Cuando llegó al aeropuerto, Yadira Jimenez metió el coche en el aparcamiento y salió con su equipaje.
Pasó por el control de seguridad y esperó en la sala de espera. Cuando llegó la hora de subir al avión, llamó a Delfino Dominguez.
Yadira preguntó primero, -¿Estás ocupado?
Luego llegó la voz seria de Delfino, -No.
Yadira se mordió el labio, sin saber qué iba a decir.
En ese momento, Delfino preguntó de repente, -¿Estás en el aeropuerto?
Yadira se sorprendió, y ahora se quedó completamente sin palabras.
Delfino parecía no tener intención de escucharla y preguntó, -¿Vas a subir al avión?
Yadira dijo rígidamente, -Sí. ¿Cómo…?
Quiso preguntar cómo sabía Delfino que estaba en el aeropuerto y que ya estaba a punto de embarcar en su vuelo.
Concretamente, encontró un rincón del aeropuerto en el que no se oían muy bien los anuncios y llamó a Delfino.
Delfino la interrumpió, -Llámame cuando llegues.
-Delfino, …
-Adelante, sube al avión.
-Vale.
Yadira colgó el teléfono y se quedó mirándolo sin saber qué estaba pensando.
El esperado arrebato de Delfino tampoco apareció, e incluso le recordó que subiera al avión...
Yadira volvió a revisar sus contactos para asegurarse de que el número al que acababa de llamar era efectivamente el de Delfino, y luego volvió a guardar el teléfono en su bolsillo.
Pero no tenía tiempo para pensar en ello ahora, ya que ya se empezó el embarque.
Yadira subió al avión, aun pensando en la reacción de Delfino.
Estaba tan tranquilo y no lo había esperado.
***
En la oficina del presidente del Grupo Dominguez.
Después de que Yadira colgó el teléfono, Delfino miró su teléfono durante un par de segundos , y luego lo tiró de golpe como si finalmente no pudiera contenerse.
Cuando Delfino había respondido a la llamada de Yadira tan tranquilamente, Xulio Ruiz sabía que algo iba mal.
Resultó que estaba conteniendo su ira.
Xulio no pudo evitar hablar, -Señor, si no quiere que la Señora vaya sola, ¿por qué no deja que alguien la detenga?
-He dicho que su asunto es el mío y definitivamente voy a ayudar a Mariano -Delfino se burló, con una expresión un poco sombría-. Si quiere irse, que se vaya. No envíes a nadie a seguirla.
Xulio asintió ligeramente, -Sí.
Llevaba tantos años con Delfino, y aunque no podía decir que lo conociera del todo, en los asuntos relacionados con Yadira, sentía que conocía muy bien a Delfino.
Aunque Delfino actuaba cruelmente frente a Yadira, al final, no podía evitar ayudarla.
Él siempre era así.
Al fin y al cabo, las cosas buenas llegaron después de mucho tiempo...
Xulio miró a Delfino y preguntó en voz baja, -Señor, si no hay nada más, yo me iré.
Delfino no dijo nada y Xulio salió.
***
El avión de Yadira llegó a su destino a la mañana siguiente.
Xulio tampoco dijo nada, y solo sonrió ligeramente.
Apolo antes había querido llamar a muchas personas a esta cena, pero como Delfino venía, había encontrado un motivo para que los que no eran muy amigos fueran a otra cena, mientras él mismo se había quedado a beber con Delfino.
Desde la aparición de Yadira, no le había sido fácil conseguir una cita con Delfino.
Ahora, era aún más difícil invitar a Delfino a salir, a menos que Delfino y Yadira se hubieran peleado, así que no era de extrañar que le preguntara a Delfino si se había vuelto a pelear con Yadira.
Delfino no quería hacerle caso. Cogió la botella, llenó de vino su vaso y el de Apolo y se bebió.
Apolo frunció el ceño y le aconsejó, -¡No bebas demasiado!
***
Yadira había reservado el hotel de cinco estrellas donde trabajaba Alfonso Magrina.
Este hotel de cinco estrellas, que existía desde hacía muchos años, también era famoso en el País M. Muchos turistas se alojaron en este hotel.
Yadira solo sabía que Alfonso trabajaba aquí como cocinero, pero no estaba segura de que fuera el jefe de cocina, o el mejor chef, o algún otro puesto.
Tendría que pensar en una forma para ver a Alfonso.
Cuando el camarero la llevó a la habitación del hotel, Yadira puso deliberadamente su teléfono móvil en la esquina de la mesa para que el camarero se diera la vuelta y dejara caer el teléfono al suelo.
El camarero se apresuró a coger el teléfono, disculpándose repetidamente, -Lo siento.
El suelo estaba realmente alfombrado y no pasaba nada al teléfono.
Pero Yadira quería ver a Alfonso, así que aprovechó para decir, -¿Son todos del hotel tan descuidados? Llama a tu jefe.
Yadira actuó como si no fuera razonable y el camarero no tuvo más remedio que llamar a su jefe.
-Señora, siento que nuestro personal le haya molestado, vamos a…
-Muy bien -Yadira hizo un gesto con la mano y se sentó en el sofá con una postura muy condescendiente-. No soy una persona sin razón. Me ha dicho mi amigo que se alojó antes en su hotel que aquí hay un chef que cocina muy bien, y quiero encargarle que cocine para mí. Si me satisfacéis esta petición, os dejaré en paz.
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