Felicia agarró fuertemente la mano del doctor, con sus ojos rojos mirándola directamente, "Te ruego... ¡mantén mi secreto!"
"Esto…"
"Ellos no se darán cuenta... ¡Te lo ruego! De lo contrario, realmente moriré..."
……
Cinco años después, en una ciudad en el interior del país.
Felicia se levantó temprano.
Había preparado el desayuno favorito de su hijo Eze: sándwiches y leche de soya. Abrió la puerta de la segunda habitación, le dio una palmadita suave en el trasero a su hijo y le dijo: "¡El sol ya salió! Hoy es el primer día de escuela, ¡no puedes llegar tarde!"
"Mamá…" Eze se levantó con los ojos aún somnolientos, se abrazó al cuello de Felicia y le dio un beso en la mejilla, "¿Puedo dormir diez minutos más?"
"¡No!" Felicia, exasperada y divertida a la vez, le dio una palmadita en la cara a su hijo, "¿Olvidaste lo que te dije ayer?"
"Uh … necesito ir al jardín de niños, mi mamá necesita trabajar para pagar el jardín de niños. Pero has prometido muchas veces llevarme al parque de diversiones". Eze frunció su pequeño rostro, "¡Los adultos no cumplen sus promesas!"
"Si te portas bien, mamá te llevará la próxima semana".
"Hmm, eso es lo que dijiste la última vez".
"…"
"¡Mamá siempre me engaña! ¡Dijiste que papá había muerto, pero claramente lo vi en la televisión!"
Felicia se sintió triste, "Eze, la persona en la televisión no podría ser tu papá, cuando crezcas, mamá te contará todo".
"¿Entonces por qué no puedes decirme ahora? ¡También quiero que mamá y papá me acompañen al parque de diversiones!"
"Lo siento, Eze…"
"Hmm! ¡Ya me lo imaginaba, mamá tiene miedo de que papá me lleve al parque de diversiones, por eso esconde a papá!"
"…"
Aunque Eze se veía insatisfecho, aún se levantó obedientemente, se vistió y se lavó.
Se rumorea que no le gustan las mujeres y que tiene una severa neurosis hacia la limpieza. Además, tiene un hijo de una madre desconocida, que la familia Rivas anunció hace tres años, y este tema ha generado mucha discusión y especulación.
"¿Sergio sigue rechazando comer?"
Lamberto habló de repente, Tiago se quedó atónito antes de responder, "Sí, Sergio dice que si no le dejan ver a su madre, no comerá".
"Ya está amenazando a la gente a tan temprana edad." Rio fríamente, su rostro guapo lleno de frialdad y disgusto, "Déjalo pasar hambre entonces".
"Pero señor…"
"No digas más, me molesta el ruido".
"Bien". Justo cuando Tiago terminó de hablar, el teléfono de Lamberto sonó.
Bajó la mirada y vio que era su madre, Esmeralda, quien llamaba. Al contestar, escuchó su voz llorosa.
"Lamberto, ¡algo malo ha pasado! ¡He perdido a Sergio!"
"¿¡Qué?!"
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