Salia observó a Yadira marcharse con ansiedad hasta que se perdió de vista.
—Cristóbal, ¿cómo has podido dejar que Yadira se vaya? Si se lo vuelvo a rogar, podría cambiar de opinión —dijo Salia en tono de reproche.
Sin embargo, cuando Cristóbal se volvió para mirarla, se calló inmediatamente.
—¿No te da vergüenza decir esto? —Ahora Cristóbal no quería hablar con Salia en absoluto.
Pero ella seguía siendo miembro de los Jiménez, así que no podía ignorarla.
Al final, los Jiménez tuvieron que asumir la responsabilidad de lo que había hecho Salia.
—¡Creo que es mejor irte a casa y dar explicaciones a mi padre en vez de perder tiempo aquí! —Después de decir esto, Cristóbal se burló y salió.
Salia finalmente se dio cuenta de lo que le esperaba.
Henrico era mucho mejor con ella que antes, pero eso no significaba que pudiera aceptar el hecho de que enfureciera a Yadira y la hiciera tomar la decisión de comprar el Grupo Jiménez.
En el camino de vuelta, Yadira no dijo nada. Envió un mensaje a Noela, preguntándole dónde estaba.
Sin embargo, Noela no respondió. Yadira pensó que quizá no la viera y esperó un rato. Pero seguía sin haber respuesta
Yadira empezó a sentirse inquieta. Sacó su teléfono y llamó a Noela.
No hubo respuesta después de un rato.
Yadira se puso nerviosa.
Xulio se dio cuenta de que algo andaba mal con Yadira y le preguntó:
—¿Qué ha pasado?
—Noela no respondió a mi llamada —Yadira respiró profundamente, tomó el teléfono y volvió a marcar.
—Nunca he visto una persona tan despreciable como tú. Ni siquiera dejas ir a un niño. Creo que te está bien empleado ver cómo se destruye tu familia. Si tus padres estuvieran vivos, se avergonzarían de ti.
Mariano se preocupaba mucho por su familia, lo que se notaba en cómo trataba a Luciana. Pero las palabras de Yadira le rompieron el corazón.
Mariano fue despreciable, pero lo que dijo también fue despiadado.
—¿Así que me llamaste sólo para decir esto? ¿Es eso suficiente? —cuestionó Mariano con voz insensible.
Las palabras de Yadira le enfurecieron.
—¡No! ¡No es suficiente! —Yadira no podía perdonarle lo que le había hecho a Raquel.
En este momento, Yadira recibió otra llamada.
¡Era Noela!
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