LIBIDO (COMPLETA) romance Capítulo 49

Después de lo ocurrido en la oficina he mantenido mi distancia con Alexandre, hablamos normalmente pero no salimos como antes a comer juntos.

Hoy quedamos de acuerdo para ver a uno de los inversionistas, está molesto por el atraso de la pasarela, ya mantuve al tanto a Clark que aún sigue sin hablarme.

Son las 7:00 pm y quedamos de vernos en el restaurante "Grand Place", estoy esperando al inversionista, pero aún no llega y Alexandre tampoco; quedamos en que va a venir más tarde porque fue a arreglar un contrato de su empresa. A pesar de que me ayuda con Milton’s Corporation, Alexandre también está al pendiente de la suya.

Veo por última vez la hora en mi celular asegurándome que el inversionista lleva quince minutos de retardo. Me termino el agua mineral y en unos segundos después aparece el inversionista, yo le calculo unos cuarenta años, se ve muy bien cuidado y elegante, es atractivo.

—Lamento la demora señorita Hoffman.

—No sé preocupe, adelante tome asiento.

El apuesto señor me sonríe y se sienta del otro lado de la mesa quedando enfrente de mí.

—Ok, la escucho.

Le platico con detalle el motivo de la suspensión de la pasarela. El entiende, me da la razón con sus palabras. Arreglado el asunto, como forma de disculpa lo invito a cenar, el acepta gustosamente y ordenamos para cenar.

La cena fue agradable, el señor me enseño un poco de sus negocios e incluso dijo que piensa seguir apoyando a Milton's Corporation. Todo arreglado, el inversionista se marcha en su costoso auto; sin nada más que hacer, camino hacia la parada de autobuses, pero llega otro auto interponiéndose en mi camino dejando ver aquel hombre que gusta de mí.

—Lamento llegar tarde, el contrato tuvo problemas y tuve que resolverlo... ¿Cómo te fue? —me pregunta por la ventana de su deportivo.

—No te preocupes, todo salió bien. Entendió el motivo y se marchó sin cancelar la inversión.

—Realmente estaba preocupado. Lo bueno es que te tengo a ti.

—Si... Me voy.

Es inevitable no sentirme incomoda a su lado después de lo sucedido entre los dos. Quiero evitar el acercamiento con él.

—Te llevo a casa.

—No gracias, estoy bien.

—Jaxon no me lo perdonaría si algo te pasa.

Este hombre tiene la razón. Antes de que Clark se fuera hablo con Alexandre acerca de mi cuidado, diciendo que no quiere a un hombre merodeando por mis alrededores, pero lo que no sabe Clark es que el enemigo está más que cerca.

—Ok, vamos —acepto.

Como todo un caballero me ayuda a subir a su deportivo para después subirse él y partir a mi casa.

No tardamos en llegar, al estacionarse bajo del auto rápido y le agradezco desde afuera, me sentía sofocada ahí adentro. Camino lo más rápido posible, pero Alexandre me detiene tomándome del brazo.

— ¿Por qué huyes? —pregunta.

No respondo porque la luz de la casa proveniente de la sala se prende sorprendiéndome. Se supone que nadie está en mi casa, al menos que Jaxon haya llegado, ¡JAXON!

Como puedo me zafo del agarre de Alexandre y en seguida se abre la puerta de mi casa dejando ver al hombre que hace días me ignora y no veo.

— ¿Qué te trae por aquí Alexandre? —le pregunta a su amigo.

Ambos nos quedamos inquietos por la presencia de Clark. Alexandre se aclara la garganta y habla mostrándose seguro.

—Acompañe a Mallory a casa. Tuvimos una reunión con un socio y salimos tarde.

—Oh, Gracias.

Le agradece, pero a mí no me hace tonta, puedo escuchar el disgusto en sus palabras.

—De nada. Me voy, descansen.

—Igualmente. Gracias por traerme —hablo siguiéndole la mentira a Alex.

—Mañana nos vemos para hablar —Jaxon le dice a su amigo.

—Por supuesto.

Alexandre se marcha no sin antes mirarme indicándome que nuestra conversión está pendiente. Después de que desapareciera de nuestra vista entramos a casa. Al entrar me despojo de los odiosos tacones y mi saco. El ambiente se vuelve incomodo porque Jaxon y yo aún nos hablamos; no quiero ser grosera y decido hablar.

— ¿Por qué no me dijiste que volvías hoy?

—Las cosas terminaron antes.

«¿Así de frío va hacer conmigo?, prefiero dormir que estar con él aguantado su indiferencia.»

—Ok. Me iré a dormir.

No quiero darle más vueltas al asunto; lo dejo y entro a mi habitación. Cierro la puerta y me despojo de mi ropa para darme un relajante baño, al terminar me pongo un pijama y me meto a la cama. Jaxon no ha entrado a la habitación desde que lo deje en la sala, sin darle importancia me pongo a ver mis redes sociales, necesito distraerme con algo y no pensar en él.

Sorprendida, lo veo entrar a la habitación y se queda de pie mirándome desde lejos, y yo continúo viendo mi celular como si no me diera cuenta que está ahí de pie.

«¿Qué?, ¿Por qué se disculpa?» Me volteo y me siento en la cama para encararlo.

— ¿Por qué?

—Por ser grosero contigo estos días. Perdón nena, me puse celoso… No debí desquitarme contigo.

Jaxon disculpándose me conmueve, aunque me siento mal por lo que hice con Alexandre. No está de mal que guarde el secreto, si nadie sabe nada pasó.

Me acerco a él envolviendo su cuerpo con mis brazos, extrañaba tenerlo cerca.

—Lo siento nena, pero no me quitaba la idea de la cabeza que Alexandre pasará más tiempo contigo. Y al saber que estabas cenando con él los celos me segaron.

Dejo de abrazarlo, le sonrió y besos sus dulces labios.

—No tienes por qué preocuparte por Alexandre, él no significa nada para mí. Solo amistad porque es tu amigo y tu socio, solo eso, no más. Recuerda que estoy contigo porque te quiero y eso quiere decir que soy tuya.

—Solo mía —sonríe —Si un día te vas, juro que te buscaré por debajo de las piedras para traerte a mi lado y si es necesario te amarro y no te dejo. Tú estás destinada a estar junto a mí.

— ¿Me atarás para estar a tu lado? —sonrió al darle doble sentido a sus palabras.

—Si en necesario, sí.

— ¿No me quieres atar ahora?, hace días que no estamos juntos. En verdad te extrañe, mucho.

Jaxon se sorprende por mi propuesta indecente, a la milésima de segundo cambia de expresión.

—Nena.

—Soy toda tuya.

Empiezo por despojarme el pijama delante de él hasta quedar en bragas, se muerde el labio inferior mientras me observa. Tan sumisa, extiendo mis manos hacia él pegando mis manos una sobre otra.

— ¿Me atas?

Sonriente se levanta de la cama y con sus manos se desabrocha el cinturón que está en su cintura y se lo quita. Yo aún con las manos extendidas, las toma y me amarra apretando el cinturón fuertemente haciendo que mi piel se ponga en un pequeño tono rojizo. Terminando de amarrar mis manos me avienta a la cama para después subirse en mí y en ese momento habla con esa voz gruesa que lo caracteriza.

—No sabes lo que te espera Mallory Odett.

Termina con sus palabras y me besa ferozmente. Esa noche fue indescriptible, fue una de las grandes experiencias que estarán almacenadas en mi mente y piel.

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