Libido +18 romance Capítulo 3

El corazón de Ariel palpitaba de nervios al ver a esa persona.

Ella resistió el miedo y con valor dijo: "Fui yo quien puso las pautas para que ayudaras a la familia Rosas de salir de su crisis. Me casare contigo. Aun soy joven, y no tengo la edad suficiente para casarme. Eso significa que sea deshonesta. Honestamente, te tengo miedo, pero sacare valor para superarlo. ¡Tarde o temprano no te tendré miedo!"

Ella dijo cada palabra apretando los puños, y se mantuvo calmada.

Pero su voz temblaba, revelando su estado de ánimo.

Charlie la escuchaba muy interesado y se sorprendió al respecto.

Dio unos pasos hacia adelante y se acerco a la cama.

Ella enseguida se sentó en el borde de la cama, y el hombre se detuvo sabiendo que lo que estaba haciendo no era lo correcto.

Ella gruño los dientes y con valentía avanzo unos pasos hasta verlo directamente.

Charlie mostro mucho interés por esta chica.

Le acaricio la mejilla con su grande mano y le pregunto: "¿Así no tienes miedo?"

Ella se estremeció cuando sus dedos fríos tocaron su piel cálida.

¿Cómo no podía tener miedo?

Sin embargo, este hombre será su esposo por toda la vida. ¡Tendrá que vivir con él por muchos años y por eso no tenia que temerle!

Ella levantó la cabeza y suspiro: "¡No tengo miedo!"

"No soy tan viejo y mi boca esta bien firme", sonrió Charlie. Y sus labios sensuales formaron un bonito arco.

Había un calor ardiente en esos ojos, y esa cicatriz mostraba horror, pero esta persona parecía muy cordial.

Ella se quedo mirando su sonrisa y no pudo evitar pensar que si Charlie no tuviera la cara desfigurada, seria muy hermoso.

Pero que pena...

La mano de Charlie siguió bajando directamente hasta el cuello de la camisa.

El cuerpo de Ariel se tenso instantáneamente, y lo miraba con horror.

"¿Asa también tienes miedo?"

El hombre solo bromeaba. Quería saber hasta donde iba a llegar ella.

Y sus ojos reflejaban indiferencia.

El hombre no tenia confianza en si mismo y no creía que ella pudiera aguantarlo.

Ella se sintió humillada, no por sus frívolas acciones, sino por su sarcasmo.

"Puedes examinar mi cuerpo, ver si soy honesta o no. ¡Charlieito, no eres la única persona de palabra!"

"¿Como me llamaste?"

El hombre hizo un movimiento y en sus ojos se sentía peligro. Y pregunto algo disgustado.

"¡Charlieito!". Dijo sin miedo a morir. "Serás mi futuro marido, ¿acaso no puedo llamarte con un nombre de cariño?"

Charlie no pudo evitar sonreír al escuchar esas palabras.

Él odiaba que lo llamaran así, solo el cabeza de la familia lo hacia. Pero esta chica, con toda la inocencia del mundo se atrevió a desafiarlo.

Por lo contrario, no encontraba nada malo en llamarlo así.

¿Un nombre de cariño?

"No me importaría si me llamas esposo"

La abrazo entre sus brazos y su gran mano se poso sobre su cadera.

Ella no se veía delgada, y eran tentadores los lugares donde tenia carne. Pero ella era muy liviana. Abrazarla era como abrazar una muñeca de porcelana, y él estaba preocupado de romperla.

Sus cuerpos se acercaron cada vez más. Ella era media cabeza más alta que él y miro ese rostro de cerca.

Las marcas de quemaduras parecían ásperas y aterradoras, de hecho también había una cicatriz en la esquina de la ceja. Pero no era tan larga como decían los rumores, y se veía aun mas intensa.

La mitad del rostro tenia esos ojos tan intensos como los ojos de águila, largos y encantadores.

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