Matrimonio de primera romance Capítulo 402

Al momento siguiente, Noela tosió y le dijo, -Me estaba ahogando con agua, espérame un ratito.

Noela estaba a punto de beber en aquel momento, pero la pregunta de Yadira la sorprendió tanto que incluso se atragantó.

Aunque sabía muy bien que Yadira había sufrido una amnesia, pero antes del accidente Yadira era la persona más cercana a él, quien lo conocía mejor que todo el mundo.

Por eso se quedó desconcertado al escuchar esa pregunta inesperadamente.

Entonces, bebió un vaso de agua antes de volver a coger el teléfono para hablar con Yadira.

-Eh, ¿qué estábamos hablando?

-Te acabo de preguntar ... ¿qué tipo de persona es Delfino? -probablemente Yadira también adivinó lo que estaba pensando Noela, entonces se dio en cuenta de que esta pregunta sonaba un poco extraña.

-Bueno ... déjame pensarlo -Noela hizo una pausa, luego resumió con las siguientes palabras: rico, guapo, frío, pero terrible.

Fue la impresión que le había dejado durante los pocos contactos entre ellos.

Las primeras dos características eran tan obvias que cualquiera que tenga ojos podía llegar a esta conclusión.

También podía decir que era un poco indiferente.

Con respecto al último comentario, pues no fue para tanto.

-¿Algo más? -le preguntó.

-Nada -suspiró Noela-. En cuanto a este tema, deberías ser la persona que mejor conozca a tu jefe.

-¿Por qué lo llamas jefe? -Yadira aún no había terminado con los documentos, por lo que no sabía que él era el mandamás de Grupo Auge.

-Es el jefe de Grupo Auge.

-¡Cómo es posible!

A causa de que ya se hacía tarde, Yadira quería terminar la charla.

-¿Por qué me haces esta pregunta? ¿Os ha pasado algo? -Noela preguntó con curiosidad antes de despedirse.

Por un lado, estos días Delfino no tenía mucho contacto con Apolo, por eso no sabía mucho sobre la situación actual de Delfino.

Hablaría con Noela antes que nadie cuando se encontrara con algo. Pues fue lógico que no supiera cosas que él no sabía.

Por otro lado, lo de hoy sucedió tan inesperadamente que no aún no había tiempo para compartir con Noela.

-Yo... -Yadira hizo una pausa para pensar en una forma mejor para decirlo. Ahora vivo con Delfino.

-¿Es que tú o él ha recuperado la memoria? -Noela fue tan sorprendida que le preguntó en voz alta.

A través de su tono, Yadira pudo imaginar la expresión de asombro de Noela en este momento.

Yadira le respondió que no.

También le daban ganas de recuperar las memorias, pero no se había logrado mucho avance.

Los dos habían sufrido la misma desgracia de ser bombardeado en aquella isla y perder sus memorias.

En este sentido, eran muy enamorados.

-Si no andas ocupada, nos quedamos otro día -dijo Yadira, que tenía algo que preguntarle.

-Me parece bien -respondió.

***

El día siguiente.

Yadira fue despertada por el ruido de pasos fuera de la habitación.

Los pasos no eran pesados pero muy rápidos, por eso fue fácil distinguir de quién pertenecían.

-¡Mamá, levántate! -tan pronto como Yadira se sentó, escuchó la enérgica voz de Raquel.

Después, dio tres golpes en la puerta como siempre.

-Ya voy -dijo Yadira sonriendo.

-¿No tienes miedo de que Definas te regañe? -se puso en cuclillas para hablar con ella.

Raquel se quedó en silencio durante dos segundos, como si de repente se diera en cuenta de lo que había dicho. Se encogió de hombros y amplió mucho los ojos, diciendo en voz baja, -Sí, me da miedo.

-No tengas miedo, para que te perdone, basta con un besito -ella la abrazó sonriendo y le dijo.

Raquel asintió con cabeza, aunque en realidad no lo entendía del todo.

-Te traigo un cepillo y te cepillas los dientes conmigo, ¿vale? -Yadira le acarició el pelo despeinado y le preguntó.

-Lo haré yo mismo -entonces Raquel salió corriendo.

Yadira echó un vistazo a la habitación de Delfino y se quedaba un poco perpleja al descubrir que no estaba allí.

Sin embargo, siendo un hombre tan vengativo, definitivamente no dejará escaparse a Yadira.

Raquel no tardó mucho en volver con su cepillo.

Y además de esto, también se llevó una toalla y una horquilla.

Raquel regresó corriendo y le presentó a ella todas sus cosas en sus brazos uno a uno.

-Mira, esta es mi horquilla de fresa, con conejos de encima, de color rojo...

-Entonces, ¿primero vamos a lavarnos la cara y cepillarnos los dientes? Luego te peino con las lindas horquillas, ¿te parece bien? -le preguntó mientras escuchaba pacientemente.

-¡Genial!

Se pusieron de acuerdo inmediatamente.

Yadira le tocó la cabeza y la llevó al baño.

-¿Puedes hacerlo tú mismo? -le dio el cepillo con pasta de dientes y le preguntó.

-¡No hay problema! -entonces Raquel lo cogió y empezó a cepillarse. Primero abrió la boca y apretó los dientes, luego movió el cepillo adelante y atrás suavemente.

Se veía muy hábil en cuidar a sí mismo.

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