Yadira le miró un segundo. Luego se levantó y caminó hacia él.
Cuando anduvo hasta dos pasos lejos de Delfino, él se la abrazó sin poder esperar un segundo más.
Después de abrazarla, Delfino podía respirar hondo y sentirse aliviado.
-Yadira, tu audacia es cada día más grande. ¡Incluso se me atreve a mentir!
-Pero, no lo conseguí.
Hablando de eso, Yadira se sentía un poco disgusto.
Ella lo impulsaba,
-¡Me sostienes demasiado fuerte! Suéltame. Tengo algo que decirte.
Sin embargo, Delfino no la soltó, en cambio, la abrazó con más fuerza. Y después, le dijo con un tono muy serio,
-Dime, entre mis brazos.
-Pero… Me abrazas demasiado fuerte, con tal que estoy a punto de no poder respirar ya.
-Entonces, vamos a cambiar el gesto.
Al hablarlo, Delfino la sostuvo abrazando y caminaba hacia la cama.
Yadira le dijo de prisa,
-Ya, te digo ahora. En esta forma y en ese lugar.
Delfino la puso encima de la cama, luego se acostó también. Extendió su brazo y la abrazó fuerte.
-Bueno. Puedes decir lo que quieras.
Delfino le besaba sus labios y le preguntó con mucho cariño,
-¿Por qué Mariano le hipnotizó sin éxito?
-¿Cómo sabes que él me hipnotizó?
Yadira le preguntó con mucha curiosidad.
-Mariano estaba muy confiado en sí mismo. Si se atreve a llevarte al banquete, seguramente asegura que tú no saldrás conmigo. Para él, solo sabe unos remedios extraños y deshonestos. Excepto el hipnotizo, ¿qué sabe y puede hacer él?
Al decir esto, la voz de Delfino se puso más baja y indiferente,
-En todo caso, me ha hipnotizado de forma profundo. Por eso, naturalmente puede hipnotizarte.
-¡Siempre lo sé! Estoy convencida de que eres tanto inteligente que puedes adivinarlo.
Los ojos de Yadira estaban brillantes, y llenaban de admiración.
Delfino bajó su cabeza para besarla.
Yadira se cubrió los labios con la mano rápidamente. Le dijo confusamente,
-Aún no he terminado mis palabras.
-Un beso.
Delfino cerró los ojos.
Yadira negó con la cabeza debido a que le sabía claramente.
Si realmente le permitía besar a ella, probablemente no podía bajar de esa cama.
Delfino dio un suspiro y la besó el dorso de su mano.
Yadira sentía una ráfaga de cosquilleo de repente.
Después de que Delfino le dio un beso al dorso, seguía darle un beso y otro beso más.
Por último, Yadira no podía soportarlo más y le dio una coz leve,
-Voy a decir algo importante.
-Sigue.
Después de decirlo, Delfino la besó su rostro, y luego su oreja blanca y delicada.
-¡Delfino Dominguez!
Esta vez Yadira realmente se puso enfadada.
-Vale.
Le respondió Delfino, y luego se retiró un poco a regañadientes.
Yadira siguió diciendo,
-Mariano quería hipnotizarme y dejarme creer en que fuiste tú quien produjiste la muerte de Raquel en forma indirecta. En este modo, quería que te odiara yo. No obstante, en mi corazón, sabía claramente que la amas a Raquel. Estoy convencida de que entraste en el incendio para salvarla a Raquel sin dudar alguno.
-Por lo tanto, cuando me hipnotizó, persistí en pensar eso. Aun así, su hipnosis sobre mí no funcionó en absoluto. Pero afortunadamente, con tu pluma, me mantuve la conciencia.
Después de oírlo, se quedó un rato de silencio, y luego le preguntó,
-¿Y dónde está la pluma?
-En mi bolso.
La risa en el rostro desaparecía gradualmente y le respondió en tono serio,
-No puedo volver ahora.
Los ojos de Delfino se entrecerraron y le dijo en tono enfadado,
-Yadira, sé qué estás pensando. Pero si quieres hacerlo, ¡es absolutamente imposible!
Yadira sabía que todo lo que pensaba no podía escapar de los adivinos de Delfino.
-Mariano es muy prudente e inteligente. Si seguimos usando esas formas para investigarle, recibimos malos efectos.
Yadira pensaba mucho. Por fin, decidió que se quedaba al lado de Mariano aprovechando oportunidades para averiguar los objetivos reales de Mariano, y el conflicto y odio entre él y Delfino.
Por eso, tanto lo que se fingió ser hipnotizada por él, como lo que les dijo las palabras insultas a propósito en el banquete, Yadira hizo todo con el fin de adquirir la confianza.
A pesar de que Mariano fue muy prudente, su defecto fatal fue lo arrogante excesivo.
Mariano siempre consideró a Delfino como su enemigo, y se complació en derrotarle. Le hipnotizó con éxito en ese año, naturalmente se volvió más confiada en su hipnotismo.
Con tal de que no dudó de si Yadira fue hipnotizada realmente.
-Yadira, esto es asunto entre Mariano y yo. Voy a solucionarlo yo mismo -le dijo en tono de un poco enfado.
Casi de inmediato, Yadira le replicó,
-Pero, quiero ayudarte, al igual que me ayudas.
Las palabras de Yadira fueron tan simples y directas que Delfino se quedó atónito por un buen rato.
-Delfino, aunque yo no soy tan inteligente y poderosa que tú, aun soy una chica que poder llevar a cabo muchas cosas. No soy tan frágil como piensas.
Delfino no conmovía por esas palabras sinceras, y le preguntó fríamente,
-¿Qué puedes hacer?
A Yadira se le ocurrió algo de repente y le dijo sonriendo,
-Puedo hacer algo que no puedes.
-¡Ja!
Delfino en absoluto no creía en lo que dijo ella.
Yadira le contestó en tono suave sonriendo,
-Puedo parir una hija para ti. ¿Y puedes hacerlo?
Delfino se quedó atónito sin saber qué decir.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...