LIBIDO (COMPLETA) romance Capítulo 56

Desde que perdoné a Jaxon, nuestra relación volvió a hacer la misma de antes, acepto el castigo que le puse. Desde hace dos semanas que no tenemos intimidad, ese es parte de su castigo y así será hasta que se cumpla un mes. Aunque cada día hace un berrinche o me seduce para que tengamos sexo, pero yo me niego.

Las pasarelas acordadas en el contrato terminaron, Trevor y Roxanne regresan a América. Los proyectos terminaron, es por ello que Jaime organizó una fiesta de despedida para Trevor, el gran modelo América.

Termino de ponerme los tacones negros, es lo único que me falta para marcharnos a la fiesta.

— ¿Por qué eres tremendamente sexy?

No le hago caso y continúo arreglándome. Clark me abraza por detrás posando sus manos en mi cintura.

—Nena, después de la fiesta tú y yo podemos… —sus palabras suenan una pregunta y lo interrumpo.

—No habrá nada, aún estoy enojada —sentencio.

— ¡Odett! ¿Hasta cuándo dejarás de estar enojada? —se queja.

—Hasta que yo quiera. Y date prisa que se nos hace tarde.

No dice nada y se termina de poner su saco de piel con perlas incrustadas en los bordes. Salimos del pent-house, subimos al deportivo y no tardamos en llegar; nos adentramos al bar que rentaron para celebrar. Al entrar nos encontramos con los empleados que están bailando y bebiendo felizmente al ritmo pegajoso de la música que pone el Dj.

Nos acercamos a la mesa donde se encuentran nuestros amigos, el cual fueron invitados por Jaxon, al llegar con ellos los saludamos.

—Me da gusto que hayas regresado con ese bombón —comenta Liam.

—Si lo sé, Mallory es muy afortunada de estar conmigo.

Entiendo su mal chiste y le pego en su brazo con el puño de mi mano.

—Chistoso —me quejo.

—Me refería a Mallory, no a ti —aclara el musculoso moreno.

Todos se comienzan a reír, nos sentamos y pedimos bebidas para todos. Estamos conversando como si fueras amigos de años, o bueno al menos conmigo que hace poco los conozco. Bebemos copa tras copas y de vez en cuando los chicos me invitan a bailar, Jaxon no se opone que baile con Liam, Milo o Ben.

Lo estoy pasando de los mejor, hace mucho que no me divertía de esta manera; hasta el momento no he visto a Jaime ni a Alexandre y como si lo hubiera invocado, Alexandre hace presencia.

—Perdón por la tardanza —se disculpa.

—Llegas a la hora, ¿algo de beber? —le pregunta Ben con amabilidad.

—Un vodka.

Alexandre al verme me saluda con la mano al igual lo hago, es mi amigo a pesar de lo que sucedió. Volteo a ver a Clark para ver si le molesto, noto un gesto de molestia en su rostro, pero no dice nada; me acerco a su oreja y le hablo al oído.

—No debes enojarte, solo es un amigo.

Y para dejarlo más tranquilo le doy un pequeño beso en sus suaves labios marcando territorio. Al separarnos sus penetrantes ojos grises me miran y me sonríe.

—Confió en ti nena.

—Te amo —le devuelvo la sonrisa.

De nuevo juntamos nuestros labios y nos perdemos en la emocionante y apasionante momento que no nos damos cuenta que el beso duró más de lo bebido.

— ¡Hey!, no coman pan enfrente de los pobres —comenta el más divertido del grupo, Milo.

Jaxon y yo nos reímos por su comentario y regresamos a nuestra conversación con los chicos. La noche continuo hasta que Jaxon sube al escenario a dar unas palabras para la despedida de Trevor. Mi apuesto hombre busca al alto modelo y empiezan a hablar en inglés algo que no me importa, ambos hombres se dan un abrazo, de igual manera se acerca Roxanne y lo abraza. «Zorra», lo está asfixiando y no lo quiere soltar, lo bueno de esto es que ira y no la volveremos a ver.

Clark se aleja por su atrevimiento, de igual manera se despide de Trevor con un apretón de manos, los aplausos se hacen presentes con el agradecimiento. Me levanto y abrazo a mi hombre importándome poco los demás y aunque no quiera, me despido de Roxanne y luego de Trevor con un apretón de manos.

Regresamos con los chicos y seguimos bebiendo. La noche fue de lo mejor, no parábamos de reír, beber y bailar. Al sentirme mareada le pido a Clark que regresemos a casa, el acepta; está consciente porque él es el conductor y debe de estar en buenas condiciones.

Llegamos a su casa y entramos. Llego a la habitación y en seguida comienzo a quitarme la ropa hasta quedar desnuda, no me avergüenza mostrarle mi cuerpo.

— ¡Oye nena! No te la quites de repente. Me tienes castigado, pero me provocas de esa manera.

—Me siento sucia. Después de que la estúpida de Roxanne me tiro la margarita en mi vestido me siento toda pegajosa —recuerdo el mal momento.

— ¿Quieres que te bañe?

—Si.

Hago un puchero y en cuestión de segundos Clark me carga en sus brazos y nos encaminamos al baño. Mientras se llena el jacuzzi Jaxon se desnuda; desnudos los dos nos metimos a la tina de agua caliente con burbujas. Me recargo en su pecho para relajarme y él seguida comienza a besarme la cabeza.

— ¿Estas cansada?

—Sí, de bailar. Los chicos son imparables.

Recuerdo como Liam me daba muchas vueltas que termine por marearme, Milo bailaba muy rápido que le perdió el paso, Ben fue tranquilo, pero baile muchas veces con él, fue agotante, con Alex baile solo dos veces no fue mucho la mayoría invitaba a Hanna y a otras chicas de la empresa, y con Jaxon, ¡Uf! Ese hombre me dejo agotada.

—De jóvenes salíamos mucho a fiestas.

Sus palabras hacen que me dé curiosidad por saber más acerca de Jaxon, de él cuando era joven; sé muy poco sobre él.

— ¿Cómo consiste a los chicos?

—Los conocí en Idus. Éramos los más jóvenes en ese entonces y nos hicimos amigos —recuerdo las palabras de Alexander, no me mintió.

— ¿Y tú como entraste ahí? —quiero saberlo.

—No, aun no.

—Nena por favor, no soporto este castigo. Me enferma no tocarte cuando te tengo tan cerca.

—Ese no es mi problema, aún estoy disgustada contigo.

—Ya te dije que no recuerdo lo que pasó. No sé si Jaime dice la verdad.

—No me recuerdes ese tema o te castigaré otro mes.

— ¡¿Un mes?!, ¿Estoy castigado un mes? —pregunta, asombrado.

—Si. Ven vamos a enjuagarnos.

— ¡No! No puedes castigarme tanto tiempo.

—Si puedo —demando.

Salgo de la tina y me meto debajo de la regadera, me enjuago y seco mi cuerpo al igual que mi cabello. Voy al closet y escojo mi pijama, me visto y en segundos sale Clark enjuagado escurriendo de agua. Está desnudo, sin toalla dejándome ver su larga masculinidad que me lleva al mismo paraíso, «Me dan ganas de jugar con él.»

—Nena, ¿Es en serio que será un mes?

Quito mi vista de su miembro colgado y lo miro a la cara.

—Hablo en serio. Me voy a dormir.

No quiero seguir viéndolo o alborotará mis hormonas. Me doy la vuelta, me acuesto en la cama y cierro los ojos. Al instante siento a Jaxon acostarse del otro lado de la cama, también soy consciente que está desnudo y mojado.

—No te vas a poner el pijama —me quejo.

—No, me voy a masturbar.

—Ok, solo no hagas tanto ruido.

—Tú duerme.

Vuelvo a cerrar los ojos para conciliar el sueño.

—Nena, me puedes mostrar el trasero.

Ignoro lo que dice. Este hombre no tiene límites; al igual me da risa en la manera en que lo pregunto.

Si, ese es Jaxon Clark, el hombre que amo.

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