Matrimonio de primera romance Capítulo 563

Al saber que ella iba a llamar a casa, que estaba interior de su país, la expresión de Xulio cambió un poco de manera imperceptible y dijo, -Pero me parece que mi teléfono no está disponible para llamadas internacionales.

Oyendo eso, Yadira se quedó atónita, -¿De verdad?

Viendo a ella haber confiado en las palabras, Xulio dijo, asintiendo con la cabeza, -Más tarde cuando venga el Señor, mejor que uses el suyo para llamar, ¿no?

Ella observó su cara, tras estar segura de que era igual como siempre, le respondió, -Vale.

Afuera de la ventana del coche.

Delfino llegó hasta frente a Perla, y los guardaespaldas quien la habían rodeado, se retiraron conscientemente a un lado. En cambio, ella no llevó tanta gente que ya había huido y ahora se ocultaba detrás.

Se le despertó las memorias, y todavía recordaba claramente las crueles maniobras de Delfino contra ella en ese entonces.

Por lo tanto, mientras lo vio, se estremeció involuntariamente, y toda la persona no pudo contenerse a retirar hacia atrás.

Sin embargo, había un coche detrás de ella, lo que no le dejó ningún camino para retirarse.

Tenía la vista fija en Delfino, y sus músculos faciales se crisparon sin cesar debido a la tensión.

-De hecho, te he despreciado.

Delfino se quedó de pie, frente a ella, con los ojos hoscos y la voz llena del sentimiento sombrío, -Parece que tú también quieres, como Jaime, morir en un país extranjero.

El nombre de Jaime, como una aguja mágica que podía calmar a gente, hizo a ella volverse más tranquila, en vez de estar tan pánica como antes.

Lo miró con ojos enrojecidos, a pesar de sentir mucho temor, aún se armó de valor y le interrogó, temblando por todas partes del cuerpo, -¿Pues admites que eres tú quien mataste a Jaime?

-¡No merece ningún valor su muerte!

Todavía no se recuperaron por completo las memorias, pero mediante el relato de Xulio, Delfino podía imaginar la escena de aquel entonces con mucho realismo en la mente. A su parecer, aun Jaime muriera más de 10 mil veces, no podría ser suficiente.

Si no fuera por Jaime, Yadira nunca podría acostarse por tres años en la cama de enfermo.

Antes de casarse con ella, se había reprimido durante muchos años. cualquiera malinterpretación que sostuvieran los demás para él, o cualquiera mala reputación que tuviera, nunca le habían importado.

Yadira era la persona que Delfino puso en el fondo del corazón. En el mundo, le importaba poca cosa, pero ahora solo una cosa de protegerla bien tampoco la cumplió.

Si Jaime aún estuviera vivo, incluso si siendo acuchillado más de miles veces, sería también difícil para él aliviar el odio que reinaba el corazón.

El tono con el que dijo Delfino mostró tanta frialdad como lo sombrío, haciendo que Perla pareciera volver a la noche de unos años antes, en la que Delfino se sentó con indiferencia en las sombras, en aquella habitación con poca luz, mirando fríamente que sus subordinados le cortaban el cuerpo a ella, pieza por pieza, con el cuchillo…

Habiendo pasado muchos años, pero el miedo aún podía surgir al instante desde el fondo del corazón.

-Deberías estar agradecida que, Jaime ya murió en el caso de explosión. Si él no hubiera muerto…

Delfino mostró una risa rara, levantando los labios, y dejó de hablar las palabras siguientes.

Incluso si no terminaba de hablar, las palabras ya dichas tenían suficiente disuasión.

Perla tenía la cara pálida, y el rencor lleno en el fondo de los ojos, le dijo mientras temblaba, -Delfino… ¿aún crees que soy la Perla de hace tres años? No podréis, tú y Yadira, deshaceros de eso.

A pesar de tanto temor que tenía a él, se le infundió el valor para decir palabras despiadadas.

Si ella no fuera Perla, tal vez Delfino podría admirarla.

Tenía la vista clavada en la pantalla por mucho tiempo, tras asegurar que ella realmente era Raquel, por fin el corazón volvió a donde estaba.

Se había sentido tan nerviosa que al relajarse todo el cuerpo estaba un poco débil.

Se acercó a los brazos de Delfino, dijo con el corazón aún latiendo de miedo, -Perla me arrestó, pero no me causó problemas con intención…

Delfino le interrumpió con voz fría, -¿No te causó problemas?

Sabiendo que lo que dijo se refería a la herida en su frente, ella negó con la cabeza, -No es nada. Me odia tanto, si realmente ella quisiera vengar de mí por la muerte de Jaime, esa herida no equivaldría a cosa dura contra mí. Pero ella parece ya haber dispuesto de un plan bien definido, como si hubiera encontrado algo que pudiera amenazarme. He reflexionado mucho, pero solo se me ocurrió Raquel…

Diciendo hasta aquí, Yadira lanzó un suspiro de alivio, y su tono también se volvió más relajado, -Por suerte, no le pasa nada a Raquel.

Sin embargo, precisamente porque no le había pasado nada, ella se sintió más dudosa en el corazón.

Le preguntó, -Pero, ¿qué en realidad quiere hacer Perla? Y ¿qué está planeando?

Delfino abrazó la cintura de ella con una mano, y suavemente presionó su cabeza con la otra para dejarla apoyar en su pecho, y dijo de manera gentil que usó con poca frecuencia, -Toma un descanso.

Estaba Yadira de hecho muy cansada. Apoyándose en los brazos de Delfino, envuelta en un aliento familiar, se sintió muy tranquila, así dejó de pensar más. Y se quedó dormida poco después de cerrar los ojos.

Luego de que Delfino sintió que ella respiraba de ritmo regular, la emoción gentil en el rostro de repente desapareció, y al mismo tiempo, apareció una crueldad en los ojos.

Xulio vio su expresión por el espejo retrovisor, cuya cara también se volvió seria, -Señor, Raquel…

-Cállate -aunque dijo las palabras dirigiendo a él, su vista fijaba al frente, sin que supieran qué estaba mirando, ni pensando.

Xulio le dio una mirada a Yadira durmiente en los brazos de Delfino, moviendo los labios, pero finalmente no dijo nada.

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