Libido +18 romance Capítulo 6

Pero Aaron había encontrado el precio estimado.

El costo laboral fue de varios millones.

Ariel se sorprendió al escuchar esta cantidad. Contó todos los ceros que había y determino que el valor más bajo de esta ropa era de diez millones...

Si hablamos de compensación, debería de pagar al menos cientos de miles.

La mujer se quedó estupefacta cuando vio el precio.

Luego reacciono y dijo gritando que la estaban estafando.

Ariel quiso decir algo, pero Charlie la detuvo: "Deja el resto a Aaron. Él se encargará de ello."

Se quitó la chaqueta y se la dio a Aaron, y luego metió a Ariel al coche.

Ariel se subió al coche y en ese momento le atacaron los nervios: "¿A dónde me llevas?"

“Se me había ido el apetito estando allí, así que tenemos que buscar otro lugar”.

Lo decía tranquilamente mientras la llevaba a un restaurante.

Ella todavía estaba molesta por la situación anterior. Al verlo entrar, ella tomó de su mano.

Charlie sabía que ella estaba preocupada de avergonzarse, y su corazón era muy blando.

“¿Te preocupa?”

Sus labios sonreían alegremente, y tenía las cejas levantadas.

Esa sonrisa cambió la personalidad de aquel hombre, y la mitad de su rostro no se sentía tan horrible.

Si Charlie no tuviera el rostro desfigurado, su rostro no tendría comparación en este mundo y todos lo admiraran.

Las mejillas de Ariel se sonrojaron y se sintió un poco avergonzada.

Ella no sentía lástima por él, solo que ya habían aceptado que ella era su prometida. ¡Y no quería permitir que nadie se burlara de él!

Frunció los labios y dijo: “No me das lastima. Solo que me dan rabia los niños malcriados. No te estaba ayudando, solo me ayudaba a mi misma. Decir que eres mala persona, también me hace mala persona. Somos una pareja comprometida”.

Charlie sabía que ella era modesta, se avergonzaba y no se atrevía a admitir sus sentimientos.

Apretó su manita y dijo: “Entremos a este restaurante donde la familia Santos tiene inversiones”.

Ariel exhalo un suspiro de alivio al escuchar esto.

Pero también se sentía angustiada.

Charlie parecía un vampiro que no se atrevía a salir a la luz del día, de lo contrario sería destrozado por los rumores.

Incluso con el poder y fortuna que tenía la familia Santos, no podían escaparse de las críticas que hacían sobre su apariencia.

En verdad que debe de sentirse muy solo.

Ella lo siguió, mirándole la espalda, y el amor que tenía en su corazón se desbordó instantáneamente.

Ella debía protegerse bien a su esposo y no sería amable si alguien lo molesta.

“A propósito, ¿qué pasaría si esas personas te hubieran tratado con agresividad?”

Charlie le preguntó de frente.

Ariel arqueó ligeramente las cejas, murmuró diciendo sin dudas: “¡Entonces les daría una paliza!”.

"¿Podrías luchar contra ellos?"

"Aun si no podría ganar, también habría que seguir peleando. No aguantaría que ellos se burlaran de ti. No te preocupes. ¡Yo, Ariel, soy una persona muy leal y no te dejaré solo!"

Ella lo decía con mucha seguridad, y quería darle una palmada en el hombro, pero no pudo.

No esperaba que Charlie detuviera el paso, ella no se detuvo a tiempo y se tropezó la cabeza.

Su nariz se llenó de dolor y su pequeño rostro se llenó de sufrimiento.

"¿Por qué te detuviste?"

"Bueno, si algún día te atreves a dejarme, te romperé tus piernas de perra."

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