La secretaria Indomable romance Capítulo 72

Esa mujer, por Dios.

_ ¡Katty, nos esperan, vamos! ¡Deja de frenar mi camino!

Ella seguía sin responderme, solo miraba el ramo de flores. Su mirada ya me decía que se trataba, era una más de interrogación. Sinceramente, me encanta cuando se pone así.

_ ¡Mira, es para él! Lo ves.

Cuando ella se volteó y vio a papa salto como un chimpancé. Me quería morir de la risa esta mujer. Su ánimo se disparó como un francotirador. Corrió como una pequeña niña y abrazo a papa. Bueno, él le tiene mucho cariño. Desde que salió de viaje. Me instruyó principalmente de no removerla de su puesto. Y ella será personal, como profesional. En ciertas palabras, ella es cuatro veces muchos de mis hombres.

Tiene las faldas bien puestas, sabe como dar el giro sobre sus tacones. Maneja cualquier problema sin dificultad. Una así que necesita, todo hombre, un puto tesoro. Ella y papa hablan, no sé de qué mierda pues no estoy tan cerca.

Camino hasta estar frente a mi boss. Este hombre me hizo todo lo que soy ahora. Es un viejo ogro. Carácter fuerte, pero suaves a la vez. Rudo. Tiene sesenta y cuatro, sin mentir él parece de cuarenta. Lo abrazo y lo veo. Sigue siendo un jovencito después de todo. Es mi héroe mayor. La persona más mafiosa y con una sabiduría. Sus barbas grises y entre castaño lo asen lucir aún más apuesto. 

Si no fuera su hijo, y tener sus rasgos faciales. Lo viera como mera competencia.

_ ¡El viaje, te ha hecho muy bien, has vuelto como nuevo de paquetes!

Le digo yo. Y él sonríe en picardía de aprobación. Sé jira donde katty, que está entusiasmada como una muñeca de porcelana.

_¿Dime, hermosa como te ha tratado este pequeño ogro? _ le pregunta mi padre.

_  ¡Él, ufff me ha hecho la vida de cuadritos! 

¿Qué, pero que mujer? Mi viejo me mira y explota en unas carcajadas.

_ ¡Lo sé, él es muy rudo, y tiene muy poco afecto!

Me quedo, como todo un idiota viendo como esos dos, se montan una carpa en mis costillas.

_¡Lo heredé todo de ti pa, no puedo ser diferente!

Digo, tengo que defenderme por lo menos.

Ella me mira y me saca la lengua. Su sonrisa es una luz, para mi alma. La quiero hasta donde ella no se imagina. Pero soy terco y demuestro muy poco amor. Lo lamento, no soy nada romántico. Esas cosas la veo muy cursi.

Veo que ella atenúe y jira por ambos lados como si buscara algo. Y veo como agarra su cabeza en señal de algún peligro.

Yo y mi papá nos quedamos aturdidos, por su reacción, en medio segundo, ella empuja a papa y veo que una bala choca en el metal del basurero. Me agacho con mi viejo y caminamos hasta subir el auto. Alejandro arranca sin medir palabra.

_ ¡Vámonos! 

Después de que el carro se puso en marcha, ella agarra a papa, y lo abraza, pero mi viejo está tan calmado como siempre. Estoy furioso y siento que el carro se pone chiquito para mi altura. ¿Quién es tan audaz? ¿Quién tiene tantos granos? ¿Quién es? ¿Cómo se atrevieron, ese es mi viejo? Mi jefe me da unas palmaditas en la mano. Él no habla pues me conoce demasiado, sabe que estoy a punto de explotar.

_ ¡Papa, estás bien, no te dio la bala ¿Cierto?!_ por fin ella habla

Pero me la quedo mirando, ¿cómo pudo ella saber, de la bala? ¿Cómo que ella reaccionó tan rápido? ¿Tiene algún don, que puede escuchar el sonido de un disparo a larga distancias? Quiero entrar en razón, pero no puedo y ella es la última persona que yo desconfiaría. Si fuese ella no empujaría a papa, lo dejaría llevar su bala.

_ ¡Papa, los enemigos están en todas partes! _

Dice ella con los ojos rojos, si no la conociera diría que está a punto de llorar, pero esta mujer es un hierro de doble metal. Su ira traspasa la mia. Por lo rojo que está eso digo.

 Ella agarra su cabeza, y hace los mismos gestos.

_ ¡Alejandro, ala derecha!

Una vez dicho eso, veo un maldito misil pasar a todo poder, y se plantea bajo una furgoneta que teníamos delante. La miro y entiendo, esta es una maldita leyenda, puede escuchar sonido desde largas distancias. Es decir, ella, no solo lo puede escuchar, lo puede ver. Mi madre padecía de este sentido . Lamentablemente, la perdí desde que era muy joven.

_ ¡Alejandro frena aquí, y ahora!

Ella dijo eso, pero Alejandro temía por la seguridad de papa, y seguía. Pero ella estaba echando humo. En cada uno de mis carros siempre lo tengo cargado de armas. Y le seguía la corriente.

_ ¡para ya Alejandro!

Ella me jala a movimientos rápidos, envuelve a papa, con un chaleco antibalas. Ella conoce cada uno de mis autos. Mi coche es aprueba de balas, pero la seguridad primero. La veo bajar como una modelo. Y abre el baúl. Saca una Mk. Setenta y cuatro y se decora con cartuchos en todo su cuello.

Hago, lo mismo, ella ni siquiera me mira. La sigo y ella me mira con aprobación. Me estoy volviendo loco esta mujer, es una gema en bruto. Camina de unos espacios, y me va diciendo los movimientos y yo disparo. En cada moviendo es acertada. Los hombres que nos vieron girar estaban a pies. Como si sus cálculos fueran acertadas. 

Yo nunca me escapo, enfrento la batalla. Y esta mujer me conoce al pie de letra. Me da señal a mis espaldas. Ella dispara sin detenerse. Veo caer a varios hombres. Como si de unos videojuegos se tratase, brincaba y se bajaba en busca de las señales de su enemigo. Cada movimiento fueron acertados.

_ ¡Vámonos!

Caminamos donde aviamos dejando el auto y subimos. Vi a papa tranquilo como siempre. Una vez, que Alejandro puso el auto en marcha. Ella cae, sobre los pies de papa. Me asusté pero papa. Me paro, solo le acariciaba la cabeza, como si él, ya sabia de todo lo que padecía ella.

_ ¡Uso, su cerebro, a toda potencia, está agotada, despertará en breve!

Solo moví la cabeza, no sabía, nada de eso. Esa mujer al fin y al cabo ¿Quién es en realidad? ¿Quiénes son la familia Benger que todo le temían? ¿Quién es ella? La miro en los pies de papa, quedo intrigado, pero no puedo hablar, estoy sorprendido. Que habilidad. Mi papá me mira y solo me dice.

_ ¡Calmate, te explicaré luego, ahora llevame a casa! Estoy agotado.

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