Matrimonio de primera romance Capítulo 364

Ximena no esperaba que Delfino le dijera este asunto, su cara cambió de repente, -¿Qué quieres decir?

-Si no puedes entender palabras tan simples, no eres competente para cuidar bien a Raquel -Delfino dijo con voz más indiferente, frunciendo el ceño.

Su paciencia se estaba agotando poco a poco.

-De todas maneras, soy tu prometida y la verdadera madre de Raquel. ¡Cómo puedes hablarme así! -Ximena elevó su volumen por enfurecerse con él, sin aspecto tranquilo ni elegante.

Ya estaba harta. Habían pasado tres años.

Aunque fuera un bloque de hielo, debería haberse derretido.

Pero la actitud de Delfino hacia ella todavía no había cambiado en absoluto, como una piedra.

-En primer lugar, lo que eres mi prometida es lo que dijo Licia y no tiene nada que ver conmigo. En segundo lugar, si no fueras la verdadera madre de Raquel, ¿crees que seguirías sentada aquí hablando conmigo ahora?

El tono de Delfino era tan frío y casi hasta cruel.

La cara de Ximena estaba blanca y no pudo decir nada durante mucho tiempo, así que se levantó para salir, cogiendo la bolsa.

Acababa de llegar a la puerta principal cuando chocó con Licia, que entró.

Licia se apresuró a detenerla y preguntó, -Ximena, ¿a dónde vas? Quédate. Ya es muy tarde.

Ximena echó un vistazo cauteloso al interior antes de dirigirse hacia un rincón desocupado fuera de la puerta con Licia.

Bajo la tenue luz de la calle, viendo los ojos enrojecidos de Ximena, Licia se preocupaba por ella y preguntó, -¿Qué ha pasado?

-Licia, ya no soporto a Delfino. Es despiadado como una pierda...

Ximena le transmitió lo que Delfino acababa de decir.

Licia reflexionó y no dijo nada.

Ximena dejó escapar un aliento muy reprimido y dijo, -En aquel entonces no debiste traer a Raquel. ¡Delfino la trató mejor que a mí!

-No digas eso. Raquel es la hija de Delfino -respondió Licia, creyendo que el parentesco era muy importante.

Como Delfino no recordaba el pasado, Licia pensó que después de decirle que Ximena era la verdadera madre de Raquel, al menos sentiría algo especial hacia ella.

Pero no imaginaba que Delfino trataba bien con Raquel, pero seguía siendo tan indiferente con Ximena.

En los últimos tres años, no hubo ningún cambio.

Así que Licia publicó a los medios de comunicación que Ximena era la prometida de Delfino.

Aunque Ximena estaba insatisfecha con esta afirmación, no dijo nada más y respondió cansada, -Estoy un poco cansada hoy y me voy.

-Le pediré al conductor que te envíe de vuelta. Voy a hacer lo posible por resolver este asunto -Dijo Licia, tocándole el hombro a Ximena.

***

Después de despedirla, Licia entró en casa.

Delfino estaba cenando y se colocada a su lado una silla de comedor para niños. Mientras Raquel estaba comiendo fruta, sosteniendo un pequeño cuenco.

Vio entrar a Licia y llamó con voz suave, -Tía.

-Eres muy encantadora -Licia sonrió mientras se acercaba.

Raquel le entregó un trozo de sandía a Licia, -Tía, come.

Miró la fruta caótica y repugnante en el cuento, y Licia estaba a punto de rechazarla.

Sonrió mientras le cogía la mano y le entregó la fruta hacia la boca, -Raquelita, come más fruta y serías más guapa.

Al escuchar las palabras de Licia, Delfino miró hacia ella y dijo en voz baja, -Raquel, dame un trozo de manzana.

Cuando Raquel oírlo, comió la sandía contenta y luego buscó un trozo de manzana para llevar a los labios de Delfino.

Delfino lo comió y dijo, -Come el resto.

Como si le hubieran animado, Raquel dejó el tenedor y lo agarró con las manos.

Licia trató de detenerla, pero fue interrumpida por Delfino, -Todavía no has comido, ¿verdad?

-No.

Delfino dijo, -Entonces ve a comer. No te preocupes por Raquel.

En cuanto Licia entró en el comedor, una criada ya había sacado los cubiertos y los había colocado frente a Delfino.

Raquel terminó de comer pronto y luego tiró de las mangas de Delfino, levantando el cuenco en alto, -Papá, he terminado de comer.

Su cara se hinchaba aún más por llenar de comidas.

A Delfino le parecía divertida y alargó la mano para pellizcarle la cara.

-¿Qué estás haciendo... -Raquel le golpear la mano.

Cuando Delfino retiró la mano, una sirvienta trajo un pañuelo para limpiar el jugo de la comisura de la boca de Raquel.

Raquel molestó mucho y extendió sus manos hacia Delfino, queriendo que la sacara de la silla.

-Lo haré -Delfino cogió el pañuelo de la mano de la criada, limpió las comisuras de la boca de Raquel, la sacó y la puso en su regazo-. Siéntate quieta.

Raquel se sentó obedientemente y no se movió.

Delfino siguió comiendo.

Al otro lado de la mesa, mirando la interacción entre ellos, Licia dijo incómoda, -No deberías mimarla demasiado, todavía es una niña tan pequeña.

Raquel estudiaba con curiosidad la garganta de Delfino, tocándola, que se movía cuando comía.

Delfino le cogió la mano y le lanzó una mirada de advertencia, así que Raquel se echó apresuradamente a sus brazos y se quedó callada.

Después, Delfino miró hacia Licia y preguntó con tono indiferente, -¿Cómo la mimo mal?

Licia se quedó en silencio. Mirando a Delfino y Raquel, quien estaba apoyada en sus brazos, frunció los labios y no tuvo nada que decir.

Cuando Delfino terminó de comer, se dio cuenta de que Raquel ya casi se quedó dormida.

Llevó suavemente a Raquel al piso de arriba y la puso en la cama.

Cuando la acostó, Raquel gruñó unos veces. Pero Delfino le dio unas palmaditas en la espalda antes de que volviera a dormirse.

La niña dormía como una cerdita.

Delfino recordó que cuando se despertó, no acordaba nada ni se preocupaba mucho por su hija, que había sido cuidada por las criadas.

Hasta que un día, cuando volvió del trabajo, la niña se abalanzó sobre él y le dio un beso...

Tal vez esa sea la magia del afecto del pariente.

No recordaba cómo se había amado con Ximena antes, pero Raquel era importante para él.

Tras asegurarse de que Raquel estaba dormida, Delfino cerró suavemente la puerta y se marchó.

En cuanto salió, vio a Licia, que obviamente había esperado durante mucho tiempo.

-Delfino, tengo algo que decirte.

Delfino metió las manos en los bolsillos de sus pantalones de traje y se vio un poco disperso, -Si es algo relacionado con Ximena, no hace falta que lo digas. Estoy cansado de oírlo.

-¿Qué tiene de malo Ximena? Trata muy bien contigo y es la madre de Raquel. Además, es mayor...

Delfino la interrumpió, -También eres mayor, así que cásate primero.

-Delfino, tú...

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