Libido +18 romance Capítulo 43

Cuando pasó al lado de Ariel, su cuerpo enorme la empujó hacia un lado.

Ella golpeó la barandilla de hierro y estuvo a punto de caer.

Y ese grandullón se paró enfrente de ella.

¡Ya iba a ser el turno de ella!

La gente de atrás se quejaba y regañaba a los que cortaban la cola.

Pero el hombre al frente parece hacer oídos sordos.

Ariel vio que ese hombre iba a subir y tenían que esperar la siguiente ronda. Aunque estaban

descontentos, no pudieron hacer nada.

En este mundo, hay demasiadas personas que no tienen modales.

Charlie notó que ella estaba decepcionada. Se enojó, avanzó unos pasos y agarró el hombro de aquel hombre.

Ese hombre era muy robusto, le temblaba la grasa corporal y se veía feroz.

Trató de zafarse por un tiempo, pero no pudo deshacerse de Charlie. No pudo evitar fruncir el ceño y dio media vuelta.

Detrás de él estaba un hombre que tenía medio rostro destrozado. La otra mitad era blanca y bella.

Aunque era alto, no daba la sensación de que era malo.

Con su fuerza bruta, trató de liberarse de nuevo, pero no lo logró.

¿Cómo era tan fuerte?

Dijo descontento: “¿Qué estás haciendo?”

“Te saltaste la cola. Debería ser nuestro turno.”

“¿Tienes alguna prueba? Yo también puedo decir que ustedes se saltaron la cola.”

“¡Fuiste tú!”

Ariel dijo en voz alta, “¡Todos nosotros te vimos hacerlo!”

“¿Quién me vio? ¡Que salga e iré a matarlo!”

Él miró a su alrededor y lo dijo con un tono muy fuerte para que nadie se atreviera a acusarlo.

Durante un tiempo, nadie se atrevió a hablar.

“Suéltame o vas a ver.”

Ariel también le tenía un poco de miedo a ese hombre y dijo: “¿Por qué no?. lo dejas ir?”

“Obedece a tu novia. ¿Un hombre como tú va a seguir jugando conmigo?”

“¡Un hombre de verdad no debería de perder tiempo con esta clase de personas!”

Charlie entrecerró los ojos y lo dijo con mucho enojo. Agarró su muñeca y tiró de él hacia atrás.

El hombre estaba tan enojado que quiso golpearlo. Su puño casi golpeaba el rostro de Ariel.

Ella estaba asustada y corrió a donde Charlie sin pensarlo.

Al ver esto, Charlie la abrazó de inmediato. Había dado un paso atrás y evitó que lo golpeara.

Lo pateó con fuerza, justo en la rodilla. El hombre cayó de rodillas en el suelo y gemía amargamente de dolor.

“¿Estás bien?”

Ariel reaccionó y le preguntó angustiada.

Charlie la estaba mirando muy enojado.

Esa expresión aterradora que tenía la asustó.

¿Por qué él... la miraba así?

“Charlie...”

“¡Te explicaré más tarde!”

Le dijo enojado. Luego miró al hombre y le dijo: “Si no te largas de aquí. Haré que sufras mucho más.”

“¡Esta vez dejaré que ganes!”

Ese hombre sabía que no podía vencerlo, por lo que tuvo que irse sin más remedio.

Ellos subieron a la montaña rusa, pero no estaban contentos. Ella sintió que Charlie estaba enojado, ni siquiera entendió qué había hecho mal para hacerlo enojar.

Ella no estaba de buen humor, así que se fueron sin terminar de jugar todos los juegos.

Lejos de la multitud, la atmósfera era tranquila y aterradora.

Ariel le preguntó: “Charlie... ¿Por qué estás tan enojado? ¿Estoy haciendo algo mal?”

Charlie entrecerró los ojos cuando la escuchó. Comenzó a pensar en lo que hubiera pasado en el parque de diversiones.

¿Qué hubiera pasado si él no hubiera estado y ese hombre la hubiera golpeado?

Ella es muy débil. ¿Cómo iba a aguantar este golpe?

“¿Quién te pidió que me ayudara a detenerlo? ¿Lo hubieras detenido? ¿Qué hubiera pasado si te

hiciera algo?”

“Pero no puede verte...”

Ariel trató de explicarle, pero Charlie la interrumpió antes de que terminara de hablar.

“¡Soy un hombre!”

Él dijo estas tres palabras con una voz muy seria.

Esas palabras hicieron temblar a Ariel.

“¡Soy un hombre y debería proteger a mi mujer! ¿Entiendes?”

Charlie se lo dijo lentamente para que entendiera.

Ariel sintió una extraña sensación cuando escuchó eso.

“No necesito tu protección. Solo necesitas estar detrás de mí. Me sentiré bien solo cuando estés a salvo.”

“Pero saldrás lastimado…”

“No importa si me lastimaran. No soportaría verte herida. ¿Entiendes?”

Él lo dijo con mucho dolor, y no quiso seguir regañandola.

Ella era muy joven como para hablarle con tanta dureza.

Gentilmente la abrazó, movió su grande mano por su suave cabello y dijo con voz cálida: “No lo vuelvas a hacer en el futuro. Debes confiar en tu hombre, y dejar que te proteja. Yo me encargaré de vencer a la gente mala por ti, ¿está bien?”

“Confió en ti.”

Respiró hondo y lo dijo con fuerza.

“Entonces te protegeré en la próxima vida. Yo seré el hombre y tú la mujer…”

“¡Ni lo sueñes!” Antes de terminar de hablar, fue interrumpida por Charlie: “¡Todavía seré un hombre en la próxima vida y seguiré protegiéndote!”

“Charlie... ¿No quieres ser mujer? Es divertido ser mujer. Puedes comprar lápiz labial, usar faldas, sostener un paraguas en verano e ir al baño de la mano con tus amigas. Pero ser mujer también tiene sus desventajas. Tienen la menstruación, dar a luz y darles de comer…”

Ariel contaba las desventajas una a una con sus dedos.

Pero algo no estaba bien, ¿qué fue lo que había dicho?

Menstruación…

¿Por qué de repente le comenzó a doler la parte inferior del abdomen?

¿Cuándo iba a tener la regla?

Parece que a principios de este mes…

¿Acaso era qué…?

“Charlie, quiero ir al baño. Parece que me ha venido la regla.”

“¿Qué?”

Charlie estaba sorprendido y rápidamente la llevó al baño del parque de diversiones.

Ella lo llamó y le confirmó que sí tenía la regla. Era tanta sangre, que ensució toda su ropa.

Ahora le daba vergüenza salir.

Charlie no sabía qué hacer y dijo: “Iré al supermercado. Espérame aquí. ¿Entendido?”

“¿Qué vas a comprar?”

Ariel se sorprendió cuando escuchó eso y le pidió a Charlie que también comprara toallas sanitarias. ¿Estaba bien que él fuera a comprarlo?

“¿Qué más iba a ser? Espérame allí.”

Colgó el teléfono al terminar de decir eso.

Llegó al supermercado más cercano y fue directamente al lugar donde se vendían las toallas sanitarias.

Había muchísimas marcas…

¿Qué era todo esto?

¿Hay tantas marcas para una cosa?

¿Cuál era la mejor?

En ese momento se le acercó la guía de compras y lo miró sorprendida: “Señor, ¿le quiere comprar toallas sanitarias a su novia?”

“Es la primera vez que compro y no entiendo muy bien. ¿Cuál... es la mejor?”

Charlie tosió varias veces y se sintió avergonzado.

Ariel sintió una extraña sensación cuando escuchó eso.

“No necesito tu protección. Solo necesitas estar detrás de mí. Me sentiré bien solo cuando estés a salvo.”

“Pero saldrás lastimado…”

“No importa si me lastimaran. No soportaría verte herida. ¿Entiendes?”

Él lo dijo con mucho dolor, y no quiso seguir regañandola.

Ella era muy joven como para hablarle con tanta dureza.

Gentilmente la abrazó, movió su grande mano por su suave cabello y dijo con voz cálida: “No lo vuelvas a hacer en el futuro. Debes confiar en tu hombre, y dejar que te proteja. Yo me encargaré de vencer a la gente mala por ti, ¿está bien?”

“Confió en ti.”

Respiró hondo y lo dijo con fuerza.

“Entonces te protegeré en la próxima vida. Yo seré el hombre y tú la mujer…”

“¡Ni lo sueñes!” Antes de terminar de hablar, fue interrumpida por Charlie: “¡Todavía seré un hombre en la próxima vida y seguiré protegiéndote!”

“Charlie... ¿No quieres ser mujer? Es divertido ser mujer. Puedes comprar lápiz labial, usar faldas, sostener un paraguas en verano e ir al baño de la mano con tus amigas. Pero ser mujer también tiene sus desventajas. Tienen la menstruación, dar a luz y darles de comer…”

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Libido +18