La venganza de mi mujer ciega romance Capítulo 362

Al oír eso, Ariana se congeló.

Lo miró y ella notó que Santiago no estaba tan borracho.

—Todo eso depende de ti.

Santiago se confundió, y vio a Ariana reír.

—Ya te he dado una oportunidad.

Ella se levantó.

—Voy a la cocina. Descansa y toma la medicina.

Santiago miró su espalda, frunció los ceños y suspiró.

***

Albina Espina se fue por tres meses.

Dentro de esos días, acompañaba a Claire Favre a hacer muchas cosas, y ahora tenía una visión más amplia de todo.

Claire tenía una posición muy alta en el mundo de moda y apreciaba a Albina. En el extranjero, Albina no sufrió dolor o tristeza, al contrario, recibió fama por su talento.

Los trajes diseñados por ellas sorprendieron a todos en Semana de la moda de París.

Ellas dedicaron mucho esfuerzo en esos trajes. Habían consultado muchos datos y recorrieron toda España. Usaron los modos viejos de fabricación e incorporaron un estilo especial en sus trajes para asombrarlos. Y lograron la fama mundial.

Albina todavía no volvía a casa, pero los períodicos se encargaron de informar a todos sobre lo que había sucedido.

No solo los trajes, sino también su belleza. Los internautas no podían apreciar la belleza de los trajes, pero la de su rostro era diferente.

En todas las fotos de los periódicos, Albina era preciosa. Incluso era más guapa que las cerebridades.

Su belleza le dio más fama que lograr el primer premio. Incluso tenía muchos seguidores nuevos en las redes sociales.

Macos Murillo, que se encargaba de las cuentas en las redes sociales, estaba más excitado que Albina.

Como era la diseñadora de su empresa, con su fama, también conseguiría más interés.

Sus padres y otros diseñadores la felicitaron.

Y Macos seguía riendo todo el día.

Pero la aparición de Albina afectó a las cerebridades que querían lograr atención en el evento y ellas querían humillarla, así que mostraron las fotos en las cual Albina era fea, pero todas desaparecieron dentro de unos segundos.

Macos se rio al ver esta situación.

Creían que Albina solo era diseñadora y podían humillarla, pero en realidad, era el tesoro de la Familia Santángel.

Era Umberto, quien hizo todo.

Kevin Varela también no se mantuvo en silencio. Encontró la estrella quien humilló a Albina y publicó las fotos de origen de las dos.

Esas fotos fueron tomadas por los periódicos extranjeros y no había filtro, por lo que se veía la verdadera apariencia de Albina y la estrella.

El rostro y la figura de Albina eran maravillosas.

Por el contrario, la estrella tenía muchos defectos tanto en el rostro como en la figura.

Todos sabían lo que pasó por estas fotos.

Y esta estrella perdió muchos seguidores por unos días.

Lo que hizo Kevin advirtió a los que tenían la idea de humillar a Albina. Aunque no sabían quien las publicó, entendían que Albina no solo era una diseñadora.

Nadie se atrevía a hacerlo otra vez.

Sin embargo, Albina no sabía lo que pasaba. Estaba muy feliz porque por fin regresaría a su país y se encontraría con Umberto, Ariana y Macos.

Estaba tan ocupada estos días que no tenía tiempo libre de contactarse con ellos. Para ella, no fueron tres meses, sino tres años. Los extrañaba mucho.

Claire la llevó al aeropuerto, y cuando se despidieron, ella abrazó a Albina con lástima.

Ellas habían pasado por diversas cosas en un largo tiempo. En este momento, ya eran buenas amigas. Claire apreciaba mucho a Albina y le gustaba.

—Cuando tengas tiempo, no te olvides de visitarme. Siempre te extrañaré.

Claire no regresaría al país en un largo tiempo porque ya había terminado su trabajo ahí. Ella era una mujer con carácter fuerte y siempre mostraba su independencia e indiferencia. Pero en este momento, no podía aguantar las lágrimas por la despedida de Albina.

Albina era más emocional, así que estaba más triste, y abrazó a Claire llorando.

Albina se secó las lagrimas. Era hora de marcharse, y se despidió de Claire moviendo el brazo.

Regresaba a casa con las dos maletas grandes que llevó al salir del país.

Todas llenas de productos típicos que le dio Claire y los regalos de otros diseñadores.

En el avión, Albina no podía creer que ya estaba regresando a casa.

«¿De verdad estaba regresando?»

Al pensar en eso, estaba excitada.

La noche anterior de la partida, Umberto la agotó y por eso durmió en el avión. Pero cuando regresaba, no podía dormir.

Al bajar, recibió la llamada de Marcos.

—¿Has llegado?

Él sonaba muy emocionado, y aunque le preguntara, ya sabía la respuesta.

Albina estaba sorprendida. No les había dicho nada y quería darles una sorpresa, así que no sabía cómo se enteró Macos.

Macos rio antes de que le preguntara.

—He visto la foto en el aeropuerto de un diseñador, en la cual apareces.

Él le envió la foto a Albina.

Era la selfie de un diseñador, en la cual se capturaba la escena de la despedida de ella y Claire en la parte inferior derecha.

—Tienes muy buena visión. Si no me lo decías, no lo hubiera descubierto.

Macos estaba contento.

—Lo más increíble es que es el mismo vuelo. ¿Ya bajaste? Sal, te espero en la entrada.

Albina se rio inmediatamente.

—De acuerdo.

Al salir, Macos se le acercó corriendo y tomó sus maletas. Luego, fue hacia el coche.

Albina lo siguió mientras miraba alrededor.

Macos puso todas las maletas y notó que Albina estaba buscando algo.

—¿Quieres ver a Umberto?

Albina sintió un poco de vergüenza, pero asintió con la cabeza.

—Sí. ¿No se lo dijiste?

Macos rio.

—No nos dijiste que regresarías. Creía que quería darnos una sorpresa. Si se lo digo, romperé la sorpresa. Te llevaré al lugar donde están Umberto y los demás.

Albina levantó las cejas, pero lo siguió por su confianza en Macos.

En el camino, Albina disfrutaba el paisaje. Respiró profundamente y sintió que el aire era más cómodo que el extranjero. Se serenó completamente.

Había visto la cultura y la prosperidad exótica del extranjero, pero solo podía darle consuelo su país.

—¿Quieres comer algo? Ya que has estado en extranjeros por tantos días, debes extrañar la comida de aquí.

—Claro que la extraño, pero no tanto.

Umberto había metido muchas comida en su maleta. Cuando partió, creía que Umberto había preparado demasiado y la maleta era muy pesada.

Pero no pensó que todo le serviría.

Cuando trabajaba con Claire, siempre no tenía tiempo de comer. Y las comidas que le dio Umberto les ayudaba mucho.

Y su gastronomía era atractiva.

Cuando las comía siempre atraía a otros diseñadores. No se le ocurrió a Albina que tendría amigos por eso.

De modo que agradecía mucho a Umberto.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La venganza de mi mujer ciega