Al ver que Fernanda se había ido, Margarita se acercaba y miraba a Manuel con recelo, -¿Otra vez vejaste e a Fernanda? Ella estaba leyendo aquí, ¿por qué se fue cuando viniste?-
Manuel, -...-
Miraba a su abuela, -¡Por qué la vejo, obviamente ella me está vejando!-
-¿Cómo ella te veja? Incluso si te veja, tienes que aguantarlo. ¿No sabes cómo está tu tío ahora? Si tu tío está enojado contigo, los culparé a todos.- Al final, Margarita lo decía en el tono triste.
Desde el accidente de Isidro, toda la familia estaba de mal humor. Comparando con la situación de Isidro, Manuel solo perdía a Fernanda, al parecer, no era muy miserable.
Manuel observaba la reacción de la abuela, no hablaba más.
Por la noche Isidro y Pedro llegaban un poco tarde, cuando él regresaba, Margarita y ellos ya estaban comiendo, pero Fernanda no estaba.
Él Preguntaba, -¿Dónde está Fernanda?-
Margarita decía, -Parecía estar enojada con Manuel esta tarde, le pedí que viniera a cenar, pero ella tampoco vino.-
Isidro miraba a Manuel a un lado, -¿Le vejaste de nuevo?-
-No lo hice nada.- Explicaba Manuel, -Realmente no la vejé, ¡no me echa la culpa por todo!-
¿Qué tenía que ver con él si Fernando no quería comer?
Al pensar en esto, Manuel se sentía irritado.
Siempre sentía que desde que llegaba Fernanda, ella a menudo lo vejaba, por ejemplo, el caso de hoy, todavía no le hacía nada y ella estaba enojada.
¡Ella era simplemente una mujer intrigante!
Aprovechando de que a toda la familia le gustaba y hacía todo lo que quería hacer.
No podía dejarla en casa debido a su comportamiento, de lo contrario, él tampoco no podía seguir viviendo en la familia.
-¿Qué pasa?- Isidro miraba su cuerpo sudoroso, incluso su cabello estaba mojado, -¿Tienes fiebre?-
-No... no.- Fernanda decía, -Es sólo un pequeño problema.-
-¿Debería llamar al médico?- Pensaba que ella no iba a cenar por estar enojada con Manuel, no esperaba que estuviera enferma.
Fernanda miraba la mirada seria de Isidro, no sabía cómo explicar, solo decía, -Estoy bien... solo...-
Estaba menstruando, siempre tenía un dolor grave en el primer día de la menstruación.
Recordaba una vez, se iba de compras en el primer día de la menstruación, después de caminar diez minutos estaba a punto de desmayarse y no podía regresar.
Luego de regresar a la habitación por la tarde, su vientre seguía incómodo, no podía dormir y seguía sudando, por eso no salía a comer. De lo contrario, como era una amante de comida, ¿cómo era posible que no fuera a cenar solo por enojarse con Manuel?
-¿Qué?- Isidro la miraba, -Dímelo para que yo lo entienda, ¿No te dije que consultes al médico si estás enferma? ¿Por qué no puedes cuidarte?-
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