La venganza de la ex esposa romance Capítulo 9

Aquella mañana no comenzaba del todo bien a pesar de que el día anterior había pasado una agradable tarde de trabajo bien acompañado de la sexy señora Williams, y los pasteles que habían compartido juntos.

—Basta ya Rebekah, estoy harto de tus estúpidos e injustificados ataques de celos, ¿Comprendes que solo me casaré contigo porque así me lo impuso mi padre? Que te quede bien entendido que yo te desprecio, eres la mujer mas banal, víbora y despreciable que he conocido, tu y yo no tenemos nada y nunca tendremos nada, tan solo eres mi prometida porque así me lo obliga mi deber familiar, pero jamás llegare a sentir nada más por ti que no sea odio — diciendo aquello, Bastián terminaba esa desagradable llamada de su impuesta prometida.

Mientras se colocaba los zapatos, Bastián nuevamente sintió desprecio hacia su apellido, los Myers, la perfecta familia de famosos abogados cuyo apellido prominente era bien temido y respetado en todos los círculos sociales que había en la burda sociedad estadounidense. El era el heredero de tan importante familia, su único hijo y, por ende, el único amarrado a cumplir con un absurdo deber que no quería ni del que tampoco se escapaba.

—Maldición — se quejo frustrado y molesto aún por la llamada de esa mujer despreciable dejándose caer de espaldas sobre su cama con las manos cubriéndole el rostro.

Rebekah Lestrange era una ambulante pesadilla. Celosa en extremo, obsesionada con el desde que tenia memoria y una mujer frívola e interesada que solo quería, al igual que su hermana mayor, tener un esposo de apellido prominente para presumir con sus amigas, realmente él y Enzo habían sido muy desafortunados de ser prometidos a las hermanas Lestrange.

En algún momento él tendría que casarse con esa mujer de la que jamás podría enamorarse, por eso no le gustaban las cosas del amor, enamorarse no tenia caso, el por deber se casaría con otra, había aceptado su destino desde hacia años. Riendo un poco de su desafortunada situación, recordó las atinadas palabras que la señora Williams le había regalado a cambio de las suyas.

“Usted esconde a un hombre que se siente solo y que quiere enamorarse, esconde a un hombre dulce y entregado que teme al compromiso por alguna razón”

Pensando en ella, en aquellas palabras, deseo verla de nuevo, Adalet Williams era una mujer hermosa, inteligente e interesante, sin embargo, por la verdad que escondían aquellas palabras que ella le dijo, le habían dolido tanto. El jamás podría enamorarse de nadie, tan solo vivir el resto de su vida casado con una mujer despreciable porque ese era “su deber” y luego comenzar a engañarla con muchas otras mujeres, tal y como Enzo con su esposa, pero el deseaba más que solo un cuerpo de una noche, quizás, aquel era su deseo más egoísta, pues sabría que no podría estar con aquella a la que amara…y que lo amara a él.

Lejos de allí, Adalet recibía con los brazos abiertos a su mejor amigo y al novio de este.

—Bienvenidos a New York, espero que su estadía sea muy agradable — decía mientras abrazada a Niklaus y le besaba la mejilla.

—Hey nena, recuerda que soy bisexual, no me provoques con tus besos de candela — respondía Nick a modo de broma mientras su pareja giraba los ojos.

—Solo esta bromeando Vincent, no le hagas caso — dijo Adalet pisando sin despistar el pie de su mejor amigo.

Se había decidido que Niklaus se quedaría en casa de Adalet debido a una disputa antes de abordar el avión y que Vincent no lo quisiera cerca mientras terminaba su exposición de arte. En la comodidad de su hogar, Adalet y Nick se ponían cómodos mientras hablaban de asuntos mas serios.

—Entonces finalmente viste al patán que te abandono, espero de todo corazón que se le caiga un yunque encima y nunca más tengas que volver a verlo, fue muy difícil verte pasar tus años de universidad siendo madre soltera con el pobrecito Dante en tus brazos, créeme que, si tengo la oportunidad de verlo, le romperé la cara — decía Nick con sinceridad.

Adalet suspiro.

—Sabes que no es tan sencillo, además, no quiero que nadie intervenga en mi venganza, esos malditos Stone lo pagaran tal y como a mi me lo hicieron pasar, ya lo veras — decía Adalet con seriedad.

—Y por ello es que estoy aquí, vine a ayudarte a conseguir derribar tu competencia, conseguí muy buenas alianzas en Londres, alianzas que fortalecerán a Triade Corp., vamos a crear un verdadero imperio — dijo Nick.

—No esperaba menos de mi mejor amigo — respondió Adalet.

Yendo a la habitación de su hijo, lo ayudo a vestirse para llevarlo al colegio. Dante era lo único realmente bueno que tenía en ese océano de odio.

—Cariño, por la noche Nick y yo te llevaremos al cine, a ver esa película de juegos que deseabas ver, luego de eso iremos a cenar — prometía Adalet.

—Si, ya quiero ir a pasear con el tío Nick, me prometió que llevaría a la juguetería para escoger mi regalo de cumpleaños, aunque todavía falte para que cumpla años — decía con inocencia el pequeño.

Adalet sonrió. — Pues bien, entonces, escoge todo lo que quieras campeón, después de todo, el tío Nick es el que paga — respondió.

Acompañada de Niklaus, Adalet dejaba a su pequeño Dante en el costoso colegio al que asistía sin percatarse de estar siendo observada por un hombre en todo momento. El detective de Enzo, parecía anotar todo lo que miraba en una libreta al tiempo que también tomaba fotografías de manera discreta, acababa de descubrir que la mujer tenia un hijo luego de una búsqueda poco exitosa en Londres.

—Bien, pero yo escogeré la película de esta noche, de lo contrario, terminare viéndote comer helado de chocolate mientras lloras sobre mi cama viendo a Julia Roberts en La boda de mi mejor amigo — decía Adalet a Nick mientras entraban a su despacho en Triade Corp.

—Que cruel eres, estoy pasando una posible ruptura amorosa y tu piensas en hacerme ver zombis y cosas asquerosas — se quejaba Niklaus mientras Adalet se reía.

Bastián y Enzo, quienes esperaban dentro del despacho de la pelirroja, no pudieron evitar escuchar aquello y ponerse demasiado tensos por esa razón.

—Ah, buenos días Bastián, Enzo, no los esperaba tan temprano — dijo con indiferencia la mujer mientras se sentaba tras de su escritorio.

—Buenos días primor, le he traído su café y su pastelito de siempre — dijo Bastián sin dejar de mirar de manera desafiante al hombre desconocido que había llegado junto a Adalet.

—Gracias señor Myers, pero hoy desayune con Niklaus antes de venir aquí, se lo agradezco, los tomare más tarde, ahora, Enzo, me sorprende verte aquí cuando en verdad no se te ve demasiado interesado en estar involucrado con el proyecto, el señor Myers ha venido a cada junta en tu lugar — dijo la pelirroja sin mirar a su ex esposo.

Niklaus miro con desprecio a Enzo, sabiendo bien que era ese hombre quien junto a su familia habían hecho tanto daño a Adalet, aunque realmente no conocía todos los detalles de ello.

Adalet no había terminado de decir aquella frase cuando sintió los calientes labios de Bastián Myers sobre los de ella, robando un beso apasionado de sus labios que por mucho tiempo no había sido besados. Bastián, celoso de creerla encamada con otro hombre, no había podido frenar aquellas ansias que padecía desde hacia semanas atrás, esas ansiad que sintió desde el momento en que la conoció, y disfrutando del sabor de sus labios, sintió como aquella leona de hielo, le correspondía leventemente, antes de sentir su mejilla ardiendo por aquella bofetada que de Adalet Williams había recibido.

Adalet, asustada, había abofeteado a Bastián Myers, el abogado del diablo, pues se había descubierto disfrutando de aquel breve y apasionado beso de los labios del apuesto hombre, y eso, no podía ser.

—Váyase señor Myers, o llamare a seguridad — dijo apenas con voz, y Bastián, desconcertado consigo mismo, salió del despacho de aquella hermosa pelirroja.

En su despacho, Enzo aun sentía sus celos hirviendo dentro de el al imaginar a una bella y desnuda Adalet en los brazos de ese Niklaus o de su traicionero amigo Bastián. Su celular, sin embargo, interrumpía aquellos pensamientos.

—Stone — respondía a secas para luego tomar un gran trago de ron desde su copa de cristal.

—Señor Stone, he logrado averiguar algo más sobre la señora Williams —

Aquel era su detective, quizás, iba a decirle lo que él ya sabía, que Adalet estaba involucrada con ese Parker.

—Ya, dilo — demando.

—Tiene un hijo —

En ese momento, Enzo sintió como se detenía el mundo solo por un momento.

—¿Un hijo? — cuestiono incrédulo casi sin voz.

—Así es señor, el niño debe de tener entre cuatro o cinco años, estudia en el British College, es pelirrojo, igual que ella, les he tomado fotografías…

Enzo había dejado de escuchar a su detective, pues la palabra hijo le retumbaba en la mente torturándolo como nada más lo había hecho. Adalet tenia un hijo…con un hombre que no era él. La copa yacía rota en su mano que sangraba, y sus celos enfermizos salían a flote en aquel despacho destrozado.

Caminando a su auto, Bastián se recargo un momento en el. ¿Qué había sido aquello? ¿Esos eran celos? Por un momento, la sola idea de imaginar a Adalet Williams en la cama con otro hombre, lo había hecho perder la razón, por ello la había besado. Adalet le gustaba mucho, admitía por primera vez con clara honestidad, que esa mujer de fuego le gustaba mucho más que “solo para una noche”, y aquello, lo había aterrado.

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