Umberto vio que se agitaba y se apresuró a calmarla.
—Albina, no te enfades. Ahora estás embarazada. Cálmate y respira profundamente conmigo.
Albina, que estaba enfadada y no se sentía bien, siguió el ritmo de Umberto para respirar a fondo y ajustar su mente.
Al verla calmada, Umberto dijo:
—Dime qué hizo madre de Ariana para que te haga enfadar tanto.
Albina, aunque ya se había tranquilizado, no podía evitar mostrar enojo y asco cuando habló de la madre de Ariana.
—¿No te dije que los padres de Ariana se divorciaron cuando ella era muy pequeña y que formaron sus propias familias?
—Sí, eso lo sé —Umberto asintió.
Albina continuó:
—Ninguno de los dos quería a Ariana en ese momento, y el juez le dio la tutela a su padre, pero el propio padre, quien creía que la mujer valía menos que el hombre, no tenía ningún cariño por su hija, y ella no lo pasó bien estando con él. En aquel entonces, era de menor edad y echaba de menos a su madre, y de vez en cuando iba a la casa de esta. Sin embargo, su madre, que ya había formado su otra familia, se impacientaba con ella y la entregaba directamente a su abuela. La abuela de Ariana, que era una anciana bastante amable, sentía mucha pena por lo que sufría y hacía lo que podía para cuidar de ella, aunque las condiciones económicas no eran buenas. Cuando Ariana se hizo un poco mayor, supo que sus padres ya no la querían y poco a poco dejó de ir a molestarlos.
Albina respiró hondo para reprimir la ira acumulada en su pecho y añadió:
—Y para colmo, antes del fallecimiento, la abuela había hecho un testamento diciendo que le daría a Ariana la casa y todos los ahorros. No obstante, su descarada madre ignoró el testamento y peleó con Ariana por la herencia. Ariana era demasiado joven para luchar contra ella, y fue echada de la casa y solo se llevó encima una pequeña cantidad de dinero para cubrir los gastos de la escuela y el alojamiento, pero esa malvada madre incluso fue a la escuela a reclamar todo el dinero de Ariana.
Albina era compañera de clase de Ariana en ese momento, y había presenciado cómo Ariana, con aspecto vulnerable e impotente y de pie bajo el edificio de enseñanza, era humillada por su propia madre, quien le lanzaba palabras malsonantes.
El guardia de seguridad de la escuela quiso echar a la madre de Ariana, pero esta actuó como una loca, tendiéndose en el suelo y gritando que si Ariana no le daba todo el dinero, ella vendría una vez al día a armar alboroto.
Ariana, que no quería quedar en ridículo frente a todos y afectar la enseñanza de la escuela, no tuvo más remedio que darle todo el dinero. Y solo entonces se fue su madre sinvergüenza.
Albina todavía podía recordar que los días posteriores en donde Ariana, sin dinero, solo comió pan duro con agua y se pasó todo el tiempo libre haciendo trabajos a tiempo parcial para ganar una cantidad lamentable de dinero para sobrevivir. Y en solo una semana, perdió mucho peso.
Albina quería ayudarla, pero conocía muy bien el carácter orgulloso de Ariana, por lo tanto, para que ella no se sintiera avergonzada, pidió discretamente a su padre que la financiera.
Ariana lo estaba pasando muy mal, y sus clases en el instituto eran tan intensas que no tenía mucho tiempo para ganar dinero para mantenerse. Como resultado, aceptó la ayuda económica de esa persona bondadosa.
Después, de alguna manera, Ariana se enteró de que era el padre de Albina quien la ayudaba económicamente, así que en la vida cotidiana cuidó de Albina todo lo que pudo. Y fue en aquel entonces que la relación entre las dos se estrechó cada vez más y llegaron a ser las mejores amigas.
Una vez que se graduó del bachillerato, Ariana dejó de recibir ayuda económica. Tenía tanto talento en la pintura que se hizo un nombre y ganó dinero con sus pinturas. De esta manera, devolvió muy pronto todo el dinero que el padre de Albina le había dado.
Después, ganó una gran suma de dinero y se la dio a sus padres como compensación por haberla llevado a este mundo.
Al ver la capacidad de Ariana para ganar dinero, su madre quiso aprovecharse de ella. Pero como Ariana no tenía una vivienda fija y viajaba con mucha frecuencia, la madre no tenía ni idea de su rutina diaria, así que dejó de molestarla.
Sin embargo, Albina no esperaba que esta descarada mujer volviera a buscarla después de tanto tiempo.
«¿Cómo sabe la dirección de Ariana? ¡Qué molesta es esta mujer!»
Umberto se quedó en silencio durante mucho tiempo después de oír las palabras de Albina.
«No esperaba que la experiencia anterior de Ariana fuera así. No es de extrañar que ella tenga una personalidad tan fuerte.»
Albina, con el ceño fruncido, se apoyó contra el asiento con los brazos cruzados sobre el pecho y murmuró:
—¿Qué quiere hacer esta malvada mujer esta vez? ¿Quiere conseguir más dinero de Ariana otra vez? ¿O está tramando algo más vicioso?
Ariana ahora no tenía mucho dinero para darle. Por no hablar de que apenas vendía sus cuadros últimamente, y tenía una hipoteca que saldar cada mes. Por lo tanto, ahora ella no tenía más sangre para que chupara.
—No te preocupes. Llamaré a Macos después. Ahora él vive enfrente de Ariana, si realmente pasa algo, él será el primero en saberlo. Aunque su madre armara lío en la puerta de Ariana, Macos seguramente debería ser capaz de manejarlo adecuadamente.
Albina asintió con alivio ante eso.
—Afortunadamente, he dejado a Macos comprar el apartamento opuesto al de Ariana. Ahora él podrá estar a su lado todo el tiempo para protegerla.
Umberto le echó una mirada y dijo:
El ambiente en el salón era tenso e incómodo. Daniel y Olivia, sentados a un lado, miraban seriamente a las personas que tomaban asientos a su frente mientras el anciano estaba sentado en el asiento principal, sorbiendo su té con una expresión ligera.
Frente a Daniel y Olivia estaban sentados los cuatro miembros de la familia Águila.
Los padres de Camilo llevaban una expresión rígida y Camilo, con sudor en la frente, hablaba sonriendo con Olivia y Daniel. A su vez, Miguel tenía la cabeza gacha, y con las manos en el regazo, sin mostrar mucha emoción.
Albina se sintió oprimida nada más entrar y retrocedió con cierta incomodidad, apoyándose en el pecho de Umberto.
—No te preocupes, estoy aquí —Umberto le susurró al oído.
Después, se oyeron las duras palabras de Olivia:
—Lo siento, pero no podemos hacer nada al respecto. Todo depende de Umberto y Albina. Al fin y al cabo, ellos son los protagonistas y los perjudicados.
El anciano, que estaba sentado justo enfrente de la puerta, notó un ligero movimiento, miró hacia la puerta y dijo sonriendo:
—Justamente Umberto y Albina han vuelto. Bueno, ustedes pueden hablar directamente con ellos.
Los Águila se pusieron de pie a toda prisa cuando vieron a la pareja entrar por la puerta.
Los padres de Miguel, con caras llenas de culpa, se dirigieron a su hijo:
—Miguel, ve y discúlpate con el señor y la señora Santángel.
Este frunció los labios y primero miró a Albina, luego a Umberto y dijo:
—Señor Santángel...
En cuanto salió la voz, Umberto se lanzó sobre él y le dio un puñetazo en la boca sin darle la oportunidad de terminar sus palabras.
Ante la escena, todos en el salón se quedaron estupefactos.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: La venganza de mi mujer ciega
que pasa con el final de esta novela solo llega hasta 577 ?...