Matrimonio de primera romance Capítulo 604

Con la cara muy pálida, Yadira se levantó del suelo.

Sin siquiera mirar más a Mariano, volvió a correr hacia la villa aún rodeada por el fuego.

En este momento Josefa también llegó aquí.

Tan pronto como vino aquí, vio a Yadira correr rápido hacia la villa. Pero Josefa solo entrecerró levemente los ojos y dijo con indiferencia, -El incendio es tan grave, ¿acaso ella quiere entrar en el fuego?

Cuando una persona estaba ciega por los celos, naturalmente, era imposible que pudiera notar las virtudes del objeto.

Ahora la condición era tan severa que el resultado único para Yadira solo era la muerte si ella insistía en entrar.

Mariano tampoco no dijo nada, solo mirándola seguir corriendo.

Al verlo en silencio, Josefa dejó de decir.

En este momento, Yadira había llegó frente a la villa, y sin vacilación se lanzó adentro.

La expresión de Josefa se cambió exageradamente.

-Ella…

-Señor, la llevo de vuelta -tras terminar de hablar, ella estaba a punto de acudir a la villa.

Pero él la detuvo.

-No, déjala sufrir un poco.

-¿Pero en caso de que se lastimara? No puede lesionarse su cuerpo…

El tono de Josefa estaba mezclado con una ansiedad.

Mariano, con una cara sombría, se quedó de pie como una gran montaña, sin soltar ni una palabra.

Debido a que él no habló de nada, Josefa naturalmente no podía obrar sin permiso. Así que seguía parada y ceñuda.

Mientras llegó al frente a la villa, Yadira hizo una serie fuerte de tos por el peculiar olor a quemado, y el fuego furioso hizo dolerle la cara.

Observó la situación y se dio cuenta de que allá había una habitación con poco fuego, así se dio la vuelta y corrió rápido hacia la habitación.

Se extendieron humos densos por todas partes de la habitación, y apenas ella entró, tosía sin cesar.

Yadira se esforzaba en contener la intención de hacer tos y gritó el nombre de su hija:

-¡Raquel!

-¿Raquel estás aquí? ¡Raquel!

Cuando más adelante iba ella, más fuerte se volvía el humo y más abrasadora se mostraba la ola caliente.

Poco a poco, llegó al lugar donde ardía, ella continuó caminando hacia lo más interior.

Con extrema dificultad, Yadira caminaba adelante por un momento, muy despacio, en que algunas veces también tenía que evitar las astillas de vidrio en el suelo. Ella no conocía bien la distribución del interior de la villa, después de pasar por una habitación venía recordando la ubicación del salón, y la del cuarto de Raquel.

Al llegar a la puerta lateral del salón y ver el mar de fuego frente a ella, casi perdía el equilibrio de quedarse de pie, y se arrodilló en el suelo tambaleando.

-¡No! ¡No!

¿Las escaleras desaparecieron?

Se había quemado la mayor parte del salón.

Incluso si no quisiera creerlo, la escena ante sus ojos le decía que la parte quemada exactamente era la dirección de la habitación de Raquel.

El escalofrío al instante se explotó en todo su cuerpo.

Frente a ella eran las llamas calientes, pero ahora Yadira solo pudo sintió la frialdad por todo el cuerpo, extremadamente helada.

Cuando ella fue llevada por Mariano, Raquel aún estaba durmiendo.

La situación actual era tan grave, y la villa debía haber estado en llamas justamente después de que ella acababa de salir..Había mandado un mensaje a Delfino, y este, tras recibirlo, definitivamente vendría a buscar a Raquel…

Yadira no se atrevió a pensar más.

No lo creyó..

No creyó que Delfino y Raquel estuvieran aquí.

Pero ¿cómo podría verificarlo?

Quería entrar para examinar. ¡Tenía que entrar!

De repente, Yadira sintió una frialdad debajo de las rodillas.

Con la cabeza baja, encontró que había agua en el suelo.

Pero cuando entraron, no vieron la figura de Yadira.

Josefa cambió la cara.

-¿Ya habrá escapado?

-¿Adónde ella podía escapar?

Mariano se volvió para mirarla, y su expresión mostró la frialdad.

Ella miró por el entorno, exactamente no había otros lugares de los que podía huirse.

-¿Acaso…?

Ella miró hacia el fuego, cuyo rostro se llenaba de incredulidad.

-¡Id a encontrarla!

A la orden de Mariano, los subordinados detrás de él emprendieron con destreza en la preparación y luego entraron al fuego para salvar a Yadira.

Mientras Josefa estaba vacilando en seguirlos, Mariano le dijo, -No te hace falta ir.

Al oírlo, Josefa se quedó atónito por un segundo, pero luego sus ojos brillaron con sorpresa.

-Sí.

No mucho luego de entrar, ellos trajeron de regreso a Yadira, que estaba en coma.

Su rostro estaba lleno de manchas por el humo, y su ropa estaba totalmente empapada, sin abrigo.

Después de mirarla por unos segundos con cara sombría, Mariano se dio la vuelta y caminó hacia fuera.

-Vámonos.

Josefa lo siguió.

La llevaron afuera de la villa y se fueron directamente en coche.

Los autos se iban alejando, y salió una persona desde la casa rodeada del fuego.

Sobre su cabeza, se envolvía el abrigo que precisamente fue empapado por Yadira. Se quedó parado de pie por un rato, y comenzó a caminar afuera después de no oír ningún sonido allá.

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