Matrimonio de primera romance Capítulo 542

Al escuchar las palabras de Yadira, Delfino frunció un poco el ceño y dijo, -Dijiste que ayer al mediodía, te hallaste con Mariano en el Club Dorado, pero cuando le llamó, él actuó raramente, ¿por eso fuiste a buscarlo?

-Sí. Sin embargo, cuando llegó a su Clínica Psicológica, él no estaba allí -contestó Yadira frunciendo la boca-. De paso, preguntó a la asistente por Mariano, no obstante, dijo que ella había reservado el almuerzo para Mariano.

Cuando terminó de hablar, Yadira descubrió que todavía se ponía pensativo y no pudo adivinar lo que estaba pensando.

Luego, Yadira expresó su duda, -Por lo tanto, estoy considerando si es posible que el Mariano con que me encontré ayer al mediodía en el Club Dorado sea quien se ve exactamente igual como Mariano.

-Si simplemente él es una persona que se parece mucho a Mariano -pausó repentinamente Delfino, pero luego completó sus palabras-. ¿Por qué no te lo contó directamente en el teléfono?

Yadira se volvió sorprendida. ¡Ah! ¡Sí! Por qué no se dio cuenta de eso.

Ella solo se sintió confusa en el corazón, pero nunca analizó detenidamente el asunto.

-Así que, es muy probable que el Mariano que vi en el Club Dorado sea un hombre que se asemeja bastante a Mariano. Además, aquel hombre presumiblemente es el hermano gemelo de Mariano y él ocultó eso con mucho esfuerzo...

Delfino mostró una sonrisa tenue y le contestó, -¡Qué difícil que seas consciente de eso!

Yadira lo fulminó con una mirada y continuó pensando en su propia duda.

Si esa persona era el gemelo de Mariano, sin duda él iba a buscar a Mariano.

Además, ayer en el Club Dorado, el Mariano que vio Yadira vestía de negro y anoche cuando Delfino y ella estaban en la casa de Mariano, él también llevaba una ropa negra.

Así mismo, la casa de Mariano estaba un poco desordenada.

La ropa negra, el orden de los objetos en su casa, todo eso indicaba una cosa...

De repente, Yadira levantó la cabeza, miró a Delfino y le dijo pesada, -¡El hombre que vimos anoche en la casa de Mariano no es Mariano!

Delfino se recostó en la silla y fijó la mirada en Yadira sin decir nada.

Aunque él no dirigió ninguna palabra, a través de su expresión, Yadira adivinó que Delfino lo había notado temprano que la persona que vieron ayer no era el verdadero Mariano.

-¿Por qué no me lo contaste? -preguntó Yadira rascándose el cabello con fastidio.

Luego, ella continuó diciendo, -Sin duda, le pasó algo a Mariano. Si no, ¿por qué no apareció anoche?

Delfino observó indiferente a Yadira decirse algo a sí misma en silencio.

Yadira giró la cabeza y descubrió que Raquel la estaba mirando confusamente.

Acarició la cara de Raquel y le preguntó con ternura, -¿Estás llena?

-Sí -le respondió la pequeñita asintiendo con la cabeza y se volvió intentando bajar de la silla.

Yadira la ayudó y le dijo, -Ve a jugar afuera.

Apenas salió Raquel, Yadira tampoco pudo sentarse tranquilamente.

Ella se levantó y dijo, -Tengo que ir otra vez a la Clínica Psicológica de Mariano.

Luego, apartó la silla y se marchó, y Delfino no se lo impidió.

***

Yadira fue a la Clínica Psicológica en coche.

Cuando llegó, la puerta de la clínica estaba completamente abierta, sin embargo, al entrar, ella encontró que la sala estaba muy tranquila.

En aquel entonces, era temprano y la clínica acababa de abrirse, por lo cual fue normal que no hubiera mucha gente.

-¿Dónde está Delfino? -preguntó Yadira con cara fría.

Como Xulio era un lince, sabía que algo grave había ocurrido al notar el enfado de Yadira.

-Ahora el señor Delfino está en una reunión. ¿Qué te parece si lo esperas en la oficina del presidente? -contestó Xulio, quien quería llevarla a Yadira al despacho para que descansara, puesto que él consideró que cuando Delfino terminara la conferencia, posiblemente la mayor parte de la ira de Yadira desaparecería.

Aunque él no se informó de lo que había ocurrido entre los dos, fue mejor que no aparecieran más problemas y discutieran menos.

Yadira se detuvo y repitió, -¿Está en una sesión?

-Exacto -contestó Xulio, quien se enteraba de que Yadira no era una chica que creaba problemas irrazonables y creía que ella iba a aceptar su opinión.

Sin embargo, obviamente, esta vez, él equivocó el nivel de ira de Yadira.

Yadira se enfadó no solo porque Delfino no le había contado lo que él había previsto, sino que también por su actitud.

-Ya lo sé. Lo buscaré personalmente -dijo Yadira. Después, empujó a Xulio y se dirigió directamente a la sala de reunión.

Aun cuando ella nunca había trabajado en el Grupo Dominguez, supo dónde estaba la sala de reunión, ya que había ido varias veces aquí.

-Señora, ¿podría esperar a que el señor finalizara la conferencia por favor? -dijo Xulio intentando seguir imposibilitándola.

Yadira sonrió sarcásticamente y dijo, -¿Aguardar a que termine la reunión? ¿Por qué? ¡No es justo que cada vez él haga lo que quiera!

Al escuchar lo que habló Yadira, Xulio se quedó atontado.

Descubrió que esa vez el conflicto entre los dos se hizo más fuerte que nunca.

Aunque Xulio comprendía que no fue capaz de impedir a Yadira, trató de persuadirla, dado que eso consistía en su responsabilidad.

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