La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 89

Jacob entró muy apresurado a la habitación donde estaba Sasha, y al verla despierta y sólo con una solución intravenosa, se tranquilizó.

—¿Cómo te sientes, amor? —preguntó Jacob y no pudo controlar su tono preocupado, Sasha volteó a verlo y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Estoy bien.... pero me dio miedo cuando miré que aún quería chocarnos —dijo Sasha y Jacob fue a abrazarla y la consoló diciendo:

—Tranquila, cariño, ya pasó, ya paso.

—¿Sabes cómo están Azul y Sánchez?

—No lo sé, cariño, sólo quería saber cómo estabas tú, estar seguro que estabas bien... iré a preguntar cómo están ellos ¿sí?

Sasha asintió y Jacob se percató del gesto que hizo, quería quedarse, pero sabía que Sasha estaría preocupada por Sánchez y Azul. Le dio un beso en la mejilla y salió de la habitación, ya en el corredor miró a Orlando corriendo, así que lo esperó, a Orlando le faltaba el aliento y Jacob dio un suspiro, ya que así estaba él, sin decirse una palabra por el momento ambos caminaron a la habitación donde ahora estaban Azul y Sánchez, ya que ambos estaban inconscientes al llegar al hospital.

Orlando se apresuró a Azul, y Jacob miró a Benítez con Sánchez, Orlando tomó la mano de Azul y la besó con suavidad, en la parte izquierda de la frente tenía un hematoma del golpe recibido con el vidrio del auto, y a diferencia de Sasha, a Azul no se le abrió la piel, Orlando besó la mano de Azul, era pequeña y delicada. José llegó unos minutos después.

—¿Cómo están? —preguntó Jacob.

—Azul sólo fue el golpe en la cabeza y los estudios no muestran fractura o inflamación en el cerebro, es una buena noticia, en cuanto a Sánchez, él aparte del golpe en la cabeza llegó con el brazo dislocado, lo pusimos en su lugar, pero necesitará usar la férula por unos días, tratamiento y terapia para el brazo.

—No es tan grave —se escuchó la voz agotada de Sánchez, quien había despertado cuando José les explicaba.

—Debes de cuidarte y estará incapacitado para que te repongas —dijo José.

—¿Cómo está la señora? —preguntó Sánchez, ya que Sasha era su prioridad, desde aquella mañana de jueves Santo, juró protegerla con su vida y había fallado cuando la secuestraron, y parecía que seguía fallando en su misión, eso era lo que pensaba y sentía.

—Está bien, mejor que ustedes, ya que no quedó inconsciente —dijo Jacob—, debes de cuidarte y descansar.

—No, por favor, señor, aún puedo.....

—Sánchez, no puedes disparar, es mejor que regreses cuando estés mejor —lo persuadió Benítez.

—Hazle caso a tu compañero —dijo José y miró a Jacob, quien sabía que Sánchez pensaba sólo en su misión como un buen soldado.

—Puedes quedarte en casa y sólo hacerle compañía a Sasha y a Azul —dijo Jacob y Sánchez asintió—, pero por ahora te quedarás aquí hasta que te dé de alta mañana el médico.

Al decirlo, le estaba dando una señal a José para que no deje salir del hospital a Sánchez hasta el día siguiente, Orlando escuchó y se sentía extraño que Azul se fuera a quedar en su casa, Jacob lo miró.

—Tío, yo me haré....

Orlando no terminó de hablar cuando Jacob lo interrumpió:

—Aun no puedes darte el lujo de dejar a un lado el trabajo, quédate con nosotros en casa, así estarás al pendiente de Azul cuando regreses.

—Jacob, tiene razón, además ella tendrá un poco de vértigo, y necesitará una incapacidad por unos días, y es mejor si está acompañada.

A Orlando no le quedó de otra que aceptar, pero cuando mamá y la abuela se enteraron del accidente, les ordenaron irse a su casa, allí estarían con más compañía ambas mujeres, además que mamá y la abuela sabían que Sasha había ido por Azul para mostrarle el velo.

Jacob y Orlando fueron con los peritos para saber cómo fue todo y cómo iba la investigación, pero los llevaron a Fiscalía donde estaba detenido el hombre causante de este accidente, dentro Orlando se sorprendió al ver que el hombre causante de este accidente era nada más y nada menos que el padre de Azul, sabía que Azul jamás haría algo en su contra, pero en esta ocasión estaba involucrada su melliza, y también los guardaespaldas de ella, y fue una suerte que Jacob aún mantuviera al máximo la seguridad de Sasha o quizá ambas mujeres habrían muerto. Orlando le llamó a Arturo para hacerse cargo ambos del caso, y si Azul le pedía que no interviniera Arturo, se haría cargo del todo.

Cuando Azul despertó y fue dada de alta, Orlando la llevó a la casa Martínez, cosa que la sorprendió mucho.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó confusa Azul.

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