_ ¡¿Estás muy ansiosa?!
_ ¡Sí!
¿Qué? ¿Ansiosa? Pero ¿Por qué debería yo de estar ansiosa? Sin embargo, aunque hablo por dentro. El Maldito cuerpo mio no me obedece. De nuevo lo abrazo como toda una boba y de puntilla lo beso.
Él sonríe con picardía y me carga. Entramos a una oficina y él se sienta. Hace unas llamadas y escuchó que nombra un escuadrón de elite. «Serpientes» miro de reojo. Para escuchar más sobre la conversación. Pero todo era código. Este hombre tiene un escuadrón de elite. Tiene una manada de hombres salvajes y mafias de todo el mundo a su poder.
Se sienta y le dice a su jefe de seguridad, que no escape ni uno. Me mira, y me guiña un ojo. La cara de póker y su mirada profunda que te desnuda el alma, no estaba en esta guiña de ojo. Sonreí simple. Pero lo vi como tonto.
_ ¿Quieres jugar un poco?
Incrédula de sus palabras. Lo mire Y rebobine lo que él dijo ¿Si quiero jugar?. Una sensación infiera recogió mi cuerpo y volví en sí.
_ ¿Jugar a qué?
_ ¡Hace un rato, me dijiste que no descansarías hasta ver a hombres de Stone pedir clemencia…! ¿O me equivoco?
¿Qué debería decir? ¿Era una broma? Nada tenía sentido en este momento. ¿Qué pasa conmigo? Hable conmigo misma desde adentro. Lo mire ojos acle y levante mi barbilla. Ya era momento de tomar acción por mis palabras. Si fui yo, o la otra estúpida que se apodera de mí. Estaba enredado y este no dejaría pasar la oportunidad. Odio cuando paso lindos, momentos con él, y de un rato a otro es un maldito demonio.
Jack Bill
Es un tormento. Estaba en un profundo sueño, acurrucado con la chica más dulce que la miel. Uno de mis hombres llamo sacándome de mi burbuja diseñada. Abrí los ojos y tome el celular.
Mis hombres me informa de la situación y me pongo en obra, nunca dejo pesar una cosas tan grandes. Con tal de atacarme, esa persona debió tener más que cojones. Estoy enojado a punto de echar chispas. Cuando la escudo decir. «Que la noche sea eterna y no cederá hasta verlo pedir clemencia» Esta mujer me estaba volviendo loco. No mostré emoción.
Antes de poder decir algo más. La sentí rodear mi cuello y me beso. Eso me calienta y la agarré. Entre a mi oficina y hablé con mis hombres. Luego de una charla seria con ella. La vi cambiar de color en un momento a otro. La chica que conocía estaba de vuelta. Su mirada fría e indiferente me hizo ver que ella tenía varias personalidades.
Aló largo de su vida, por todo lo que ha sufrido. Un trastorno de personalidad la invadió, cada uno tenía su propio momento. Podía jurar que eso, solo podía verla en una película. Pero extrañadamente tenía la persona con todo esto frente de mí. Con sus respuestas salimos del lugar y nos dirigimos a mi base de hombre. Las serpientes Ya estaban a mis esperas.
_ ¡Los quiero a todos, muertos o vivos, quiero el cuerpo de todos!
Ya sabia que ellos, no iban a poder escapar en la colina abajo. Es un lugar bien estructurado y poco camino. Subes o mueren allí mismo. Si ese fuese sus trampas para hacerme bajar. Ellos estaban equivocados. Cerré el perímetro de colina abajo. Y solté la corriente de agua. Suben o se dejan llevan.
No es que sea un hombre malo, pero ellos se metieron mi casa y esto es privado. La mujer a mi lado estaba viendo como todo se desarrolló. Su mirada definida me decía que me quería interrogar. Sabía lo que se refería, porque nadie sabe tanta información de mí.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La secretaria Indomable