LIBIDO (COMPLETA) romance Capítulo 57

I just wanna thank you for believing in me.

Reviso los documentos de las ganancias que ha generado Milton's Corporation en este mes. Los números son grandes y eso es bueno. Termino de imprimir el reporte y se lo llevo a su oficina como siempre. Camino a la oficina de mi jefe y golpeo ligeramente la puerta con mis nudillos.

—Adelante —su masculina voz me permite el acceso.

Giro la perilla, entro a su oficina y sin pensarlo lo saludo con una bella sonrisa.

—Hola.

— ¿En qué te puedo ayudar, nena?

— ¡Jaxon!, sabes que estamos en el trabajo —lo regaño por llamarme por mi apodo.

—Los empleados saben que estamos saliendo. No tienes por qué preocuparte.

—No te preocupa que los medios se enteren —pregunto, preocupada.

—No, ahora quiero que todo mundo se entere quien es mi novia —dice con orgullo.

Cada palabra que pronuncia me conmueve. Es tan lindo.

—Y yo quiero alejar a cualquier zorra de mi guapo novio —le sonrió con maldad.

—Dame un beso. No me has saludado —reclama.

Me acerco a él, pongo lo papeles sobre su escritorio y me siento sobre sus piernas, con toda libertad junto nuestros labios; introduzco mi lengua en su boca saboreando su sabor a menta. Sin aire dejo de besar labios, jalo de su labio inferior con mis dientes y me separo.

—Me encantas, nena —me nalguea haciendo un fuerte estruendo en la oficina — ¿Qué traes en ese folder?

—Traigo el informe de este mes.

Estira su mano para tomar los documentos, abre el folder y revisar las gráficas dibujadas sobre los papeles.

—Nos fue bien.

—Mejor de lo que se esperaba. Se logró la meta.

—Nena, me tengo que ir. Tengo que pensar en el otro proyecto —me da una palmada a mis piernas.

Me levanto de sus piernas y me acomodo la falda.

— ¿Iras con Jaime? —pregunto disgustada.

Sé que Jaime trabaja para Jaxon y que son amigos desde años, aun así, no me da gracia que estén solos. Sé que es su trabajo, pero me disgusta.

—Nena no te celes, sabes que es por trabajo. Además, no somos cercanos como antes por respeto a ti.

—Lo sé, pero no puedo confiar en ella. ¿Sabes que le gustas?

—Nena. Solo es trabajo, no tardare más dos horas.

— ¿Me lo prometes?

—Te lo prometo. Después de la junta tengo unas cosas que hacer, no te veré hasta la noche.

—Me tendré que ir sola —digo con drama para que cambie de opinión.

—Ve a tu casa, te veo allá.

—Entiendo —me rindo.

—En la noche saldremos, no te duermas, me esperas —avisa.

—Ok, te veo en la noche.

—Te vas en taxi. No quiero que te vayas en transporte público —sus manos me sujetan de la cintura.

—Lo haré.

—Y quiero que te pongas más hermosa, saldremos a comer.

—Entendido, jefe.

Lo beso por última vez y me despido; regreso a mi lugar de trabajo y continuo con el trabajo. En la tarde salí a comer con Zeth y después regresé a mi trabajo. A las seis de la tarde termina mi jornada, pido un taxi y le digo que me lleve a casa, le pago al taxista y entro a casa; lo primero que hago al entrar es bañarme y arreglarme para la cena con Jaxon.

En toda la tarde no me mando ningún mensaje y eso me preocupa un poco. En verdad no quiero pensar que haya pasado algo más con Jaime porque en verdad lo castro si me hace algo así de nuevo.

No quiero hacerme malas ideas y mejor voy a la regadera para relajarme. Al terminar de bañarme busco en mi ropero algo bonito, entre mis cosas encuentro un vestido blanco sin mangas, decido ponérmelo y de igual manera agarro las zapatillas que había usado en la última pasarela. Me maquillo, me arreglo el cabello y por último me pongo el vestido.

Termino de ponerme el labial pintando un poco mis labios de color carmín, por último, agarro mi bolso y salgo a la sala a esperar. Prendo la televisión para ver una película, solo pasan unos minutos y escucho como la puerta de mi casa es abierta. Giro para verlo, y ahí está, como todo un adonis con sus trajes épicos.

— ¿Demore mucho? —pregunta mientras arregla las mangas de su saco.

—Un poco, pero estoy lista.

Me levanto para que inspeccione mi atuendo y Jaxon no duda en escanear el hermoso vestido corto de seda pegado a mi cuerpo.

—Estas hermosa —me alaga.

Me acerco a él y beso sus labios en forma de agradecimiento ensuciado sus rosados labios con mi gloss.

—Vámonos, nena.

Agarro mi bolso, apago la televisión y las luces de la casa. Subimos a su deportivo y nos alejamos del lugar.

— ¿A dónde vamos? —pregunto, curiosa.

—Es sorpresa —es todo lo que dice.

La intriga me mata, parece que trama algo, pero opto por esperar para saber a dónde iremos. Tardamos unos minutos en llegar, se estaciona en frente de una gran reja. Al bajar puedo observar bien el lugar por fuera, es un lugar grande, parece un jardín.

—Y tú a mi nena —sostiene mi mano y deposita un pequeño besa sobre ella —. Come que la cena se enfriará.

Mientras comemos me platica el cómo lo realizo, lo hizo con la ayuda de sus amigos y de Jaime. Me sorprende que Jaime haya sido partícipe. Jaxon dijo que ambos platicaron sobre el asunto, ella entendió su lugar y que lo ayudó porque es su amigo.

Terminando de comer los meseros recogen la loza y después nos entregan una botella de vino espumoso. Jaxon la abre, sirve en ambas copas y brindamos por nuestra relación.

Disfrutando de la noche no la pasamos hablando sobre nosotros y uno que otro beso. Una noche y cena magnifica, junto al hombre que amo.

—Nena, hay otra sorpresa que quiero darte —cambia de tema.

— ¿Otra? —sonrío de emoción.

—Sí, sígueme.

Se levanta de su lugar dejando la copa en la mesa, me extiende su mano, dejo mi copa en la mesa y acepto su mano. Comenzamos a alejarnos de la luz hasta llegar a una laguna en donde se refleja la luna; en donde solo estamos nosotros dos.

—Es como tú, hermosa.

Me intimido por lo lindo y dulce que está siendo en estos momentos, es un Jaxon que no conocía o que nadie conoce.

—En verdad me sorprendes, la cena y esta vista, es magnífico... Es la mejor noche de mi vida.

—Nena.

Sus palabras me hacen callarme. Dejo de ver el hermoso panorama y lo volteo a ver posando mis ojos en los suyos.

—Nena, yo... Me he dado cuenta de lo muy importante que eres para mí. Eres la mujer que anhelo todos los días; me encanta todo de ti, tus ojos, tus labios, tu nobleza, tu inteligencia, todo. Para mi eres más que perfecta... Estoy más que decidido a no dejarte ir. Yo quiero ser el único hombre por el que suspires… Así que te pido formalmente, ¿Quieres ser mi novia?

«¡Oh! No. ¿En verdad esto está pasando?»

Papá me había hablo sobre el amor desde pequeña. El amor es algo importante para todo ser humano, es una indescriptible sensación que te hace sentir bien contigo mismo y que haces feliz a la persona a tu lado. Yo soy feliz con Jaxon y él me ha demostrado que es feliz conmigo, sus palabras me lo acaban de confirmar. Estoy más que segura seguir compartiendo parte de mi vida con él.

No me doy cuenta, pero ya estoy llorando de nuevo.

—Si quiero —susurro en llanto.

—Te prometo que daré lo mejor de mi y ser el hombre que mereces. Te haré feliz todos los días.

—Ya me haces feliz —confirmo.

Entre su saco busca algo; saca una pequeña caja negra aterciopelada y al abrirla puedo ver un pequeño collar de una flor de cristal que tiene incrustado en el centro un corazón rojo; es sencillo pero hermoso. Lo saca de su empaque, se posa detrás de mí y me lo coloca en mi cuello.

—Te quiero nena. Más de lo que puedo expresar —sus suaves labios se posan sobre mi desnudo cuello.

—Y yo te amo Jaxon Clark, mi hombre.

—Mi nena.

Y bajo la luz de la luna juntamos nuestros labios en un cálido y sincero beso disfrutando lo mucho que nos queremos.

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