Pedro se hizo a un lado para observarle, sin saber si estaba enojado o no.
Era normal que estuviera enojado, después de todo, antes cuando Fernanda regresó, hizo mal en mentir por su parte diciendo que no conocía a Manuel delante de todos.
Sin embargo, si Fernanda no lo decía, naturalmente tenía sus juicios.
¡No podía regresar y decirle a todo el mundo que Manuel era su exnovio!
Pedro abrió la boca y dijo, -En realidad, son solo relaciones inmaduras de adolescentes. ¿Quién no había pasado por la juventud? No se lo tome demasiado en serio.-
En ese momento sonó el teléfono de Isidro, era un mensaje de texto que decía…
“Hola, señor Isidro, soy Mariana, la novia de Manuel.
Siento mucho haberle hecho enojar ayer en su casa.
En realidad, nunca pensé que ayer me encontraría con Fernanda en su casa. Fernanda era una buena amiga mía. Era consciente de que Manuel era mi novio, pero aun así lo seducía aprovechando que eran compañeros de asientos. Después de enterarme de eso, dejé de relacionarme con ella. ¡No esperaba verla en su casa!
La familia de Fernanda es muy pobre, por eso le gustan solo las personas adineradas. Pero teniendo en cuenta que es el tío de Manuel, ¡no puedo soportar verla engañarle así! De modo que me armé de valor para decirle esto hoy.
Si siente que no le importa, simplemente asuma que no le he dicho nada”.
Consiguió el número de teléfono a través de Manuel, dijo que quería disculparse con Isidro y Manuel se lo dio.
Isidro miró el mensaje de texto en el teléfono y una sonrisa apareció en la comisura de su boca.
Pedro lo miró, aunque se consideraba una sonrisa, pero ¿por qué le pareció que esa sonrisa hacía que la gente se sintiera un poco rara?
Entonces preguntó, -Señor Isidro, ¿qué pasó?-
Isidro no habló, pero miró a Pedro que estaba indignado.
Pedro se enfadaba cada vez más cuando pensaba en ello y dijo, -No sabe, que las chicas de hoy en día son diferentes a cuando nosotros estábamos en la escuela. No aprenden de las buenas aptitudes a una edad temprana. Son todas muy vanidosas. Hay un montón de chicas que quieren vivir de ricachón.-
…
Fernanda jugó con su teléfono acostada en la cama por un tiempo, luego durmió alrededor de una hora. Cuando se despertó, vio a Isidro sentado a su lado, mirándola.
Fernanda se frotó los ojos y lo miró, -Isidro, ¿cuándo viniste? No me he dado cuenta.-
-Un rato.- Miró a Fernanda con expresión fría, pero normalmente era así, por eso no le resultó extraño a Fernanda.
Fernanda llevaba la camiseta de Isidro, apoyada en la almohada y mirándolo con ternura, -¿Te has quedado aquí mirándome todo el tiempo?-
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