Limpió un poco el pent-house con la ayuda de las empleadas para recibir a la pequeña Annie que está a punto de llegar en una hora. Después de limpiar voy a la cocina a preparar algo de comer, Clark está en su oficina trabajando y no ha comido nada desde el desayuno. Termino de hacer la comida y subo a la segunda planta a su despacho; llego a la oficina y toco la puerta, en seguida me permite la entrada, giro la perilla y entro, camino hasta su lugar, lo abrazo por la espalda y luego beso su mejilla.
— ¿Terminaste?
—Si, justo ahora he terminado.
—Ok, bajemos a comer.
Suspende su computador y bajamos, nos sentamos en el comedor y las empleadas comienzan a servir la comida. Comemos tranquilamente hasta que escuchamos como una vocecita grita el nombre de Jaxon por toda la casa. Es Annie, ya está aquí.
— ¡Annie, tranquila no corras! —le grita su madre.
Nos levantamos de la mesa y vamos a recibirlas. No tardamos en encontrarnos con Annie, la pequeña se estampa en las piernas de su tío y enrolla sus manos dándole un abrazo.
—Hola tío Jaxon —esta niña adora a su tío y mucho.
Deja de abrazar las piernas de su tío para hora pasar a la mías y de la misma forma me saluda.
—Esta niña es muy rápida. —Natalia llega a nosotros con la respiración acelerada.
—Mami ¿Me quedaré con mi tío Jaxon? —le pregunta una Annie emocionada.
—Si, te quedaras con tu tío.
Annie me suelta y comienza a dar brinquitos en su lugar, después se pone a correr de emoción por toda la sala rodeándola hasta llegar con su mamá y le pide su bolsa de juguetes.
—Muchas gracias por cuidarla… Me voy que se me hace tarde —se despide Natalia.
—De nada, ve tranquila. Nosotros cuidaremos bien a Annie —le muestro una sonrisa asegurándole que su hija estará bien con nosotros.
Natalia se acerca a Annie y le dice que se porte bien y que después en unas horas vendrá por ella. La pequeña asiente felizmente y corre de nuevo con mucha energía. Natalia se va y nos deja con ella.
—Annie —la llamo.
Ella deja de correr, me voltea a ver y corre de nuevo hasta mi lugar, me agacho para quedar a su altura.
— ¿Te gustaría ir al parque? —propongo.
— ¡Sí! —grita mientras da saltitos de emoción.
—Vamos a ir, pero antes tienes que comer algo.
—Ya me comí lo que mi mamá me puso en mi lonchera.
— ¿Qué comiste?
—Me comí el sándwich de atún y también me tomé el jugo de uva —dice feliz.
—Eso fue en la mañana, ahora es tarde y tienes que comer algo. Ven, comemos y después vamos al parque.
—Tío Jaxon, ¿Vas a venir conmigo al parque? —le pregunta haciendo un puchero con sus labios.
Clark lo piensa mucho, pero al final asiente dejando a Annie más contenta y sale corriendo a la cocina.
—Esa niña tiene mucha energía —se queja Clark.
—No exageres, así son todos los niños.
— ¿En serio? –—se sorprende.
—Sí, ven. Vamos a seguir comiendo.
Lo beso y luego agarro su mano para ir al comedor. Terminando de comer partimos al parque más cercano. Al bajar del deportivo Annie me pidió permiso para ir a los columpios, le digo que sí y sale corriendo a subirse a uno; mientras Annie juega, Jaxon y yo nos sentamos en una de las bancas más cercanas a los juegos para vigilarla.
— ¿Qué se supone que debemos hacer? —pregunta con aburrimiento.
—Cuidar de Annie —digo con obviedad.
—No hacemos nada, solo eso —pregunta con molestia.
—Si nos descuidamos algo malo le puede pasar.
—Pierdo mi tiempo aquí.
—Deja de quejarte. Cuando tengas tus hijos vas hacer lo mismo e incluso va hacer más difícil.
No me imagino a Jaxon con hijos, será un caos.
— ¿Quién dijo que quiero hijos?
— ¡¿No quieres tener hijos?! Si no tienes, ¿Quién se va a quedar con Milton's Corporation?
Me sorprendo por su confesión.
—No sé, aún estoy joven. No tengo tiempo de pensar en esas cosas, mientras tanto no pensaré ahora en eso.
—Yo sí quiero hijos —revelo.
Recuerdo las pláticas que me dio mi papá después de decirle que comencé con la regla. A mis doce años papá siempre me recordaba lo mucho que lo haría feliz si le daba cinco nietos.
Miro a Annie asegurándome de que este bien, ella sigue feliz en los columpios.
—A mi padre le encantan los niños, él tiene la esperanza que le de cinco nietos.
—Nena lo siento, pero no le cumplirás esa parte a tu padre.
— ¿Por qué no?
—Ya te dije, los niños no son lo mío.
—Por supuesto que tendré hijos con o sin ti —aclaro.
Doy por terminado el tema; en verdad no sé si en un futuro aun estaré con él o cada quien tome rumbo con otra persona. Volteo de nuevo a ver a Annie.
— ¿Me estás diciendo que tendrás hijos de otro hombre? —comienza a molestarse, puedo notar la molestia en su voz.
—Tu no quieres y yo sí, no veo otra alternativa —contesto simple y con la verdad.
— ¡Oye, mujer!, no me estés jodiendo —se queja.
— ¿De dónde lo tomaste? —se lo quito de las manos con rapidez.
—Estaba en la cama —contesta con su adorable voz.
—Ve a dormir —le ordena su tío.
Le doy el vibrador a su tío y sin decir nada Annie se mete de nuevo a la habitación.
—Que descuidada eres —me regaña en voz baja.
—Oye no es mi culpa, tu ayer lo tenías y no lo aguardaste —le recuerdo.
—Si, pero tú lo limpiaste. Esperó que no le diga nada a mi prima.
— ¡Ay no! ¡Qué pena!, Esperó que no.
Jaxon se ríe por el incomodo momento y luego entra a la habitación. Vemos a Annie dormir sobre la cama, se ve tan tranquila; busco una cobija y la cubro para que no pase frio. Se ve tan dormida que mejor preferimos dormir en otra habitación.
Comienzo por quitar mi camisa, antes de sacarla por mi cabeza siento sus manos posarse en mi desnuda cintura y sus labios dejan pequeños besos en mi espalda.
—Estamos solos, hay que aprovechar.
— ¡Jaxon! —me quejo.
—Nena, traje el vibrador —sonríe en mi cuello.
Ni como negarme. Me quita la ropa y yo la de él. Desnudos, me pone en cuatro sobre la cama, desesperados introduce su miembro en mi interior y comienza a embestir con fuerza.
— ¡Ah! ~ ¡Ah! ~ -gimo mordiéndome los labios para no gritar de más.
— ¡Shhh! Te van a escuchar.
Enciende el vibrador y lo pasa por mi clítoris aumentado mi placer. Sumidos en nuestro placer aviento a Clark en la cama y me subo arriba de él para montarlo, sus manos me agarran de la cintura apretándola con fuerza, su acto me estimula más; apoyo mis manos en su abdomen y brinco con más fuerza.
—Vamos, nena ~ Así! ~ —gime con desesperación.
El placer se acumula en mi vientre, las paredes de mi interior se contraen y sin poder evitarlo Jaxon gruñe con fuerza; un poco más y me correré. Antes de explotar, la puerta es abierta lentamente dejándonos ver a Annie aun lado de nosotros al escuchar su pequeña vocecita llamar a su tío.
—Tío, ¿qué están haciendo? —pregunta la pequeña con miedo.
Su tierna voz nos hace detenernos. Sin dudarlo me cubro con las sábanas y pongo una almohada en la entre pierna de Jaxon para cubrirlo.
—Estábamos jugando —se excusa Jaxon nervioso.
— ¡Yo quiero jugar! —grita de felicidad por querer jugar.
—No Annie, regresa a la habitación de tu tío —le digo asustada y muy avergonzada.
Se pone triste por no dejarla jugar, pero acata mis órdenes saliendo de la habitación. Con vergüenza me levanto y comienzo a vestirme, ambos lo hacemos.
Después del incomodo momento hablamos con Annie, en verdad se nos hizo complicado mentirle, pero se lo creyó. Luego de una hora más Natalia vino por ella y se la llevó.
Ni siquiera podemos cuidar bien de una niña, que descuidados somos al dejar que una niña de seis años agarre un vibrador y peor aún, que nos vea en pleno acto inapropiado para su edad. Espero no traumarla con esto.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: LIBIDO (COMPLETA)