Matrimonio de primera romance Capítulo 505

-¿Por qué no? Era muy bueno en contentar a los otros cuando era pequeño que se hacía la cabeza de nuestro barrio -parecía que Noela recordó las cosas de infancia que levantó una risa de recuerdo.

Noela golpeó el hombro de ella, -No te preocupes, sólo una hora o dos.

-¿Apolo no asiste al banquete? -Yadira siguió.

Noela rio fríamente, -Siempre pasó la vida de lujo y disipación, festines, fiestas, todas las parecidas, no le importa nada perder una.

Sin embargo, Yadira se puso a pensar otra cosa.

Lo que Delfino era el jefe real del Grupo Auge nunca había sido expuesto, y la relación entre Delfino y Apolo era poco conocida excepto las personas de cerca. Entonces, no hacía falta presencia de Apolo.

Al cesar el pensamiento, Yadira vio que Noela ya marcó el el número y habló con Apolo. Aunque no pudo oír a Apolo, Yadira sabía que Apolo accederá directamente.

Apolo tenía el carácter divertido, pero se veía con facilidad su afecto a Noela. Tomaba todas las palabras de Noela como verdades absolutas y nunca objetó. Los dos tenían la relación simple y directa como la forma de relacionarse.

Aunque parecía que Noela estaba cargada de alguna preocupación y no aceptó formalmente a Apolo, Apolo había estado determinado a perseguir a Noela. Yadira supuso que Apolo no lo dejó hasta que Noela lo aceptara.

Era una cosa buena pero también mala.

Después de que Yadira y Noela acabaron el vestido y el maquillaje, llegó Apolo.

Raquel se despertó también. La niña recién despertada guiñó los ojos soñolientos, y tocó el cabello de Yadira por curiosidad. Yadira le cambió la ropa mientras complació a ella, y luego salió con Raquel en los brazos.

Apolo solía divertir a los niños con el caramelo, y Raquel era una niña muy golosa.

Ella recogió el caramelo de alegría, Apolo dio una palmadas y dijo, -Ven acá, a los brazos de tío.

Raquel aceptó el soborno, y se inclinó a Apolo extendiendo los brazos pequeños.

Apolo estaba risueño y siguió llamarle "cariño" como si Raquel fuera su propia hija.

Raquel frunció las cejas, -Llámame Raquel.

Apolo rio ante las palabras de Raquel, -Que tiene el carácter parecido a Delfino. Jajaja...

Los dos charlaron y rieron, claro que se llevaron muy bien.

-Mira, que no hay problema -Noela tendió la mano al hombro de Yadira y echó la mirada misma que Yadira a Apolo y Raquel.

Yadira sonrió y se dirigió a Apolo, -¿Te tardará el tiempo?

-No, estoy de libertad completa -Apolo no dejó de reír desde entrar.

Yadira ya explicó a Raquel y esta le prometió en serio que obedecería al tío.

Los tres adultos y la niña salieron juntos de la casa.

Ya se acercó las seis, pero la comida en el banquete no será suficiente para llenar el buche y fueron al restaurante del mismo hotel de siete estrellas a comer algo.

Noela se levantó de puntillas y miró hacia fuera tendiendo el cuello, -Parece que ha llegado el jefazo.

Yadira miró por la vista de ella, y de verdad miró a Delfino empujando la silla de ruedas donde se sentó Horacio.

Delfino llevó el traje oscuro como antes, y tenía la mirada animada, pero en los ojos de Yadira, él tenía la cara mala y los labios pálidos como si… estuviera enfermo.

Yadira apretó ligeramente los labios. Quizás tuviera la preocupación excusada. Delfino tenía el cuerpo muy fuerte y apenas enfermó.

Con el pelo cortado con esmero, Horacio se sentaba en la silla de ruedas. Pero por el delgado que era, el traje de corte elegante no le quedó bien, le salió demasiado suelto que perdió el diseño original. Además, había una manga hueca.

Aunque seguía bajar la mirada, pero se veía la tensión mediante su mano agarrado al pasamano. Era increíble pensar que el hombre que controló a la familia Dominguez por décadas y pasó la vida media en el negocio estuvo nervioso delante de tamaña ocasión. Era la primera presencia pública después de la noticia de que alguien secuestró a Horacio hacía tres años.

Entre los murmullos de los invitados, se sintió con facilidad la sorpresa de lástima o de burla de todos.

Los invitados se movieron al lado para abrir un camino para Delfino. Xulio lo siguió de rostro serio.

Yadira se detuvo en el rincón y había muchas personas delante de ella. Delfino empujó a Horacio y se fijó hacia adelante, lógicamente no podía verla.

Sin embargo, apenas le surgió la idea, Delfino, quien había pasado por ella, giró la cabeza de repente a Yadira atravesando la muchedumbre, como si ya estuviera dispuesto.

Los otros se dieron cuenta de que parecía que Delfino estaba mirando a alguien, y miró hacia la misma dirección. Al ver esto, Yadira se volvió al otro lado como los demás.

Al contrario, Noela tiró a Yadira del brazo con excitación, -El jefazo estaba mirando a ti, ¿con qué magia puede mirarte a tanta distancia? ¿La telepatía?

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