Noela miró hacia la cocina, -Voy a ayudar a Yadira y compórtate bien.
Dándole una advertencia a Apolo, Noela lo dejó solo en el salón.
En la cocina, Yadira estaba lavando las verduras.
Giró la cabeza por oír un sonido y vio a Noela, -Señorita Noela, ¿por qué has entrado?
Noela respondió triste, -Solías llamarme Noela.
Yadira la miró con disculpa.
Al verla así, Noela se apresuró a decir, -No hablemos de eso. Voy a lavar los platos contigo.
-No es necesario. Puedo hacerlo yo misma.
-Así es más rápido. Tengo mucha hambre.
***
Yadira preparó los platos y los llevó a la mesa. Cuando estaba a punto de comer con ellos, escuchó el sonido de la puerta.
Inclinó la cabeza hacia la puerta y vio que Mariano ya se había cambiado los zapatos para dirigirse al restaurante.
Todavía tenía las llaves del coche en la mano y cuando vio a las tres personas, se quedó helado.
Pronto recuperó tranquilidad.
Su mirada pasó por las caras de Noela y Apolo y finalmente en Yadira. Con una sonrisa, dijo suavemente, -¿Hay invitados en casa?
Estas palabras sonaban muy cariñosas.
-Sí -Yadira se levantó y preguntó-. ¿Por qué has vuelto?
Mariano se limitó a sonreír y no le explicó nada.
Caminó junto a Yadira y dijo, -¿No quieres presentarme a tus amigos?
Yadira lo miró y luego giró la cabeza a Noela, -Esta es Noela.
-Hola, señorita Noela. Soy Mariano -Mariano extendió su mano hacia Noela, con una sonrisa.
Noela respondió, -Hola, señor Mariano.
Ella miró de arriba abajo a Mariano.
Era menor guapo que Delfino, pero se veía amable y debía ser una persona de buen carácter.
Era muy difícil ser tan excelente como Delfino.
Sin embargo, el hecho de que Mariano cuidara de Yadira durante tres años no era fácil para los hombres corrientes.
Mariano asintió y luego miró a Apolo, -Señor Apolo, también está aquí.
Apolo echó un vistazo a la mano de Mariano que acababa de estrechar con Noela y dijo con molestia, -Sí, ¿no soy bienvenido?
-¡Qué va! Eres el amigo de Yadira -dijo Mariano y miró a Yadira, con una expresión apagada.
Sintiendo que el ambiente raro, Yadira le preguntó a Mariano, -No has comido, ¿verdad? Te serviré.
-Lo haré -Mariano le apretó suavemente el hombro a Yadira y se dirigió a la cocina.
En cuanto Mariano se marchó, Noela dio una patada a Apolo por debajo de la mesa.
A Apolo le dolía mucho.
Cuando miró a Noela, ella lo vio también.
Apolo se quedó sin voz inmediatamente.
En cuanto las palabras de Noela cayeron, Mariano salió de la cocina.
Noela y Apolo le vieron salir y se sentaron bien con la boca cerrada.
-¿Suelen estar ocupados con su trabajo? -Mariano se acercó a los dos con una expresión tranquila y, por su expresión, no podían saber si había escuchado su conversación de hacía un rato.
Todo el mundo sabía que las palabras de Mariano, de hecho, estaban dando una orden de expulsión.
-Sí, estoy un poco ocupado y pensaba irme -Noela se levantó inmediatamente.
Mariano dijo, -Os acompañaré a la puerta.
-¿Vais a marcharos? -Yadira, que les seguía por detrás, escuchó por casualidad sus palabras.
-Sí -Noela se levantó y se acercó a Yadira-. Déjame tu número y te acompañaré a divertirnos en el tiempo libre.
Noela y Yadira se intercambiaron números de teléfono y Noela se fue.
Cuando Yadira llegó a la puerta, Noela la empujó suavemente, -Vuelve. Basta con la compañía de señor Mariano. Te encontraré la próxima vez. Adiós.
En cuanto se cerró la puerta, los rostros de las tres personas que estaban fuera de la puerta cambiaron sutilmente.
Ellos entraron juntos en el ascensor.
Mirando los números del ascensor, Noela preguntó con seriedad, -¿Cómo conociste a Yadira?
Acababa de darse cuenta de que la ropa de Mariano era de alguna gran marca extranjera y su reloj también era de edición limitada, por lo que no parecía estar falto de dinero. Toda la persona desprendía un aura de tranquilidad y sosiego y era un hombre con experiencia.
Si tal hombre se puso entre la multitud, aunque Noela estuviera acostumbrada a ver caballeros ricos y famosos, no podría resistirse a verlo más veces.
Conoció a Yadira hacía muchos años y sabía muy bien su círculo social en que no existía Mariano.
La expresión del rostro de Mariano no cambió mientras hablaba con indiferencia, -La conocí antes que tú.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...