LOS HIJOS OCULTOS DEL CEO romance Capítulo 11

Cap. 9: MIRADAS

« ¿Quién es él? Mamá lo mira diferente, parece estar molesta, sin embargo ¡sus ojos brillan!… Esas miradas parecen risueñas como si ellos… Hum »

Una exclamación salió de sus labios, su mente parece haber entendido las señales que emitían los ojos de ese par.

—¡OH! — Exclamó.

« Claro, él es una imagen de mí a futuro, con su tamaño, seré… ¿Cómo él? entonces él es… »

Ricardito unió los puntos y pudo ver rápidamente lo que allí estaba escrito. Sus ojos se desmesuraron.

—Puedes irte por donde viniste, no tenemos nada de qué hablar —le dijo Isabel.

—¿Estás segura? —Ricardo frunció el entrecejo—. Sé que tú padre necesita una inyección de capital para reactivar sus maquinarias…

Isabel se volvió a él y con tranquilidad le dijo:

—Nunca, yo nunca aceptaré tu dinero —se fue a las escaleras, allí oyó a Ricardito correr en el segundo piso y entrar en carrera a la oficina de Iker y tirar la puerta. Isabel cerró los ojos esperando que Ricardo no lo haya oído, pero este le preguntó:

—¿Tú padre no estaba enfermo? —y sus ojos rodaron a la puerta que se acababa de cerrar.

—No es mi padre, debe ser la brisa. Por favor cierra al salir —subió las escaleras con la oscura mirada de Ricardo sobre su espalda. Sin embargo se irguió y siguió tranquilamente, en apariencia. Isabel sabía muy bien controlar sus emociones frente a él.

« ¿Hasta cuándo piensa ocultarme la existencia de nuestros hijos? ». Ricardo se marchó con ese pensamiento.

***

Isabel se sentía agotada esa tarde, por eso regresó muy temprano a su casa.

Al llegar a casa dejó a Ricardito jugando en el solar y subió a su habitación pero, minutos después, el niño le llegó a la habitación…

—Mamá, recuerdas lo que acordamos hoy.

Isabel sabía exactamente a lo que él se refería pero quiso evadirlo…

—¿Qué quieres decir, hijo? Estoy muy cansada.

—Me dijiste que hablaríamos sobre ese hombre que se llama igual que yo… ¿Quieres decirme que sucede con él, quieres decirme por qué no quieres que él me vea?

—Sabremos esperar mamá. Cuenta conmigo.

Ricardito abrazó a su madre por las piernas, corrió emocionado a hacerlo, su madre los ama tanto que sintió esa necesidad tan grande de abrazarla y demostrarle que él le corresponde. Isabel se agachó y lo apretó muy fuerte, ella sabía que él necesitaba, más que nadie, de ese abrazo en esos momentos, y lo entiende, porque sabe que es algo muy grande lo que él acaba de saber, al fin y al cabo él es un niño, su niño.

Después de calmar sus corazones en ese abrazo silencioso y lleno de carga emocional, Ricardito le dijo cálidamente a su madre:

—Descansa un poco, mamá. Yo voy a jugar al patio.

Isabel durmió un rato, pero al despertar, Ricardito no estaba en la casa.

—¿Dónde está mi hijo? —Isabel le pregunta a una mucama.

— El señor Iker, su padre, se llevó a Ricardito a la casa de los Del Hoyo.

—¿Cómo?

« ¡No puede ser, no deben conocer a mi hijo! ¡Aún no! »

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