La venganza de mi mujer ciega romance Capítulo 264

Albina estaba muy emocionada y sintió un dolor agudo en su corazón al recordar que su padre había sido una buena persona por toda su vida, pero al final murió antes de la llegada de ambulancia, además, fue calumniado después de la muerte y todo el mundo lo consideraba como un criminal en vez de una víctima.

—Albina, cálmate —Umberto se acercó a ella, la ayudó a secar sus lágrimas, miró sus ojos rojos y suspiró—. No te preocupes, lo atormentaré antes de llevárselo al policía.

Julio estaba muy decaído por las acusaciones de Albina, pero se asustó al escuchar lo que dijo Umberto.

—No me pueden aplicar linchamiento abusivo...

Se castañeteaban los dientes de susto sabiendo lo despiadado que era Umberto.

Umberto ni siquiera lo miró, dejó que gritara horrorizado en el suelo y ordenó a Rubén con impaciencia:

—Tapa su boca.

Aunque la villa estaba un poco alejada y no había vecinos cercanos, alguien podría pasar por aquí y arruinaría todo.

Rubén asintió y en seguida, Julio dejó de gritar.

Su boca había pegado por cinta que le prohibió abrir la boca, su cara estaba roja de ira y más de miedo.

Julio no sabía cómo le iba a sancionar Umberto, pero al ver el odio en los ojos de Albina, ya podría imaginarlo.

Rubén se acercó a Umberto y le susurró:

—¿Quiere el truco anterior? Seguramente nos contará cosas más interesantes que lo que dijo David.

Umberto enarcó las cejas, miró a Julio y sonrió:

—Hazlo como quieras.

Después de haber logrado el permiso, Rubén se dirigió a Julio sonriendo, luego se puso de cuclillas para hablar paralelamente con Julio.

Julio ha liderado al Grupo Carballal durante tantos años, según su personalidad, definitivamente ha hecho muchas cosas malvadas, así que la grabación será muy útil en el futuro.

Julio no podía hablar, solo se puso mucha atención en escuchar la conversación entre Umberto y su asistente personal, pero hablaban en voz muy baja y no oyó nada.

—Sr. Carballal, habíamos tenido muchos contactos antes, y llevábamos bien en ese tiempo, así que realmente no quiero lastimarte, hablé con mi jefe hace poco para darte una oportunidad.

Dicho eso, arrancó la cinta de la boca de Julio y continuó diciendo con una sonrisa:

—Si puedes contarnos todas maldades que has hecho antes, no te golpearemos y te llevaremos directamente a la comisaría.

Julio lo miró con recelo, frunciendo el ceño.

Sabía lo que le pasó a David.

La grabación había afectado mucho a la familia Carballal, Mia y Emma hicieron muchos daños a Yolanda también a causa de esta grabación, era por eso que Yolanda se convirtió en una mujer estéril y fea, después tuvo que tomar mucho tiempo para recuperarse poco a poco.

Julio, al ver que ellos otra vez intentaban usar el mismo método, se negó directamente:

—No, seguramente lo grabarás y se lo difundirá después, no me dejaré engañar.

Umberto se rio cuando escuchó sus palabras:

—Sí, lo vamos a hacer, pero eso no te tendrá ningún efecto, la familia Carballal ya había quebrado y tú serás condenado y permanecerás en prisión por muchos años, así que ellos no podrán perjudicarte en la cárcel que será tu mejor refugio.

—Pero tu esposa e hija podrían ser afectadas.

Mientras hablaba, Umberto había notado que las cejas de Julio se movían, seguramente estaba considerando la recomendación reciente.

A través de la llamada telefónica de hace un momento, Julio estaba totalmente decepcionado por lo dura y despiadada de su esposa y Yolanda.

Finalmente, se dio cuenta de que esas dos mujeres no sentían nada por él y solo se preocupaban por su dinero. Ahora que se metió en problemas, probablemente las dos estarían felices de que finalmente podrían conseguir a Yoli sin su control.

Pronto sería un prisionero, no podría permitir que las dos salgaran con la suya, después de todo, la muerte de Juan fue causado por Yolanda, no era justo que él asumiría todas las consecuencias.

Cuanto más lo pensaba Julio, más enojado se ponía, levantó la cabeza bruscamente y miraba a Rubén con ojos rojos:

—Está bien, les contaré todo si no me peguen.

Los ojos de Rubén se iluminaron y sonrió:

—Tomó usted una decisión correcta.

En seguida, encendió el equipo de grabación y le dio una botella de agua para que pudiera humedecer su garganta mientras hablaba.

Julio empezaba a contar hasta las maldades que hizo cuando iniciaba a administrar por primera vez la empresa hace más de 20 años.

Lo único que quería en mente era vengarse de su mujer y Yolanda, así que les contó todo lo que pudo decir.

Albina se sentó junto a Umberto, cuanto más escuchaba, más sorprendida se veía.

Esta persona ha hecho tantas maldades, tanto las pequeñas como las grandes, casi había ofendido a todos los negocios familiares de la ciudad Sogen.

Se acercó a Umberto y le susurró:

—¿Sabes todo lo que había mencionado?

—La mayoría sí. Pero igual me ha sorprendido mucho algunas cosas que nos acabó de contar.

Dicho esto, Umberto pareciera dando muestras de estar pensativo, después de propagar la grabación, ya no era necesario de hacer algo, Yoli pronto sería rechazo por el público y Yolanda por ser la hija de Julio, pagaría las deudas de su padre.

Albina ahora comprendió por qué razón Yolanda era tan cruel y despiadada, todo se había heredado de su padre.

Romina se quedó atrás, mirando a Julio, regocijándose todo el tiempo.

Afortunadamente, se fue después de haber cumplido el trabajo y no se confundió con los cariños de Julio en vez de traicionar a Umberto. Si hubiera quedado al lado de Julio, sin intervención de Umberto y Albina a la familia Carballal, no tendría un buen final por vivir todos los días con una persona tan siniestra.

A Romina le dio pena por lo que pasaría Yolanda y su madre, de toda manera se lo merecían.

—Ya les conté todo.

Sin saber cuánto tiempo había pasado, Julio ya había contado todo lo que pudiera recordar.

—Sr. Santángel, por favor llévenme a la comisaría. Ya no voy a escapar y confesaré todos mis delitos, además, puedo identificar a Yolanda que conducía ebria ese día.

Julio estaba haciendo todo lo posible para perjudicar a Yolanda, también era para mostrarle su actitud a Umberto y evitar torturas.

Umberto sonrió y asintió:

—Bueno, vamos a guardar la grabación entonces.

Después de eso, no habló más y mucho menos dio la orden para que alguien lo enviara a la comisaría. Julio finalmente se dio cuenta de que algo andaba mal y vio a varios guardaespaldas se acercaron hacia él.

Poco después se escuchó los gritos de Julio.

—Umberto, no cumpliste tus palabras, para ser un empresario, lo más importante es tener honestidad, ¿acaso no te importa arruinar la reputación del Grupo Santángel?

Julio regañaba a Umberto mientras se sujetaba la cabeza para evitar los golpes.

Umberto sonrió:

—Siempre he sido honesto con buenas personas y tú solo mereces sufrir por tus pecados.

Su sonrisa era fría y llena de indiferencia.

Julio finalmente se dio por vencido, no debería creerle en sus palabras, Umberto era más siniestro y astuto de lo que imaginaba.

Los golpes se detuvieron hasta el amanecer.

Julio ya no podía hablar, se quedó magullado y tirado en el suelo como un perro muerto.

Umberto miró a Albina que tenía mucho sueño en sus brazos y suavemente la despertó:

—Albina, es hora de levantarte, ahora llevaremos a Julio a la comisaría.

Albina abrió los ojos y vio a Julio que estaba muy herido y agonizante, y se congeló por un momento:

—Si la policía nos pregunta su estado, ¿qué le vamos a decir?

Umberto sonrió y no dijo nada.

Llegaron a la comisaría con Julio que ya había pedido conciencia.

La policía se tomó un rato para identificar a Julio que tenía cara hinchada y luego ordenó que lo encarcelaran.

Ciertamente, había preguntado sobre qué le había pasado a Julio.

Umberto se puso una cara inocente y le respondió con unos ojos extremadamente claros: 

—Nos levantamos esta mañana a dar un paseo y vimos a un grupo de hombres golpeándolo violentamente, parece que él les había robado un celular y cuando fuimos a verlo, él ya estaba así.

Después de terminar de hablar, Umberto le entregó a la policía el teléfono móvil que sacó de Julio y dijo con una sonrisa:

—Esto es lo que robó. No sé de quién pertenece, tómalo como una prueba material.

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