Mi cariño de 18 años romance Capítulo 31

-¿A menudo te ayuda con la tarea?- Isidro levantaba la cabeza, miraba a Mariana y preguntaba rígidamente, -¿Tienes malas notas?-

-...- Mariana era originalmente solo para elogiar a Fernanda, demostrando que tenía una buena relación con Fernanda.

Después de que Isidro decía estas palabras, inmediatamente se quedaba callada.

Fernanda miraba a Isidro, Isidro le importaba nada a Mariana, ¿no?

La linda cara de Mariana sonreía rígidamente, -Mis notas están bien, pero no son tan buenas como Fernanda. Fernanda es inteligente y guapa, ¡A muchos chicos de la escuela les gusta!-

Fernanda casi se mordía la lengua, Mariana no era para elogiarla, sino para decir que a muchos chicos les gustaba.

En realidad, no había muchos chicos le gustaban a ella.

Fernanda se daba cuenta de que Mariana estaba provocándola.

Ella miraba a Mariana y decía, -¿Muchos? Solo hay uno, pero me dijiste que te gustaba, ¿no te lo dejé?-

Después de hablar, Fernanda miraba a Manuel.

¿Quién no sabía contraatacar?

Fernanda se reía, comiendo su propia comida.

Mariana se sentaba allí, con el rostro pálido, -¡No lo digas como si yo hubiera robado a tu novio! ¡No tengo esta habilidad!-

Aunque era verdad que ella le robaba a Manuel, siempre jugaba el papel de una buena amiga de Fernanda delante de Manuel.

Fernanda decía, -Eres tan humilde, ¿Eres capaz de robar, no?-

Fernanda no planeaba pelear con Mariana en absoluto, y no le importaba estar frente a la gente de la familia Rivero, ni mostraba amigable.

Mariana era diferente, todavía quería mantener su imagen de una dama elegante.

-No tengo apetito.- Isidro miraba a Mariana y decía, -Si alguien viene a la casa en futuro, no me llames para que vaya.-

Esta frase estaba claramente dirigida a Mariana.

Estaba infeliz por lo que acababa de pasar.

Isidro terminaba de hablar y le decía a Fernanda, -Fernanda, empújame para descansar.-

-Sí- Fernanda se levantaba rápidamente y empujaba a Isidro fuera del comedor.

Tan pronto como Isidro se iba, el ambiente en el restaurante se volvía extraño.

Victoria miraba a Mariana sin hablar nada.

Le decía a Manuel, -¡Manuel, después de comer, envía a tu novia a casa! Tu tío ya ha regresado, no traigas otras personas a casa en el futuro, si se encuentra con alguien que no es educada, se enojará.-

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