¡Mamá, Encontramos Tu Marido Ideal! romance Capítulo 4

Su abrazo era cálido, apretado e intenso.

¿Así se sentía ser abrazado por una madre?-

Felicia lo abrazó un rato, sintiendo cómo el cuerpo de Eze se ponía rígido en sus brazos.

Soltó su agarre, mirando al niño frente a ella.

No se había equivocado, esa era la cara de Eze.

Pero...

"Eze, ¿de dónde sacaste esa ropa?" Recordaba haberle puesto una camiseta blanca y pantalones cortos por la mañana. ¿Cómo se volvieron negros de repente?

"Yo..." Sergio abrió la boca, dudó unos segundos, y luego dijo, "Me gusta esta ropa, la intercambié con otros niños."

"¡Así que te gustan las camisetas negras! He estado tan ocupada trabajando que no había notado tus gustos. Me equivoqué, ¿puedes perdonarme?" Felicia se agachó, mirando sinceramente a su hijo. "Prometo que a partir de ahora te llevaré al parque de atracciones cada semana y pasaré más tiempo contigo."

Sergio asintió un poco aturdido. Para él, el amor de una madre era algo extraño y nuevo.

Quería tener ese sentimiento.

En cuanto al frío padre de la familia Rivas, esperaba no volver a verlo nunca más.

"Vamos, te llevaré a Burger King, ¿te parece?" Felicia apretó fuertemente la mano de su hijo, queriendo darle todo.

"Las hamburguesas son comida basura." Sergio frunció el ceño, su expresión se parecía un poco a la de Lamberto.

"No importa. ¿No es lo que siempre has querido comer? ¡Vamos a comer hasta saciarte! Hoy conseguí un trabajo, vamos a celebrarlo."

"Está bien." Sergio no se atrevió a decir más, tenía miedo de ser reconocido, quería disfrutar más de la vida con una madre.

En la villa de la familia Rivas, Esmeralda sufrió un ataque al corazón y fue llevada al hospital.

Lamberto se sentó en la silla de la sala de hospital, con los labios apretados, sin decir una palabra.

"Lamberto, tienes que reflexionar sobre ti mismo. ¡Has sido demasiado duro con Sergio! ¡Por eso se ha ido de casa!" El padre de Lamberto, Patricio Rivas, le reprendió. "Aunque fuimos tu madre y yo quienes decidimos que Sergio naciera, ¡él es tu hijo!"

"¿No siempre han sido ustedes quienes deciden cómo educarlo?"

Eze estaba tan emocionado como si hubiera encontrado un tesoro, ¡no podía creer que tuviera la oportunidad de conocer a este señor guapo!

Lamberto miró al niño frente a él, frunciendo ligeramente el ceño.

"Es Lamberto, no Lam. Además, ¿viniste aquí a buscarme?"

"¡Sí!" Eze metió su pequeña mano en la suya, sonriendo con los ojos entrecerrados. "Quiero un buen papá, que juegue conmigo, que me lleve a comer cosas ricas, ¿quieres serlo?"

Ser un buen papá...

Al oír estas palabras, Lamberto no pudo evitar sentirse conmovido.

De hecho, tenía que admitir que en todos estos años, no había dado a su hijo el amor suficiente, incluso... Lamberto miró la pequeña mano inocente en la suya, ¡era la primera vez que él y su hijo tenían un contacto tan cercano!

"Vale, te prometo, haré todo lo posible para ser un buen padre." Se inclinó y levantó a su hijo en brazos.

¡Era hora de que él fuera un buen padre!

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Mamá, Encontramos Tu Marido Ideal!