Por su lado, Stefanie, miraba su teléfono y consultaba el buscador local para ver los lugares que tiene cerca o un lugar económico para comer, luego buscaría retomar su viaje por las librerías cercanas para ver precios e igual ver en las tiendas de segunda mano para empezar a crear un presupuesto.
Lamentablemente de nuevo la vida no quería que hoy fuera a ver sus asuntos porque apenas estaba por cruzar la calle, cuando sintió que alguien la sujetó con fuerza de su brazo izquierdo y la giró, donde ella estaba lista para golpear a esa persona, notando que era el abuelo del pequeño castaño.
- Suélteme – dijo enojada ella buscando zafarse.
- ¿Qué le hiciste a mi nieto? – preguntó mientras rechinaba sus dientes por el enojo.
- ¿Qué? – pregunto confundida ella y en eso vio que igual padre e hijo llegaban a donde estaban, donde el pequeño Jin busco abrazarse a ella tratando de calmar sus lágrimas.
- Mami, mami – le llamaba entre lágrimas.
- … - Stefanie miro confundida esta situación, quedándose sin palabras y por inercia reconfortar al niño; donde igual recordó que así le llamo antes, pero busco ignorarlo pensando que este se refería a que había perdido a su mamá.
- Mami sniff… – decía buscando calmarse.
- Repito, ¡que le hiciste a mi nieto! – preguntó Romeo, mientras apuntaba a la chica con su pistola.
- Guarda eso papá, aquí no - le pidió - y tú vendrás con nosotros – ordenó molesto Ángelo sujetando a la chica con fuerza de su brazo derecho.
- No iré con ustedes – declaró molesta Stefanie frunciendo el ceño, pero en eso sintió como por su costado algo metálico le hacía presión, donde ella notó que el pelinegro le había colocado una pistola para hacerle cooperar.
Justo en esos momentos una limusina negra freno de golpe junto a ellos.
- Sube – ordenó Ángelo..
- Tú no me ordenas y no iré a ningún lado con ustedes – contestó ella muy molesta.
- Mami – indico feliz Jin.
- Yo no soy tu mamá – dijo Stefanie mirando a los ojos al pequeño, quien solo inclinó suave su cabeza antes de reír.
- Mami – dijo dejando escapar una suave risa.
Ante eso Ángelo no dudó y tomó a la chica para subirla a la limusina por la fuerza.
- ¡Suéltame!, esto es secuestro – ella buscó resistirse, pero ya la habían metido al auto y este se puso en marcha mientras los adultos bloqueaban las salidas y le apuntaban con sus armas.
- En ese caso nadie te salvará – opino Ángelo sonriendo con arrogancia mientras se acomodaba en su asiento sin dejar de apuntarle – ahora me dirás que le has hecho a mi hijo.
- Yo no le he hecho nada – mencionó frunciendo el ceño escuchando la risa del castaño que jugaba con las manos de ella mientras balbuceaba para sí.
- Bueno, eso estamos por averiguarlo – dijo Romeo serio mirando de forma analítica a la chica.
El camino fue tenso para los adultos, mientras que fue divertido para cierto castaño, quien jugaba con las manos de su “mamá” a la vez que su papá a veces le hacía mimos.
Al llegar obligaron a la chica a bajarse a punta de pistola llevándola a la sala donde Jin se miraba feliz y en eso su estómago gruño haciendo que él hiciera un puchero.
- Puedes dejar ya este aburrido y repetitivo interrogatorio.
- No voy a dejarlo hasta que me digas que le hiciste a mi hijo, ¿por qué se aferra a ti?, y…
- Buaaaaaa.
- Shh… no llores – dijo ella meciendo con suavidad al niño para luego alzar la vista – deja tus reclamos y tráeme algo para que coma.
- Te atreves a ordenar… - preguntó molesto Ángelo, quien de una zancada se acercó a ella listo para golpearla, pero…
- Ángelo yo igual escuché quejarse al estómago de Jin – dijo Romeo, quien sí lo noto y con señas había pedido algo de papilla y una mamila de leche para el pequeño, donde una sirvienta se acercó con una bandeja para ellos.
- Aquí tienen – dijo dejando la bandeja cerca de la pelinegra, quien solo dejó escapar un suspiro para acomodar al pequeño.
- Gracias, a ver Jin – le llamó, notando que el pequeño al ver la comida dejaba de llorar – vamos a que comas y luego a dormir, que ya es algo tarde – menciono mirando que ya estaba oscureciendo.
- Hm… – el pequeño al ver que era comida sólida busco empujar la cuchara, ya que él prefería su mamila con leche.
- … - Stefanie solo arqueo la ceja antes de sonreír divertida – hm… está rico – hablo donde ella comió un poco disfrutando del sabor, notando que Jin la veía de forma curiosa – bueno puesto que no quieres me la comeré – indicó divertida donde el menor le miraba atento – ¿quieres? - pregunto divertida acercándole la cuchara.
- … - Jin miró la cuchara y luego a la chica donde al ver que ella le sonreía busco abrir su boca y dejar que le alimentara.
- Recuerda, no debes decir “no” sin probar – mencionó divertida mientras lo alimentaba.
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