Mi cariño de 18 años romance Capítulo 35

Si él no regresaba, ¿tenía que aguantar aquí todo el tiempo?

Fernanda miraba a Isidro, quien no entendía en absoluto la sugerencia, -Yo... estoy en mi período menstrual.-

Después de decir esto, esperaba esconder su rostro en la colcha.

Ella estaba discutiendo este tema con un hombre por primera vez, y Pedro estaba aquí.

Afortunadamente, Pedro lo entendía, tosía y decía, -Olvidé que algunas cosas aún están abajo, voy a traerlas primero.-

Fernanda levantaba la cabeza y miraba a Isidro al escuchar el sonido de la cierra de la puerta y descubría que todavía estaba serio, mirándola.

Ella fruncía el ceño, -¿Por qué me miras así? Eres tú quien me haces perder la cara delante de Pedro.-

Se cubría la cara y se recostaba en la cama.

De repente una mano se estiraba y la tomaba suavemente, debido a la menstruación, su mano estaba muy fría y era agarrada por su mano suave, -¡Pensé que estabas enojada con Manuel otra vez, por eso no comes!-

-¿Qué va?- Fernanda lo negaba y miraba a Isidro, -¿Es lo que dijeron? ¿Todos piensan así? ¿Estoy tan aburrida?-

Isidro miraba a Fernanda, -¿Entonces te has peleado con Manuel?-

Si no hubiera la pelea, Margarita no diría eso.

Después de todo, debía haber algún conflicto.

-Sólo estamos discutiendo.- decía Fernanda, -No es una pelea.-

-Es extraño.- decía Isidro, -Manuel no es una persona desobediente y tienes muy bueno carácter, ¿Por qué no se lleváis bien?-

Aunque a Manuel le criticaba la última vez, Manuel era el hijo de su hermana mayor, después de todo, a veces no podía hacer demasiado.

Fernanda se sentía culpable cuando Isidro le preguntaba.

Miraba a Isidro y decía, -¡Tal vez seamos enemigos al nacer! Isidro, ¿acabas de regresar? ¿Has comido?-

-Todavía no, me temo que te enojes, así que vendré a verte primero.-

Todo el mundo sabía que estaba menstruando.

Cuanto más lo pensaba, más vergüenza se sentía.

Isidro decía, -¡No te encuentras bien, no puedes ignorarlo! Bebes primero, mandaré a alguien a enviar comida para ti, ¿qué quieres comer?-

Tan pronto como terminaba de hablar, se acercaba la sirviente que le traía la cena.

Fernanda no tenía apetito por el dolor al principio, pero cuando veía la comida, sentía un poco de hambre de nuevo.

Se levantaba de la cama, se sentaba a la mesa del comedor en pijama y comía.

Isidro la miraba a su lado, ella le daba de comer, -¡No me mires, comemos juntos!-

Isidro decía, -¿Está delicioso?-

-Sí.- El dolor era grave, sin embargo, parecía estar mejor mucho después de comer.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi cariño de 18 años