Escuchando sus palabras, Noela suspiró profundamente. Sabía que necesitaba tiempo para recuperarse del dolor, y siendo su amiga, no podía hacer nada para paliarlo porque el amor se curaba con el amor.
«Pese a su actitud tranquila, sé que no se encuentra tan aliviada como se muestra. Entiendo que las palabras no servirán de consuelo, lo que podré ayudarla es acompañarle a su lado, y confieso que algún día saldrá de este apuro.»
—¿Quieres volver a tu casa o la mía? —preguntó Yadira.
—A la tuya —dijo Noela en un tono lleno de cansancio.
Habían venido en el auto de Noela, tendrían que volver de la misma manera, entonces se marchó Maximiliano solo en lo suyo.
***
Al día siguiente.
Cuando Yadira fue ayer a la casa de Delfino, le había dicho que iba a recoger hoy a Raquel y Delfino también le había dicho que no necesitaba enviarla de vuelta hasta el Año Nuevo porque no tendría tiempo libre durante ese tiempo.
—Yadira, ¿a dónde vas tan temprano? —preguntó Noela.
—Voy a recoger a Raquel —dijo Yadira mientras buscaba ropa en el armario.
—Vale —murmuró Noela y de repente se leavntó—. ¿Vas a la casa de Delfino?
—Sí —dijo Yadira y sacó la ropa para ponerla sobre la cama.
—Te acompaño.
—No hace falta, descansa en casa —dijo Yadira—. Sé que estás cansada por los trabajos.
—No, no lo estoy —negó Noela moviendo la cabeza.
Yadira la miró con cierta impaciencia,
—Mírate cómo te encuentras ahora, tus ojos son tan hinchados como los globos inflados.
—Dáme un ropa tuya, no traje nada.
La conocía bien a Noela por su actitud terca, y lo estaría aún más cuando se trataba de Yadira. Entonces finalmente, las dos se fueron juntos ahí.
Cuando se acercaron a su casa, Noela preguntó de repente:
—¿Dónde está tu coche? ¿Por qué no lo he visto?
Yadira se volvió de pronto nerviosa,
—Había tenido un problema, entonces lo llevé al taller para reparación. No he tenido tiempo todavía para cogerlo —dijo Yadira en un tono tranquilo, entonces Noela se quedó aliviada.
De hecho, su coche fue destruido por Jacobo. No se lo explicó a Noela para que ésta no estuviera demasiado preocupada por ella, al fin y al cabo, no era nada importante.
Cuando llegaron al destino, se quedaba Noela en el auto mientras Yadira se fue a su casa.
«La mujer que lo invitaba ayer a ver la peli será Ximena. A estas horas, estarán ya en el cine.»
Pensándolo, Yadira ya entró a la sala. Pero encontró de repente a Delfino sentado en el sofá mirando los documentos, algo que la dejó sorprendida.
«No sabía que tenía él la afición de revisar documentos en la sala, porque nunca lo había visto trabajar aquí.»
Concentrado, Delfino no se dio cuenta de su llegada. Suspiró Yadira, luego se le acercó,
—Voy a recoger a Raquel.
—Despídete de tu papá.
—Adiós, papá —dijo Raquel en un tono tierno.
Hasta entonces Delfino levantó su cabeza, y la miró sonriendo:
—¡Compórtate bien! Mi cariño.
—Vale —murmuró Raquel en un tono poco animado.
Luego los dos apartaron sus miradas.
«¡Qué rara es la manera en que se tratan los dos!»
—¡Vámonos! —dijo Raquel con cierta impaciencia.
—Ya —sonrió Yadira forzosa.
Entonces se marcharon de su casa, tardaron menos de lo previsto.
Apenas se le acercaron a Noela, ésta salió a su encuentro clamando,
—¡Cuánto tiempo sin verte, mi cariño! Dame un abrazo.
—Es la tía Noela —dijo Yadira sonriendo.
Con un rostro confuso, Raquel la miró a ojos descubiertos, luego dijo:
—Hola, tía Noela.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...