabriel y salió de la florería con algunos ramos de flores, y al salir ya estaba el auto que había dejado estacionado José, y Josué estaba en el asiento del conductor, se abrió la cajuela y Gabriel dejó las flores dentro, cuando José entró y Gabriel cerró la cajuela, Josué dio marcha al auto.

—¿A dónde vamos? —preguntó José.

—Ya lo sabrás —fue todo lo que dijo Josué.

El auto se dirigió a una plaza en el centro de la ciudad, cuando José se dio cuenta de hacia dónde se dirigían, pensó que era algo extraño. Josué estacionó el auto y le dijo que aquí era la prueba, salieron del auto y Josué al abrir la cajuela, le entregó un ramo de rosas.

—Si a tu novia quieres hacer feliz con rosas, debes regalar una rosa por persona o pareja.. amm y debes de hacer que la tomen el último recurso, es decir que son gratis.

—¿Es en serio?

—Sí, a regalar rosas —dijo Josué y le dio una palmada en la espalda e hizo que José diera un paso.

—Te estaré observando en esa banca —dijo Josué y se fue a sentar en una banca. José sin más remedio sacó la primera rosa y se aproximó a una pareja.

—Buenos días, una rosa para la dama.

—Ahorita no —dijo el hombre.

—Vamos, damita, tome la rosa y se la regala, no tiene costo alguno.

La mujer tomó la rosa y le dio las gracias.

—No, gracias a usted por tomarla.

Cuando José se acercaba a las personas, creían que era un vendedor de rosas y le estaba tomando tiempo hacer que tomaran la rosa hasta que no decía que eran gratis, en una de esas a una pareja le dice que es para recuperar a su novia.

—Dale como castigo más rosas y dile que no puede decir eso —dijo Sasha a Josué y este pasó el recado junto con más rosas.

El tiempo transcurría y aún le faltaban la mitad de las rosas. Sasha no quería dejar que José se salvara, así que le dijo a Josué lo que dijera José.

—Buenos días, le ofrezco una rosa, ya que hoy me caso y quisiera que nos deseen prosperidad a mí y a mi futura esposa.

—Muchas felicidades y que tengan un buen matrimonio —dijo una mujer tomando la rosa.

De esta manera José pudo regalar más rápido todas las rosas que le había dado Josué. Elisa y las demás muchachas miraban lo que hacía José mientras eran preparadas para la ceremonia, ya que estaban en un SPA y tendrían de todo en ese SPA.

Cuando José se subió al auto, las chicas ya casi terminaban, cuando José llegó a la empresa de mi familia, todas las chicas salieron del SPA directo al bar donde esperaría a que llegara José por su novia. Jacob esperaba a José en recepción, y José recordó que fue aquí donde conoció a Elisa.

—Sígueme —dijo Jacob y caminó hacia el ascensor. José lo siguió y ya dentro presionó un botón oculto, José miró que todos los pisos estaban, al principio pensó que era alguna clase de sótano secreto, pero cuando el ascensor comenzó a subir, ahora imaginaba que era un piso oculto, pero estaba equivocado, ya que le llevaba al techo de la empresa, cuando José miró el helicóptero y la tripulación esperándolos, tuvo un mal presentimiento.

—¿A dónde vamos? —preguntó temeroso José.

—Esta es tu prueba de amor por Elisa, saltarás al vacío con un paracaídas.

Gabriel se acercó a José:

—Vamos, no es tan malo un poco de adrenalina y miedo a cambio del sufrimiento de una dama ¿no está mal?

—Creo que no —dijo José no muy convencido.

Gabriel y Jacob le pusieron los arneses, después los tres subieron al helicóptero, miró la ciudad hacerse pequeña y cómo llegaban a las afueras.

—Ok, José, en cuanto lleguemos al lugar y a la altura, saltaremos —dijo Jacob poniéndose el paracaídas y miró a Gabriel también ponerse el suyo.

—¿Y el mío?

—Tú no llevarás, te vamos a cachar en el aire —Jacob se soltó riendo al ver que José palideció del susto y al mismo tiempo se quedó sin palabras—, es broma, irás con Gabriel, Orlando nos espera abajo.

—Señor, la estamos sobre la señal —dijo el piloto.

—Relájate, que estás en mis manos —dijo Gabriel y luego ya cuando ambos estaban unidos por el antes agregó—, solo una vez tiré al muñeco de práctica.

—¿Quéeeee? —Gabriel hizo gritar a José cuando se dejó caer con él al vacío, Jacob salió enseguida.

—Uujuuu —gritaban Jacob y Gabriel estando en el aire y daban unas volteretas, el pobre de José estaba aterrado y hasta ganas de vomitar le dieron, al llegar a la cuenta abrieron los paracaídas, Sasha se reía al ver la cara de José y también las demás, aunque Elisa al principio estaba asustada, también empezó a reírse.

Mientras caminaban Sasha le dijo:

—Tú eres más guapo y sexy que todos ellos juntos.

Miraron cómo los capitanes terminaron de bajar a las capitanas, las cuales llevaban el mismo peinado de Sasha pero con su traje de gala, y les hicieron la misma pregunta de si se habían divertido y todas contestaron lo mismo, pero quien quedó estupefacto fue José al ver a Elisa con su vestido de novia corte sirena dejando ver sus curvas, el cabello semi recogido y ondulado.

Elisa sonrió nerviosa, el maquillaje era exquisito no demasiado pero tampoco muy natural, se notaba que estaba un poco maquillada pero resaltando su belleza, el velo le llegaba por debajo de los glúteos y en sus manos un ramo de rosas naturales blancas, José se acercó y la tomó por cintura y la bajó de la pista de baile.

—Te ves hermosa.

Elisa se sonrojó mientras sentía la caricia en su mejilla:

—Gracias, también te ves muy guapo.

Sasha miró que el inicial que le faltaba pareja era a Orlando, ella había invitado a Azul, pero ella dijo que tenía que ir al juzgado, y veía que Orlando también se sentía sólo entre tantas parejas, Orlando se acercó a José.

—Hay que irnos o no habrá boda.

Todos salieron del bar y afuera había dos limusinas, las chicas se llevaron a Elisa aunque José estaba renuente a dejarla ir, pero dado que tenían el tiempo limitado para llegar al registro Civil, las dejó que se la llevaran, en la primera limosna iban todos los hombres y en la otra las mujeres.

La primera limosna en llegar fue la de los chicos. Jacob le dijo a José que esperara a Elisa como él lo hizo con Sasha. José esperó a Elisa y ella llegó justo en el momento que la música empezó, a José se le hizo raro que nadie de las dos familia ha estaba, sólo sus amigos.

La ceremonia fue sencillo a como cada ceremonia civil, sólo que Elisa y José si dijeron sus votos los que usualmente se usan, Sasha sonrió al ver que ninguno se dio cuenta de que debían intercambiar argollas, el juez había sido avisado antes de este detalle que no lo mencionara, al terminar la ceremonia, todos lo felicitaron, al salir sólo había una limusina y cinco autos, tres en frente y dos atrás, todos eran blancos y decorados.

Los seis automóviles tomaron la ruta hacia la salida de la ciudad, al principio José y Elisa no lo notaron hasta que se les hizo que habían durado mucho para llegar a la casa de Sasha, así que José le llamó, al ver que ya estaban a las afueras de la ciudad.

—¿A dónde vamos, Sasha? —enseguida le preguntó José.

—A la Hacienda de tu familia, cuando le dije a Bianca sobre la celebración en mi casa, casi me revienta un tímpano y ya sabes cómo es tu mamá, no se le puede decir no cuando algo se le mete en la cabeza —dijo Sasha muy calmada, pero Jacob miró que estaba nerviosa, porque con la mano libre jugaba con la tela del vestido y se mordía el labio inferior, le parecía tan linda verla así de nerviosa.

—¿Y por qué no me dijiste?

—Ah bueno, se me olvidó, jajajaja, además será una bonita sorpresa para Elisa —y Sasha colgó.

Jacob sonrió al verla, ya que diciendo mentiras a medias ella estaba tranquila, pero aún se le notaba que estaba mintiendo. Jacob se preguntaba si ahora miraba estos pequeños detalles, porque le presta toda su atención, o sólo es porque hace meses atrás no quería ver que ella le mentía al decirle que no lo amaba que sólo le tenía cariño, y luego se burló de sí mismo, porque la respuesta era obvia.

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